Dr. Manuel
Huanqui Hurtado
En
el siglo XVIII el economista inglés Thomas Robert Maltuhs, con gran sentido
premonitorio dio a conocer sus ya famosas progresiones, relacionadas a la
explosión demográfica de ese entonces.
El
manifestaba, que mientras que la población crece en progresión geométrica, la
producción de los alimentos para la manutención de todos los habitantes del
planeta, crece en progresión aritmética, interpretando este vaticinio, que lo
dio a conocer con criterio eminentemente científico, deducimos lo siguiente:.
Que
mientras que los alimentos y las necesidades afines, que requiere el hombre,
para vivir en aparente confort, crece en progresión aritmética de 1, 2, 3, 4,
5, 6, 7, 8, etc., etc. La población mundial crece en progresión geométrica de 2,
4, 8, l6, 32, 64, etc., etc.
Esa
cobertura o distanciamiento o proporción entre las dos progresiones, para
satisfacer las necesidades vitales del hombre, era prácticamente imposible de
reducirlas en ese entonces, ahora el panorama es aterrador.
Y
para frenar o amenguar en algo esa desproporción de la explosión demográfica,
se trataba de justificar recurriendo a las guerras, las pestes, las grandes
hecatombes ecológicas, epidemias, desatenciones a pueblos enteros que morían y
mueren de inanición, genocidios que aún continúan, pese a estar viviendo en el
siglo XXI, donde se supone que la reflexión del hombre ha alcanzado plena
madurez.
Al
margen de especulaciones dogmáticas, científicas, esotéricas o de cualquier
índole, gracias a la codificación de datos y experiencias, ya se conoce con un
elevado porcentaje de credibilidad, que la aventura del hombre y sus primeras
manifestaciones culturales se inicia hace 50,000 años en el África, en esos
territorios comienza su periplo por los demás continentes y en ese recorrido
van perfilando sus características antropológicas, iniciando de esta manera su
riesgoso nomadismo, que el hombre moderno no lo sabe merituar.
Los
primeros pobladores no pasaban de 10,000 y después de 2,000 generaciones, ahora
somos sobre la faz de la tierra, más de 6`600.000,000 millones de habitantes,
repartidos desproporcionadamente en los diferentes continentes, cada uno de
estos grupos liderados por chamanes, sátrapas, reyes, presidentes, caudillos,
caciques, faraones, incas, etc., que profesan doctrinas, sentimientos,
religiones, filosofías que las circunstancias y el correr del tiempo les ha
adosado a su comportamiento social.
Los
personajes más emblemáticos que lideran estos conglomerados humanos, algunos
ostentan pureza genética y otros, en su gran mayoría son la consecuencia de una
promiscuidad en su composición biológica y que define el perfil de su genoma,
que está derivando en clamorosas distorsiones en su comportamiento, a tal punto
que filósofos, psicólogos, antropólogos culturales etc., tienen suma prudencia
en develarlos, porque están comprometidos con corrientes de opinión, que están
digitadas, por poderosos intereses y de verter su diagnóstico y sus
predicciones, podrían desencadenar trastornos sociales y de reivindicación de
imprevisibles consecuencias.
Pero,
las circunstancias en que vivimos, la insensibilidad y la ambición de algunos
grupos hegemónicos, que digitan los designios de esta nuestra tierra, unos con
olor a santidad y otros sin ningún atributo, ante el avance de la
descomposición social y el descontento, en un plazo muy breve, no podrán frenar
el recalentamiento social que supera todas las predicciones y que antes era
capitalizada por movimientos insurgentes y de reivindicación o también las
llamadas revoluciones, que derivaron en cruentas guerras, que la historia las
tiene codificadas, y que los hombres de todas las generaciones las han gestado,
pero, con relativo éxito..
La
permanente inquietud del hombre está propiciando la experimentación en todos
los campos del qué hacer humano y científico, pero, las experiencias genéticas
son las que más interesan y preocupan, sumado a las clonaciones que están a la
orden del día, y esta actitud inconsciente está generando la peor de las crisis
que superan ampliamente a todas las que nos han precedido.
Pero,
lo que no podrán clonar, pese a todo su esfuerzo, su talento, su ambición e
inquietud del hombre, es otra tierra, otra morada, otro escenario donde pueda
continuar realizando sus vivencias e inquietudes. Porque la tierra es el
resultado de un milagro cósmico, que su configuración ha demorado millones de
años y que por un capricho humano, nuestro único recinto esta con un mal
terminal, o dicho de otra manera, está condenada a muerte, por la actitud
imprudente que están asumiendo algunos grupos étnicos, que quieren imponer sus
designios, sin darse cuenta que están atentando con las condiciones mínimas de
habitabilidad para el hombre.
Todos
los recursos que el hombre precisa para vivir aparentemente en forma digna, se
están agotando, por su desmedida utilización, y malversación, otros especímenes
que constituían nuestro entorno, ya se han extinguido, a esto hay que agregar
que en un porcentaje preocupante, parte de la flora y fauna también está
desapareciendo, esto inquieta a los más pobres, pero, no les interesa a los más
ricos, que son pocos, pero paradójicamente son los dueños del mundo en que
vivimos.
Ellos
proveídos de una ilimitada holgura económica, producto de la explotación
desmedida a los pueblos del tercer mundo, están hurgando otros horizontes de
nuestro entorno cósmico, ya pisaron la luna, Venus no les ofrece ninguna opción
para someterla y ocuparla, Marte que nos envió vida en una encomienda cósmica
hace 3`500,000,000 de años y que la están escrutando, es muy remoto pensar que
se lo pueda colonizar, si antes sucede lo impredecible.
Entonces
los dueños del mundo, tienen que resignarse a convivir por un tiempo más con
los pobres del planeta, porque de haber encontrado condiciones favorables en
otros cuerpos celestes, estamos seguros que ya hubiesen tomado la decisión de
desocupar la tierra, y nos hubiesen dejado en este valle depredado, desolado e
inhóspito, que ya no satisface sus extremadas exigencias.
Según
la opinión de destacados futurólogos, la tierra puede albergar en condiciones
aparentemente dignas hasta 7`000,000,000 de seres, estamos muy cerca de este
cupo y algunos ponderan de no mediar alguna impronta, de acá a 650 años, en
cada metro cuadrado de la tierra vivirán once personas.
El
futuro del hombre es dantesco, porque ya estamos advirtiendo el total deterioro
de la especie humana, debido a que todas las filosofías, todas las propuestas
económicas, todos los sentimientos religiosos están colapsando, paulatinamente
todos los personajes más emblemáticos, sienten que sus mejores intenciones
están siendo desestimadas y cada día que transcurre pierden vigencia, porque
las realidad supera todas las predicciones y que la progresión de la angustia,
el hambre, la miseria espiritual, la desesperación ha sobrepasado el límite de
la dignidad humana,
Hasta
los dioses se deben sentirse preocupados e incómodos, ante este advenimiento,
de la ecuación mortal, que supera ampliamente las progresiones de Malthus, que
no le dio cupo a la imaginación más fecunda, para que intuyeran sus más
macabras predicciones y que las futuras generaciones, serán testigos y actores
de esta historia, que superara el más obcecado surrealismo.
Aún
estamos a tiempo de diseñar una nueva propuesta, más digna y más humana, antes
que los designios naturales provocados por la insana actitud del hombre, nos
conduzca, como premonitoriamente ya lo intuía nuestro poeta universal, sin
paralelo en la literatura, César Vallejo, rodaremos al hoyo de la inmensa
sepultura.
Propiciemos
un cónclave con los hombres de buena voluntad, y evitemos este sino fatal, que
el hombre consciente no se lo merece.
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