martes, 25 de julio de 2017

Preocupantes predicciones de Stephen Hawking


Escribe Manuel Huanqui Hurtado

El Siglo XX indiscutiblemente representa para la breve aventura del hombre el de mayor cobertura científica de todos los que no han precedido, y gracias a los aportes de las mentes más prominentes de todos los pigmentos y en complicidad con la cibernética se está logrando sincronizar todo lo intuido  y concebido por los que han precedido, con esta decidida e inquietante actitud se están develando los enigmas, misterios y dudas que durante siglos de un obcecado dogmatismo nos tuvieron sumidos en un extremado oscurantismo, donde especulaciones carentes del más mínimo presupuesto de erudición, influyeron en forma decidida para optar por filosofías, tendencias, sentimientos, concepciones, corrientes, y artes, que nos impusieron en unos casos y en otros nos persuadieron a tomar partido, desdeñando el aspecto del genoma social que es determinante en la decisión que deben tomar los pueblos, que están unidos por el biotipo, fenotipo, y genotipo, que ostenta vínculos más determinantes y contundentes que los que les han endilgado a las nacionalidades de reciente data  que ahora dividen al mundo, y que están derivando en guerras irreconciliables donde el pigmento está jugando un papel determinante.

Pero, tenemos que reconocer que  cuanto más se devela de ese mundo ignoto,  el horizonte que  aún queda por descubrir es cada vez de mayor cobertura.

La evolución de las especies que Darwin la sustento para explicar nuestros orígenes, y que hasta no ha mucho fue satanizada al extremo, ahora está cobrando inusitada vigencia; con referencia al universo, los astros, los planetas, y asteroides que lo conforman, su permanente vigilia practicada por los pueblos ancestrales, ha motivado a las etnias de todos los tiempos a especular hasta derivar en un acendrado panteísmo por un lado,  y por el otro extremo se advierte la actitud de  un obcecado geocentrismo, que frenó el avance del conocimiento del cosmos, y que de no haber mediado esa enfermiza actitud, ya estuviéramos en marte y Júpiter,  debido a que la luna ya la tenemos colonizada.

El rastreo del universo que el hombre tiene a su merced, y que cuenta con la complicidad de poderosos telescopios de la nueva generación que están penetrando a las profundidades del cosmos, y que antes de ahora no podíamos llegar a  esos horizontes ni con la más fecunda imaginación, ahora el astrónomo lo tiene más cerca que nunca.

Gracias a la sinergia desplegada por la nueva generación de científicos, conformada por astrónomos, geólogos, paleontólogos, genetistas, antropólogos físicos, arqueólogos, biólogos, expertos en física cuántica, físicos y matemáticos y recurriendo a ordenadores de sofisticada configuración, ahora ya conocemos en parte todo el entorno que nos rodea.

Lo que antes era especulación dogmática, para explicar aspectos determinantes del hombre y su entorno, ahora se define con el gen y el átomo, la ingeniería genética nos refiere nuestros orígenes como entes vivos, y el átomo gracias al tiempo y la mutación que se advierte en su composición nos proporciona la cronología, gracias a este aporte ya se sabe que la tierra ostenta 4,600 millones de años de edad, cuyo proceso está petrificado secuencialmente en toda la corteza de la tierra, y que cada día se descubren fósiles que certifican con gran transparencia la evolución de las especies.

Uno  de los científicos más lúcidos del siglo pasado y principios del presente,  que ha deslumbrado al mundo con sus teorías del Big Bang, Big Crunch, agujeros negros del universo, etc., etc., que a pesar de que sufre de multiplegia, y que después de Alberto Einstein, es el que está persuadiendo a profundizar los estudios de los misterios del universo, este personaje es Stephen Hawking, y gracias a su aporte se ha ampliado el horizonte el conocimiento referente al cosmos, y que ahora ya se sabe, que nuestro sistema solar es parte  imperceptible del casi infinito conglomerado cósmico, y que gracias a su aporte se sabe, de distancias, volúmenes, gravedades, composiciones de algunos cuerpos celestes, y que nos refieren que existen en otras galaxias, cuerpos celestes, y astros con las mismas características que nuestra maltratada y depredada tierra y que si no enmendamos nuestra actitud paranoica de no depredarla, sobreexplotarla, y destruirla, actitud que está por  sobrepasar los límites de la capacidad de resiliencia que ostenta, seremos culpables del  suicidio de nuestra civilización.

Indiscutiblemente estamos viviendo en el mejor momento de la historia de la humanidad, la inquietud del hombre le ha adosado de una parafernalia tecnológica, que ha superado la más fecunda imaginación, pero, también tenemos que reconocer que estamos asistiendo al instante más macabro de un aparente progreso, donde la ambición sin límites del hombre lo está conduciendo a guerras con la intromisión de armas bioquímicas, para aprovechar las estructuras de los pueblos vencidos, que después de someterlos, sólo será preciso fumigar los ambientes para ser ocupados, y no como en otrora que las bombas destruían todos los entornos y después de las victorias sólo encontraban cono trofeos, escombros, destrucción, desolación y muerte, ahora esa es la nueva geopolítica de la ambición.

La humanidad  ha dado saltos cualitativos y cuantitativos desde sus orígenes,  de las señales de humo hemos derivado a la vía satélite, de la cueva prehistórica esculpida por las manos del tiempo en roca viva, donde el colchón y la almohada eran de piedra, ahora se puede disfrutar de hoteles de hasta un kilómetro de alto, para acercase más  a las estrellas que tanto anhela el hombre contemporáneo, del arte prehistórico al offset, de la punta de proyectil lograda en cuarzo, que utilizó el hombre para defenderse de las fierras que lo inquietaban, hemos derivado a la bomba atómica, del tatuaje al maquillaje,  de la telepatía al teléfono celular, de la imaginación al video, de la magia a la ciencia, del mimo al lenguaje articulado, de la forma iconográfica de comunicación, ahora se recurre a la representación simbólica que modernamente se utiliza en el lenguaje de las computadoras, la ciencia y el turismo, que eliminando tiempo y distancia envían con especial sincretismo el mensaje requerido.

Se conocen infinidad de formas de energía, para satisfacer el confort que el hombre moderno precisa, pero, se descartan las menos contaminantes y se optan por las más riesgosas por su aparente funcionalidad, como  es el caso concreto  de los combustibles fósiles y la energía radioactiva, que está acelerando la destrucción irreversible de nuestra única morada.

Los planes de expansión geopolítica de los imperios que hace siglos sometieron a todos los pueblos de los continentes de su entorno, y les impusieron sus maquiavélicos designios, para explotarlos y arrebatarles sus recursos materiales, y ante las aparentes luchas de reivindicación de los pueblos sometidos, se pensó en un nuevo amanecer pleno de  libertades, pero, todos los esfuerzos e intenciones fueron inútiles, y gracias a la riqueza que nos extrajeron brutalmente, perfeccionaron sus mecanismos de dominación, y en complicidad con la nueva versión de felipillos nativos, ahora con renovados sistemas y doctrinas de sometimiento y en complicidad con organismos que los han implementado, a la medida de sus ambiciones, el panorama para los pueblos testimonio es cada vez más sombrío.

Ahora el lenguaje de la ciencia, es cada vez y más complejo y diversificado, se habla del genoma humano, de clonación, de células madres, de mutación atómica, de cambio climático, de  hibernación, de precesión, de resiliencia,  de mecánica cuántica y cada día se descubren elementos diagnósticos de eventos que ocurrieron y que precipitaron otros efectos nocivos para el equilibrio que el hombre precisa para  seguir desarrollando  todas sus inquietudes. Y tenemos que admitir que asistimos a un segundo analfabetismo, que es más contundente y riesgoso, y es el de no estar a la altura de las circunstancias de los modernos sistemas que la tecnología está poniendo a disposición del hombre, que es la computadora más perfecta y sofisticada que se haya concebido y que todo de lo que ahora disfrutamos son hijos del cerebro humano.

La multiplicación incontenible de ejércitos  de bacterias, virus, microbios, etc., etc., están atacando despiadadamente a poblaciones enteras, y se ha comprobado que el metano (inicio hace 250 millones de años, que es 20% más  potente que el dióxido de carbono) creado por microbios son los culpables de la mayor extinción en la tierra, a esto se suma la emisión incontrolable de gases tóxicos, que atentan en contra del equilibrio del medio ambiente, y pese a todas las  recomendaciones de los organismos internacionales, más puede  la ambición y paranoia de algunos hombres que están insuflados de insaciable ambición de acumular poder y dinero, que el destino de la humanidad. Y el último reporte que captamos  es que se están cruzando bacterias con partículas de oro para crear un material vivo y muerto a la vez. (Instituto Massachusetts. U.S.A.) A esto hay que agregar qué otras experiencias más se estarán realizando a espaldas de los más de 7,000 millones de personas que habitamos el planeta tierra.

No en vano los países más poderosos del planeta están construyendo ciudades subterráneas, e implementando ciudades burbuja previstas con todas las seguridades para encarar en parte cualquier hecatombe que los pudiera  inquietar.

Nos preocupa que durante miles de generaciones, se especulara con filosofías, concepciones del mundo, y que el hombre concretara todo lo intuido, y tratara de lograr una aparente paz en complicidad con líderes espirituales, ante su impotencia  se tenga que resignar a un triste final. 

Estas razones que son más que suficientes, que han  persuadido para que Stephan Hawking, vertiera la siguiente aseveración premonitoria,  “la especie humana,  se  enfrenta a una extinción inminente si no conquista nuevos mundos a través del cosmos”.

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