Escribe: Manuel
Huanqui Hurtado
El
siglo XXI, constituye posiblemente el más temerario y peligroso de todos los
que no han precedido.
Esto
nos da pie para remarcar, que, debido a la actitud negligente de algunos grupos
étnicos, el panorama que se avecina es desolador, pero, por otra parte desde
hace un buen tiempo gracias a sesudas investigaciones, ya se han superado todas
las especulaciones que concibió el hombre desde los albores de la humanidad,
desde las más dogmáticas, apasionadas y ortodoxas, esto nos está permitiendo
una cobertura científica sin precedentes.
Felizmente ahora se cuenta con el apoyo de sofisticada tecnología de punta, que nos está facilitando valiosa información, y esto está permitiendo sincronizar todos los elementos diagnósticos de los eventos que nos han precedido, especialmente el que es el más determinante para el destino de la humanidad y es el referido a la astronomía.
Las
antiguas civilizaciones que nos están legando infinidad de evidencias
materiales, consistentes en esculturas pétreas de sobria manufactura, y que las
utilizaron para monitorear la marcha de los astros con extraordinaria
exactitud, estos perfiles nos hacen consentir plenamente que nuestros ancestros
vivían en armonía y comunión con la naturaleza, además había que remarcar que
respetaban sus designios y se adecuaban a ellos, porque eran conscientes de sus
reales capacidades, gesto que lo han tipificado como los poseedores de un
acendrado panteísmo.
Pero,
todos ya admiten que con la incorporación de nuevas ciencias, que se suman a
las ya existentes, esta circunstancia está adquiriendo singular cobertura
científica, como es el caso del geomagnetismo, el paleo-clima y la arqueología,
que tienen codificadas en memorias computarizadas, todas las vivencias y
ocurrencias de las etnias que nos han precedido y que aportaron, lo más
significativo de sus concepciones, que sincronizadas con criterio científico y
la opinión de destacados especialistas, el panorama que advertimos es más
transparente, y estamos decantando algunos enigmas, mitos e interrogantes que
durante siglos, mantuvieron aparente vigencia.
Los
movimientos de la tierra ampliamente conocidos, como los de rotación,
traslación, e inclinación, que hasta no ha mucho, parecían determinantes en el
comportamiento de lanaturaleza y consecuentemente eran los que repercutían decididamente
en el destino del hombre, ahora hay que agregar a estos, otros, que inciden en
forma determinante en los ciclos y períodos al que la tierra está expuesta, por
estar inmersa en el sistema planetario y de cuyos flujos, gravedades,
distancias, atracciones, etc., ya eran de conocimiento de las antiguas
civilizaciones.
A
esos movimientos hay que agregar, el de precesión y el del desplazamiento
geomagnético.
El
de precesión, es el ajuste que se opera en el movimiento de la tierra durante
millones de años y que posibilita una mayor o menor cobertura en los ciclos y
periodos establecidos, que amplia o disminuye su luminosidad durante las 24
horas, y que influye en la evolución de las especies.
Y el
otro movimiento conocidos como del desplazamiento geomagnético, que consiste en
la reversión de los polos, cada 730,000 años, el polo norte magnético, se
desplaza al sur, en su media esfera, y en 1´430,000 años, se registra la
mutación completa, con fines didácticos, esta cifra la redondeamos a 1´500,000
de años y con una simple división, tenemos el espectro que nos ocupa, si ya
conocemos que la edad de la tierra, calculada con métodos radioactivos, que le
han asignado 4´500,000,000 años, desde su aparición se han producido 3,000
reversiones completas que han propiciado y precipitado grandes hecatombes,
cataclismos, acompañados por clamorosas distorsiones ecológicas, fractura de
continentes, desplazamiento y choque de placas tectónicas, que han generado la
configuración de agrestes orografías, como los andes y las cumbres del
Himalaya, también se han registrado reversiones de orografías, lo que antes era
fondo de mar, ahora es la cima de elevaciones agrestes, todos estos eventos
naturales, están registrados y perennizados en la secuencias estratigráficas, y
que son el reflejo de la periodicidad con que ocurren y que obedecen al
comportamiento del medio ambiente, producto de las leyes de la mecánica
celeste.
En
estos momentos en que vivimos, tenemos que agradecer que estemos viviendo en
una aparente tensa calma, en comparación a las épocas que nos ha precedido, si
unos huracanes, tornados, tifones, terremotos, etc., nos inquietan tanto,
imaginándonos cuales serían los daños y nuestra reacción cuando se fracturaban
los continentes y el estruendo que producían y los daños que causaba su
desplazamiento.
Otra
ciencia que ahora, es el pilar fundamental de la prevención de ocurrencias
ecológicas, es el paleo-clima, que sincronizada con el geomagnetismo, nos
refieren de los climas que han existido en épocas pretéritas, y de acuerdo a
los ciclos se sabe cuándo retomarán con las mismas características o con
ligeras variaciones.
Y la
arqueología, es la ciencia que apoyada con sofisticado instrumental, en
estrecha colaboración con métodos radiactivos, nos hace conocer con gran
transparencia y con un mínimo de margen de error, la secuencia cronológica e
anterioridad y posterioridad de las presencias culturales.
Con
referencia al comportamiento ígneo y telúrico, ya se tiene codificada valiosa
información, que nos ofrecen referencias muy puntuales, de cuales son factores
que precipitan estas ocurrencias.
Sincronizando
todos los elementos diagnóstico, en especial el del desplazamiento
geomagnético, y que para una cabal interpretación, los hemos dividido semejando
a la esfera del reloj, que coincide con la circunferencia de la tierra, nos
hemos permitido darle equivalencias en tiempo, una hora es igual aproximadamente a 124,000 años, un minuto a
2,084 y 1 segundo a 30 o 40 años.
La
cultura andina ha demorado en concebirse 11 minutos del desplazamiento
geomagnético, equivalente a 22,000 años, esto ha posibilitado, que antes de su
ocupación, los gestores hayan delimitado el área con un gran sentido de
prospección y proyección geopolítica, si bien es cierto este territorio,
constituye el más agreste, incontrastable, inaccesible, abrupto, y difícil, es
el más seguro de esta parte de América, dotado de recursos para que las etnias
que la habiten, no tengan apremios, no sólo durante siglos, sino por milenios,
ostenta ocho regiones naturales y 82 ambientes ecológicos de los 120 que están
registrados, por ello la ambición de querer ocuparla a cualquier precio, por
otras etnias.
El
desplazamiento geomagnético la ha favorecido y la favorece plenamente, porque
siempre ostenta ambientes de diversas características, donde la biodiversidad
se concreta plenamente.
En
lo que respecta al paleo-clima, se ha comprobado que en Chile, cada 30 años,
que equivale o es igual a un segundo magnético, se advierte la presencia de
sequias, en año 1930, en 1960, y en 1990, hubieron, este tipo de calamidades.
Los
terremotos que se registran en diferentes latitudes, en especial en zonas
sísmicas como Arequipa, que está ligada al área del pacifico sur, donde han
ocurrido terremotos y movimientos telúricos de gran intensidad y que están
registrados, nos preocupan.
En
nuestra región en los últimos 400 años, se han producido 30 terremotos de todas
las intensidades, y que cada día, los más sensibles sismógrafos advierten 500
micro-temblores, y que van descargando la incontenible energía, y que en cada
segundo magnético, o sea que cada 30 o 40 años, nos sacude un violento
terremoto, pero, que el poblador arequipeño y el que vive en estos parajes, ya está
digitado y los encara con sobriedad, seriedad y valentía, es digno remarcar
también que desde años ha, las estructuras arquitectónicas que se erigen en
esta tierra son para resistir terremotos.
Sin ánimo
de alarmar, porque ya es ampliamente conocido, que desde París, se están monitoreando
vía satélite a los volcanes de nuestro entorno, al Chachani que ostenta 7 cráteres,
el Misti que está en plena actividad, y al Ubinas, que en cualquier momento nos
puede inquietar. Pero, felizmente ahora contamos con sofisticados medios de
comunicación que eliminan tiempo y distancia, y cuando las circunstancias lo
precisen nos enviaran la voz de alarma, para evacuar disciplinadamente, a zonas
de menor riesgo que ya están designadas, existe un precedente que es necesario
tomarlo en cuenta, si con el último huracán en EE.UU. han evacuado a 2´000,000
de personas, nosotros que somos 1´000,000, lo podemos hacer disciplinadamente.
Con
referencia al movimiento telúrico de 9 grados que se está anunciando, debemos
de estar preparados, debido a que estamos advirtiendo clamorosas distorsiones
ecológicas, sumado al recalentamiento global, al margen que fuera de nuestro
entorno, se advierte un enfriamiento, aquí en la tierra estamos soportando distorsiones
ecológicas nunca antes registradas, que está precipitando la extinción de la
flora y la fauna, y esto está ocurriendo por la negligencia del hombre que la
habita, que está cometiendo una serie de excesos que irremediablemente
precipitará un desastre de imprevisibles proyecciones, como ya se están
presentando en otras latitudes. Y que esta está incidiendo en el futuro
comportamiento ígneo, tectónico y telúrico.
Manuel
Huanqui Hurtado. Doctor en Arqueología.
Portal:
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