lunes, 27 de febrero de 2017

De las progresiones de Malthus a la ecuación mortal


Dr. Manuel Huanqui Hurtado

En el siglo XVIII el economista inglés Thomas Robert Maltuhs, con gran sentido premonitorio dio a conocer sus ya famosas progresiones, relacionadas a la explosión demográfica de ese entonces.

El manifestaba, que mientras que la población crece en progresión geométrica, la producción de los alimentos para la manutención de todos los habitantes del planeta, crece en progresión aritmética, interpretando este vaticinio, que lo dio a conocer con criterio eminentemente científico, deducimos lo siguiente:.

Que mientras que los alimentos y las necesidades afines, que requiere el hombre, para vivir en aparente confort, crece en progresión aritmética de 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, etc., etc. La población mundial crece en progresión geométrica de 2, 4, 8, l6, 32, 64, etc., etc.
Esa cobertura o distanciamiento o proporción entre las dos progresiones, para satisfacer las necesidades vitales del hombre, era prácticamente imposible de reducirlas en ese entonces, ahora el panorama es aterrador.

Y para frenar o amenguar en algo esa desproporción de la explosión demográfica, se trataba de justificar recurriendo a las guerras, las pestes, las grandes hecatombes ecológicas, epidemias, desatenciones a pueblos enteros que morían y mueren de inanición, genocidios que aún continúan, pese a estar viviendo en el siglo XXI, donde se supone que la reflexión del hombre ha alcanzado plena madurez.

Al margen de especulaciones dogmáticas, científicas, esotéricas o de cualquier índole, gracias a la codificación de datos y experiencias, ya se conoce con un elevado porcentaje de credibilidad, que la aventura del hombre y sus primeras manifestaciones culturales se inicia hace 50,000 años en el África, en esos territorios comienza su periplo por los demás continentes y en ese recorrido van perfilando sus características antropológicas, iniciando de esta manera su riesgoso nomadismo, que el hombre moderno no lo sabe merituar.

Los primeros pobladores no pasaban de 10,000 y después de 2,000 generaciones, ahora somos sobre la faz de la tierra, más de 6`600.000,000 millones de habitantes, repartidos desproporcionadamente en los diferentes continentes, cada uno de estos grupos liderados por chamanes, sátrapas, reyes, presidentes, caudillos, caciques, faraones, incas, etc., que profesan doctrinas, sentimientos, religiones, filosofías que las circunstancias y el correr del tiempo les ha adosado a su comportamiento social.

Los personajes más emblemáticos que lideran estos conglomerados humanos, algunos ostentan pureza genética y otros, en su gran mayoría son la consecuencia de una promiscuidad en su composición biológica y que define el perfil de su genoma, que está derivando en clamorosas distorsiones en su comportamiento, a tal punto que filósofos, psicólogos, antropólogos culturales etc., tienen suma prudencia en develarlos, porque están comprometidos con corrientes de opinión, que están digitadas, por poderosos intereses y de verter su diagnóstico y sus predicciones, podrían desencadenar trastornos sociales y de reivindicación de imprevisibles consecuencias.

Pero, las circunstancias en que vivimos, la insensibilidad y la ambición de algunos grupos hegemónicos, que digitan los designios de esta nuestra tierra, unos con olor a santidad y otros sin ningún atributo, ante el avance de la descomposición social y el descontento, en un plazo muy breve, no podrán frenar el recalentamiento social que supera todas las predicciones y que antes era capitalizada por movimientos insurgentes y de reivindicación o también las llamadas revoluciones, que derivaron en cruentas guerras, que la historia las tiene codificadas, y que los hombres de todas las generaciones las han gestado, pero, con relativo éxito..

La permanente inquietud del hombre está propiciando la experimentación en todos los campos del qué hacer humano y científico, pero, las experiencias genéticas son las que más interesan y preocupan, sumado a las clonaciones que están a la orden del día, y esta actitud inconsciente está generando la peor de las crisis que superan ampliamente a todas las que nos han precedido.

Pero, lo que no podrán clonar, pese a todo su esfuerzo, su talento, su ambición e inquietud del hombre, es otra tierra, otra morada, otro escenario donde pueda continuar realizando sus vivencias e inquietudes. Porque la tierra es el resultado de un milagro cósmico, que su configuración ha demorado millones de años y que por un capricho humano, nuestro único recinto esta con un mal terminal, o dicho de otra manera, está condenada a muerte, por la actitud imprudente que están asumiendo algunos grupos étnicos, que quieren imponer sus designios, sin darse cuenta que están atentando con las condiciones mínimas de habitabilidad para el hombre.

Todos los recursos que el hombre precisa para vivir aparentemente en forma digna, se están agotando, por su desmedida utilización, y malversación, otros especímenes que constituían nuestro entorno, ya se han extinguido, a esto hay que agregar que en un porcentaje preocupante, parte de la flora y fauna también está desapareciendo, esto inquieta a los más pobres, pero, no les interesa a los más ricos, que son pocos, pero paradójicamente son los dueños del mundo en que vivimos.

Ellos proveídos de una ilimitada holgura económica, producto de la explotación desmedida a los pueblos del tercer mundo, están hurgando otros horizontes de nuestro entorno cósmico, ya pisaron la luna, Venus no les ofrece ninguna opción para someterla y ocuparla, Marte que nos envió vida en una encomienda cósmica hace 3`500,000,000 de años y que la están escrutando, es muy remoto pensar que se lo pueda colonizar, si antes sucede lo impredecible.

Entonces los dueños del mundo, tienen que resignarse a convivir por un tiempo más con los pobres del planeta, porque de haber encontrado condiciones favorables en otros cuerpos celestes, estamos seguros que ya hubiesen tomado la decisión de desocupar la tierra, y nos hubiesen dejado en este valle depredado, desolado e inhóspito, que ya no satisface sus extremadas exigencias.

Según la opinión de destacados futurólogos, la tierra puede albergar en condiciones aparentemente dignas hasta 7`000,000,000 de seres, estamos muy cerca de este cupo y algunos ponderan de no mediar alguna impronta, de acá a 650 años, en cada metro cuadrado de la tierra vivirán once personas.

El futuro del hombre es dantesco, porque ya estamos advirtiendo el total deterioro de la especie humana, debido a que todas las filosofías, todas las propuestas económicas, todos los sentimientos religiosos están colapsando, paulatinamente todos los personajes más emblemáticos, sienten que sus mejores intenciones están siendo desestimadas y cada día que transcurre pierden vigencia, porque las realidad supera todas las predicciones y que la progresión de la angustia, el hambre, la miseria espiritual, la desesperación ha sobrepasado el límite de la dignidad humana,

Hasta los dioses se deben sentirse preocupados e incómodos, ante este advenimiento, de la ecuación mortal, que supera ampliamente las progresiones de Malthus, que no le dio cupo a la imaginación más fecunda, para que intuyeran sus más macabras predicciones y que las futuras generaciones, serán testigos y actores de esta historia, que superara el más obcecado surrealismo.

Aún estamos a tiempo de diseñar una nueva propuesta, más digna y más humana, antes que los designios naturales provocados por la insana actitud del hombre, nos conduzca, como premonitoriamente ya lo intuía nuestro poeta universal, sin paralelo en la literatura, César Vallejo, rodaremos al hoyo de la inmensa sepultura.

Propiciemos un cónclave con los hombres de buena voluntad, y evitemos este sino fatal, que el hombre consciente no se lo merece.

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