Escribe: Manuel
Huanqui Hurtado
Para
completar este circuito de ironías que ocurren en nuestro querido Perú, cuando
en alguna oportunidad llegan a la Facultad de Letras, donde están instalados
los pabellones de idiomas, nuestras discriminación y marginación académica que
se advierte en la distribución de ambientes, es risible, uno observaba con
asombro que los que estaban bien acondicionados, eran: el Pabellón del idioma Inglés,
el Pabellón de Francés, el Pabellón de Italiano, etc., y cuando uno por
curiosidad pregunta, o cuando llega un extranjero que investiga nuestras
lenguas, e indaga dónde está el Pabellón de la lengua Quechua y Aymara, primero
se sorprenden, y después los derivan y les refieren con displicencia, que
debajo de las gradas hay una barraca, un ambiente poco decoroso, donde lo atenderá
un personaje folclórico, que le dará referencias sobre los dialectos y lengua aborígenes.
Ojala que esta actitud se haya superado.
Con referencia
al idioma Chino, que ni se lo tomaba en cuenta en otrora, pero, por la
contundencia que va adquiriendo, por su cobertura étnica que revive con fuerza,
por ostentar genes y memes consistentes, y debido a que su proyección, lo
sindica como el idioma del futuro, y por la contundencia que va asumiendo, se están
habilitando en forma acelerada en todo el mundo, pabellones e institutos
dedicados a la enseñanza del idioma chino, relegando a los idiomas emblemáticos
que ya están perdiendo cobertura.
Cuando
rememoro esos tiempos de mi vida universitaria de los 60 y 70, y trato de
ubicar a esos líderes que compartían conmigo algunas inquietudes, ahora que gobierna
Rusia el Gran Putin, porque no los invita a esos genios de la política, y veo
con asombro que esos ideólogos, esos teóricos, esos diletantes, estafadores de
la política, y especuladores que en mis tiempos fungían de líderes, y viajaban
a Rusia a nutrirse y reciclarse de esas ideologías, que se llenaban la boca con
José Carlos Mariátegui y sus siete ensayos, y soñaban con implantar la
dictadura del proletariado.
Ahora
ocupan los puestos más representativos de la región, a los cuales maquiavélicamente
han accedido, pero, por falta de consistencia genética y étnica, sus gestiones
han resultados poco eficientes, por no decir un fracaso, por su escaso
presupuesto de erudición política, y haber demostrado que eran unos
revolucionarios de bolsillo y agitadores de pupitre.
Por la
grandeza del Perú, por la riqueza que ostenta, como consecuencia de haber
tenido en otrora genes y meses consistentes, pero, que desde hace varios
siglos, se ha convertido en un repositorio de todas las etnias, que están copando
instituciones representativas, tan es así, que para el Congreso han salido elegidos
una miscelánea de portadores de genes y memes inconsistentes, y discriminan
nuestros apellidos, nombres, atuendos, nuestro fenoma y biotipo.
Aún recuerdo
que en cierta oportunidad, y el Perú es testigo que por voto popular llego al Congreso
una representante del Perú profundo, con un apellido muy nuestro, y asistía a
las sesiones del parlamento con los atuendos representativos del mundo andino,
para que sus seguidores sientan orgullo de ella, plenos de color, con su pollera
multicolor y diseño funcional, su montera, era motivo de burla, y si quería expresar
en quechua sus pedidos, que eran los anhelos de su pueblo, por los cuales había
accedido al congreso, no se lo permitían, pero, por esos designios del destino,
también accedió un personaje de apellido extranjero, difícil de pronunciar, con
otro fenotipo y biotipo, que manejaba el idioma de cervantes con suma
elocuencia y propiedad, que ningún miembro del congreso se acercaba a ese nivel
que ostentaba. Esa fue una muestra de las más odiosa discriminación a nuestro
espectro cultural, pero, cuando se trata de obtener objetivos y dividendos políticos,
en forma maquiavélica, recurren sin prejuicios y escrúpulos, y sin respetar
nuestra intimidad étnica y cultural, y como saben muy bien que los nuestros se
comunican con mayor contundencia con el ícono, recurren a él, eso lo hemos
comprobado en las elecciones de 1,990, que, para competir con Mario Vargas Llosa,
un peruano de ostentaba talla y estatura de estadista, los antropólogos y
asesores de la derecha, que tienen todo a su merced, buscaron a un ilustre
desconocido, que sólo tenía unos rasgos de nuestro fenotipo, le adosaron un
chullo, un poncho, posó junto a una llama, con una leyenda que rezaba “un
presidente como tú” y salió elegido el señor Fujimori, después el Perú
asombrado se dio cuenta que si bien es cierto tenía cierta afinidad con los
habitantes del mundo andino, por el rostro, el apellido era oriental, nos
develó, que dentro de este individuo, había un japonés bien metido, con otro
genoma social.
Después
de esta experiencia, y lograr dividir más a nuestro pueblo, recurrieron al
icono del cholo, que también lo lograron con relativo éxito, distrayendo las
justas reivindicaciones del clamor popular, para seguir postergando sus legítimos
derechos.
Como
siempre los medios de comunicación y los asesores conformados por antropólogos culturales,
nativos y foráneos, ya están digitando la nueva cobertura política, aún, no ha
transcurrido ni la mitad del periodo de gobierno, sin el éxito esperado, ya
empiezan a manosear y jugar con las encuestas, ya están en escena muy
prematuramente dos damas, ambas tienen el mismo fenotipo, pero, difieren en el
genotipo, una es de origen oriental, y la otra aspirante tiene ascendencia
mestiza.
Estoy
seguro que cuando se inicie la carrera política, ambas sin respetarse a sí
mismas, y a la intimidad del mundo andino, recurrirán a los atuendos que
nuestra congresista mostraba en el parlamento y con polleras multicolores,
monteras, chamarras, con esos atuendos iniciaran sus giras para ganar adeptos
por todos los pueblos del Perú profundo, con toda la comparsa de ayayeros,
adulones, sobones, para pretender demostrar su aparente identidad con nuestra
etnias, a mi juicio quien puede sacar aparente ventaja, de estas dos
aspirantes, es quien hable el aymara y quechua con propiedad, quien baile
nuestras danzas auténticas sin distorsiones, e interprete nuestra música, quien
domine los fundamentos de la cosmovisión andina, lo que modernamente se conoce
como memes, que por cierto pareciera que se trata de una utopía o un aparente
avance étnico. El matriarcado está ganando consenso en el Perú y el mundo,
dejando de lado a los políticos, y sin temor a equivocarme en nuestra historia
de aparente vida republicana, no hemos tenido un solo presidente digno del Perú,
la historia mal habida que nos endilgaron, registra algunos personajes, desde
los más dogmáticos y obcecados teóricos, ideólogos, paranoicos, adictos a alucinógenos,
ególatras, demagogos, etc., etc., pero carentes de nuestro fenotipo y biotipo. Pero,
con el avance de la cibernética, nos puede deparar alguna sorpresa, en la
próxima elección para lo cual debemos estar preparados.
Es impostergable
que la nueva generación de los herederos de la cultura andina, deben optar por
una nueva propuesta, para rescatar nuestra identidad en función a la educación,
y los principios éticos y morales, para comportarnos como un auténtico pueblo
testimonio, y no como vulgares trasplantados. Los genes y los memes de la
cultura andina, por la fuerza que ostenta, están latentes y listos a emerger,
las causas existen, solo falta el pretexto que sirva como detonante para
reiniciar nuestra reivindicación, si los españoles soportaron nueve siglos,
nosotros no pasaremos de los seis.
Superemos
todas estas especulaciones filosóficas y políticas que tanto daño nos causaron,
quiero terminar esta vivencia, rememorando de como muy sutilmente los tipificamos
en la universidad a esos seudo-marxistas en tres categorías:
1. Los
marxistas auténticos: que no había uno en la universidad.
2. Los
marxistas que daban exámenes de rezagados en marzo, eran la gran mayoría.
3. Los
marxistas por conveniencia, que abundan en todas instituciones representativas.
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