Escribe: Dr. Manuel
Huanqui Hurtado
La
imaginación de la especie humana, ostenta una cobertura de impredecibles proyecciones
a este don hay que agregar su gran capacidad de reflexión de la que está
premunido, y en complicidad con su aguda inteligencia emocional, sumado a la
intuición y perspicacia, que con especial sinergia le imprimen a sus gestos y
actitudes, nuestro semejante ha tomado prudente distancia con el resto de
animales que desde hace miles de años
convive.
Desde
los albores de la civilización y durante la primera sesión solemne que el hombre celebró en la cueva
prehistórica que fue de vida o muerte,
dicha cita sirvió para que el hombre reflexionara sobria y serenamente, y
advertir que nuestra especie fue concebida con serias limitaciones y
desventajas en relación a otras especies que vivían en su entorno, y admitió
sin mezquindades que el animal está dotado de un instinto perfecto, pero en
compensación a esta aparente desventaja, el hombre posee una inteligencia
perfectible.
Admite
que el leopardo se desplaza por los
extensos llanos con una velocidad aún no superada, y en su discurrir su
musculatura y la disposición de su anatomía funcional cuando persigue a su
presa, lo hace con una armonía y ritmo tan perfectamente sincronizados que no
advertimos en el perfil de la silueta del atleta más emblemático que disputa en
las pistas más suntuosas de los escenarios olímpicos, en lo referente a la
visión el halcón dispone de mejores
atributos y la mosca tiene mil ojos en uno con una cobertura de 360 grados, y
sus reacciones son de la más alta definición, que les permite desplazarse con gran velocidad y sin
limitaciones, pese a su ínfima proporción y volumen, en lo
referente al olfato de acuerdo a la codificación elaborada por los
especialistas del más alto nivel han colegido que el perro dispone de un olfato
de la más alta definición, deben haber otros animales con mejor disposición
pero no están al alcance de la operatividad que el hombre precisa, así
podríamos seguir enumerando otros
atributos de otros animales, pero, el hombre es consciente de estas
desventajas, pero, gracias a su inteligencia está logrando sincronizar con
especial sinergia todos los aportes del ciber-mundo, y está supliendo y superando con especial cobertura estas
limitaciones, pero, lamentablemente ante un irreversible deterioro genético, un
porcentaje imperceptible de todo ese perfil logrado, se está orientando a otros
fines poco decorosos que ya limitan con la paranoia y que está
precipitando la extinción de nuestra
especie y comprometiendo el equilibrio ecológico de la tierra que es la morada
de todos los animales que son parte de nuestro entorno, y que gracias a ellos
el hombre sobrevive.
Si
antes el hombre envidiaba al pez que vive debajo de los mares y a las aves que
surcan los cielos raudamente, ahora el hombre vive debajo de los mares y vuela
más allá del horizonte que alcanzan los pájaros, gracias a su inteligencia.
Pero,
el hombre desde siempre ha intuido y concretado muchas vivencias y experiencias
que ahora constituyen el perfil de su cosmovisión, y en lo referente a su
concepción física del mundo que habitó en otrora, su inicio fue de mucha
especulación que derivó en su obcecado panteísmo, y que fue de la diversidad de experiencias filosóficas
que admiten la presencia de personajes dotados de especial sensibilidad
espiritual que los ungieron como líderes de sus vivencias y sentimientos
religiosos, algunos saturados de exagerado misticismo, donde la fe jugo un
papel determinante, y como respuesta a
este obcecado dogmatismo aparecen movimientos políticos, con la
presencia de ateos, agnósticos, las especulaciones con referencia, a la
dialéctica y el materialismo histórico sacuden desde los cimientos todas las
propuestas filosóficas y los sentimientos religiosos existentes.
Pero,
con especial sinergia la ciencia con suma cautela escrutaba todo este devenir
que luego iba interpretando para dar su aporte contundente y definitivo, al
proponer que el gen y el átomo, son los que definen el espectro de la cultura
universal.
El
Gen nos devela y define nuestro ancestro y nuestra procedencia étnica, y el
átomo que se mantiene en permanente mutación nos traduce con extraordinaria
precisión la cronología de la edad de la tierra y el instante que aparece el
hombre que viene a constituir el único actor de su propia historia.
Gracias
a la era digital en la que estamos inmersos, tenemos codificados todas las
evidencias y experiencias con minuciosa rigurosidad cronológica, y en complicidad y el apoyo de memorias de alta resolución,
ahora tenemos la relación de todos los descubrimientos e inventos que el hombre
ha concretado.
Esto
nos permite colegir que el siglo pasado gracias a la permanente inquietud del
hombre ha posibilitado postergar definitivamente todo ese obcecado dogmatismo
que impidió que el hombre conozca la verdadera trama de sus orígenes, que cada
día la cobertura de las evidencias que
se descubre es más amplia y contundente, pero, aun lo que queda por develar es
una proporción impredecible.
El
cielo y el infierno ya no tienen cupo en las nuevas generaciones, ahora se
habla del universo, del Bing Bang, del Bing-Crumch, de los agujeros del
universo, de las supernovas, etc., etc.,
el bien y el mal que eran designios que definían el destino del hombre
han quedado relegados a la mínima expresión y esto lo advertimos con suma transparencia gracias al apoyo de la vía satélite que nos reportan escenas donde uno advierte
absorto que la cobertura del horror que propicia el hombre que nos precedió y
que le imprimía a sus actos no nos mostraban extremada crueldad, esto lo comprobamos
con las escenas que estamos presenciando, y que jamás la imaginación del hombre logró intuir, ni en sus rituales más satánicos y tener que lamentar que las generaciones que están naciendo en su disco
duro no están digitados y consecuentemente no están preparadas para encarar y enfrentar estos trances de dolor que desembocan en la muerte, estas escenas,
donde el límite de la sensibilidad humana han sobrepasado largamente la
prudencia del hombre más centrado y del personaje dotado de la mejor concepción
del mundo que vivimos, que le está sirviendo como marco del comportamiento de
nuestra especie que es por demás violenta, cruenta y sangrienta, y que debemos
hacer lo imposible para frenar esta espiral de crueldad por el bien de los hombres del planeta.
Ahora
que estamos asistiendo al mejor momento del devenir del hombre, que le ha
adosado a su entorno natural exagerada parafernalia y extremado confort que ha superado la leyenda de las mil y una noches, pero, paradójicamente ante
tanto lujo y boato tenemos que admitir que estamos viviendo en el peor momento de la historia, al advertir en
las imágenes que captamos vía satélite, de cómo el hambre, el dolor y la muerte
en una progresión incontenible están presentes en los continentes que desde
siempre fueron discriminados.
Ahora
en pleno Siglo XXI, el hombre vuelve la mirada al pasado para escrutar sobria y
serenamente lo concebido por nuestros ancestros, especialmente en lo referente a los perfiles
arquitectónicos que con genial intuición le han adosado a su entorno natural,
sin romper ni distorsionar en lo mínimo el marco paisajista, y por ostentar especial
contexto se les ha ungido con el
galardón de maravillas del mundo.
Pero,
recurriendo al sentido común que es el fundamento de mayor cobertura y sustento
social, el perfil para merecer este título, debe ser la resultante de una
comunión de ideales y propósitos para lograr mantener y satisfacer su unidad
étnica y cultural para que todos sin discriminaciones se reúnan en su entorno
para celebrar las fiestas más emblemáticas de los pueblos que los habitan.
Esto
significa que para definir su concretización no ha incidido ningún aspecto que
linde con la ambición, el egoísmo, la xenofobia y la discriminación que son los
aspectos que desde siempre han propiciado la disgregación de los grupos
étnicos, pese a tener el mismo fenotipo,
biotipo y genotipo.
Maravilla
es una estructura sin tiempo, que de por sí deslumbra, cautiva y uno siente esa atmósfera de satisfacción y sosiego cuando las contempla debido a que es atraído por sus aromas y
efluvios de su entorno que ha sido el escenario y donde se han realizado
ceremonias de singular trascendencia en que la comunidad en un cónclave sin
precedentes ha convivido en armonía con la naturaleza, en estos escenarios se
ha producido una sinergia donde han
tomado parte activa lo étnico, lo telúrico, lo mítico y lo cósmico y en sus
estructuras no se respiran los efluvios de escenas donde la sangre derramada
nos salpique como consecuencia de desequilibrios sociales y excesos cometidos.
Su
sustento y el marco de toda su parafernalia es eminentemente panteísta, que
solo accede y respeta los designios naturales.
De
todo lo escrutado y visitado a mi juicio hay tres escenarios que constituyen
las maravillas más emblemáticas y representativas de todos los tiempos y ellos
son:
Las
Pirámides de Egipto cuya cronología aún no está bien definida, pero, constituye
la heredad más emblemática de todas cuantas existen en el Oriente y Occidente,
en esos ambientes se han concebido los primeros hitos del arte, la
arquitectura, la escultura, la escritura jeroglífica y para muchos ha servido
del sustento de los sentimientos
religiosos que aún predominan, esas pirámides están íntimamente ligadas al
aspecto astronómico, que ha sido la razón de su existencia, y su preocupación
permanente a estado orientada a develar los misterios de la muerte a la cual le
profesaban respeto y reverencia, amén de que sus reflexiones ha sido el
sustento de otros aspectos aún no develados de algunos grupos étnicos del
Oriente y Occidente.
Esta
maravilla constituye por su cobertura un perfil de singular trascendencia que
incólume desafía al tiempo, tan es así
que hay un proverbio que reza “Todas las
cosas temen al tiempo, pero, el tiempo teme a las pirámides”
Otra
maravilla que representa uno de los perfiles de mayor connotación de esta parte
de América es la Pirámide de Chichenitza y todo su complejo arquitectónico que
muestra una armonía de especial simetría pocas veces advertida en otros
recintos y que está ligada íntimamente al flujo astronómico, donde se traduce una proporción
milimétrica, con relación a las
distancias de los planetas y el universo y esto está refrendado por la
sincronización existente en su configuración que nos refiere con especial
transparencia que en el control del tiempo, el calendario Maya, por los
períodos establecidos nos revelan sorprendente aproximación y con sentido
premonitorio lo que viene ocurriendo en lo referente al aspecto astronómico, y que sumado a que en todo su entorno se
puede admirar iconografías en alto relieve aún no develados, y que la humanidad
le rinde admiración. Aquí se puede el constatar el sincretismo de la cosmovisión Maya en toda su
amplitud y donde la mutación del tiempo tiene
su mejor sustento.
América,
y en especial la región sur, por un especial designio astronómico, esotérico,
mágico, geomagnético, étnico etc., etc., ha sido el epicentro donde con
especial cobertura se han sincronizado los diferentes flujos de la
mecánica celeste, en especial los
referidos a los movimientos de rotación, traslación, inclinación, precesión,
desplazamiento geomagnético, esto ha posibilitado que en la configuración de su
entorno de las áreas delimitadas y
ocupadas por las antiguas civilizaciones, ostenten especial prospección y
proyección geopolítica que le dotó de singulares contrastes orográficos, que ha
posibilitado la presencia de escenarios para realizar experiencias genéticas, y
elegir hitos estratégicamente ubicados para enviar y recibir señales cósmicas y
realizar el monitoreo y control del tiempo que era el fundamento más sólido de
su acendrado panteísmo, y esto nos ha posibilitado colegir que ellos solo
acceden, obedecen y están supeditados a las leyes del universo, lo que muy
sutilmente han planteado en la última
reunión habida en las Islas Canarias donde se llevó a cabo el cónclave con la
presencia de Sthefen Hawking en complicidad con los más prominentes premios
Nobel de la Ciencia, y han deducido que
gracias a sus aportes se han superado
las barreras más infranqueables de ese obcecado dogmatismo, y haber develado
todo el avance con referencia al conocimiento del cosmos, él es consciente que
la muerte lo sorprenderá en cualquier momento, ha advertido que por un tiempo
más seguirá siendo un enigma el origen de la vida, del tiempo y del universo,
pese a todo el avance científico.
Indiscutiblemente
el Kosko es el epicentro donde convergen todos los caminos del tiempo.
El
Kosko no sólo es epicentro, es también camino, distancia, meridiano, o destino
aún incierto y enigmático, es culminación de todos los propósitos e intenciones
de una etnia de singulares atributos que después de tenaz perseverancia de
milenios se concreta.
Su
lenguaje jeroglífico que desafía los siglos, constituye tiempo endurecido
representado por escalinatas, hornacinas, ángulos, morteros, meandros,
monolitos que ostentan infinidad de íconos, perfiles antropomorfizados a las
que le han adosado singulares
estilizaciones, e intihuatanas de variados perfiles, etc., etc.
Machupicchu,
es una maravilla sin tiempo, concebida con especial intuición que supera el más
preciso G.P.S. de alta definición del siglo en que vivimos, eligieron el sitio
más estratégico donde se advierte y está premunido de magia telúrica, que irradia sin sobresaturar los efluvios y aromas naturales, que propicia
respirar un ambiente para absorber los
aromas del pasado, en este meridiano se funden en una simbiosis cósmica lo esotérico, lo mágico, astronómico y lo
místico, que supera en transparencia y luminosidad a todos los parajes de su
entorno.
Su
estructura geológica es la culminación de un proceso de lenta configuración de
millones de años, y que ha propiciado que las manos del tiempo con especial
celo haya esculpido el perfil más sobrio, bello y seguro, que asemeja una acuarela lítica, plena de matices donde se advierte un cromatismo de
singular equilibrio que durante el día va asomando un verdor, cuya mutación
adquieren por instantes contornos de belleza inigualable nunca advertida.
Su
desplazamiento geomagnético, está astronómicamente digitado para que el hombre
que la habite disfrute de su entorno, no sólo por siglos, sino también ostenta
una cobertura para milenios, que ha
posibilitado la concepción de sus perfiles en ciclos definidos que supera
ampliamente la cobertura que el tiempo le concede a la historia.
En
este hito, los arquitectos del
urbanismo, los ingenieros de la piedra y los astrónomos del tiempo, en una
simbiosis sin precedentes le adosaron perfiles arquitectónicos con genial
simetría, sin romper su marco paisajista, donde se advierte la conjunción de la
piedra y el verdor de su entorno, donde uno puede admirar con singular
luminosidad un mimetismo de lo natural y cultural único en el mundo y donde se
puede disfrutar de un equilibrio ecológico que lo tonifica anímicamente y
biológicamente al que vive en su entorno y también al que lo visita.
Recorriendo
sus ambientes se advierte que el diseño original de sus estructuras de especial
solidez, difieren con otras que les han
adosado como resultado de ocupaciones sucesivas en el tiempo, donde se trasluce
nítidamente que las técnicas y el acabado no concuasan con su primigenia
concepción, pero, a falta de una adecuada política cultural acorde con el Siglo
XXI, y en complicidad con la ciber-tecnología, rayos láser y espectrómetros de la que el hombre dispone, se deben tomar
las precauciones debidas, porque esas incrustaciones poco decorosas comprometen su fisonomía plena de armonía, y
la consistencia de sus estructuras.
Su
enigmática y estratégica ubicación ha posibilitado y servido para que durante
siglos lo han monitoreado al sol, en complicidad con las sombras y sus proyecciones, teniendo
como hitos inamovibles los contrafuertes graníticos que están en su entorno,
que felizmente se mantienen incólumes e intocados, con los que codifican con extraordinaria exactitud
los ciclos y períodos del tiempo que transcurre, pero, cuando advierten todas
las proyecciones y las sincronizan con especial cuidado, nos refieren con
irrefutable y extraordinaria precisión que los nuestros al escrutar el aparente
recorrido del sol, y que después de 365
días retorna al punto de partida que es
cuando se inicia y finaliza el año andino, que con fines comerciales el calendario Gregoriano
que nos impusieron oscila entre el 21 y 24 de junio, que por la exactitud y
precisión de su retorno, es motivo de
fiestas de color y movimiento semejando un arco iris en mutación cromática de
variados matices conocida como Inti Raymi, esto significa que con su retorno el
sol a su punto de partida los acompañara por un año más con su luminosidad que
incide en la fecundidad y la alquimia de
la tierra, este gesto no es folklore, es
ciencia pura, este acontecimiento
sincronizado, nos ha permitido establecer ante el consenso universal que en la
medición de año hemos sido y somos los
más exactos, en relación a otras presencias culturales del planeta.
Al
margen de esta infinidad de intihuatanas rociados en diferentes hitos uno
advierte estructuras subterráneas para sobrevivir a los movimientos telúricos
de todas las intensidades y grados, geológicamente están bien ubicados y estratégicamente protegidos para preservar la
semilla de vida que es el hombre.
Todos
los perfiles más emblemáticos y representativos de las civilizaciones no han resistido a los grandes cambios como
consecuencia del desplazamiento del reloj magnético, sus débiles estructuras no
han soportado estas distorsiones del cambio climático y el tiempo las ha
arrasado y en algunos lugares uno advierte
los rastros que sirven de hitos para escrutar el pasado, es por esta
razón que se ha popularizado el eslogan de que ruinas existen en todos los lugares que ocupó el
hombre que nos ha precedió, pero, por haber elegido lugares carentes de
prospección y proyección geopolítica como ostenta Machupicchu, ha sido la causa
por la que han desaparecido, y que han
sido de poca cobertura.
Machupicchu,
está ubicado en el meridiano matemáticamente calculado para el flujo de los
cambios leves y violentos que la
naturaleza le imprime como consecuencia de su proceso de gestación geológica, y
el movimiento de precesión, ostenta amplia cobertura para mantener el
equilibrio climático para la sobrevivencia que el hombre precisa, para que
vivan sucesivas generaciones y disfruten de su entorno sin riesgo, lo
ubicaron en un sitio estratégico, para
que el flujo permanente de los vientos se renueven y le brinde un ambiente de
una pureza sin igual para que la maravillosa computadora humana pueda
desarrollar todas su inquietudes y
facultades con singular intuición y equilibrio emocional en lo
referente a lo anímico y biológico, para que sus ultrasensibles sensores que
ostenta puedan captar mensajes y recibir el advenimiento de las reacciones de
la naturaleza, en abierta complicidad con la flora y la fauna, que su ausencia o presencia en ciclos definidos
son mensajes que los traduce con genial
intuición y perspicacia y eran referentes valiosos de las reacciones del
entorno de la naturaleza o Pacha Mama,
que eran de vida o muerte, señales que sigue emitiendo y que el hombre está
dopado y sumido en una falsa modernidad y aparente progreso que las interfiere
y bloquea absurdamente con las funestas consecuencias que advertimos y que
atenta peligrosamente en contra de la integridad del hombre y su cultura.
Esta
maravilla del mundo es una de las pocas que estoicamente resiste la
indiferencia, la discriminación y la ambición de los mercaderes del
turismo, que la exponen a todos los
riesgos y le adosan algunos rasgos y
perfiles intrusivos que son el colmo de la aberración arquitectónica, que están
comprometiendo su prolongación y supervivencia en el tiempo, y no toman en
cuenta que cada visitante llega como profundo respeto a nuestra heredad, donde
descubre un universo de inquietudes concretadas y plasmadas sabiamente en sus sólidas estructuras.
Estas
tres maravillas constituyen el pináculo de la cultura universal, vivimos hipnotizados
y obnubilados por su grandilocuencia y majestuosidad, las generaciones
posteriores a la concretización de estos perfiles, concebidas en épocas
determinadas han concretado
arquitecturas que responden a sesgos definidos, donde el lujo, el boato,
la apariencia, la egolatría, la ostentación y la discriminación han sido su
sustento, sin comprender que la arquitectura debe ser factor de integración y
no de disgregación, ahora en pleno siglo XXI
paradójicamente con fines estrictamente mercantilistas algunos
personajes carentes del más mínimo sentido común y decoro se han dedicado a
persuadirnos que existen otras maravillas de reciente data, pero que no
ostentan los efluvios del pasado, ni la
pátina del tiempo que les imprimen los siglos que perennizan y definen
su real cobertura cultural y étnica y que no ostentan la simbiosis de las que
hemos muy tangencialmente descrito.
Gracias
a la tecnología de punta que la inquietud del hombre ha concebido, ha logrado
que el mundo aparentemente se haya
reducido a la mínima expresión y ahora podemos surcar los aires en modernos
palacios aerodinámicos para evitar el cansancio y que tan sólo en contadas horas uno pueda unir continentes,
que hasta no ha mucho permanecían ignotos y remotos, pero gracias a la vía
satélite que nos muestra con extraordinaria nitidez y color eliminando tiempo y
distancia el patrimonio natural, cultural e inmaterial de todos los grupos
étnicos que habitan el planeta, cualquiera sea su pigmento, podemos admirar su
atributos y decidir visitarlos.
Pero,
para vivir en complicidad con la era digital, uno puede informarse y conocer
todos los argumentos, criterios, opiniones y después de centrada deducción establecer qué perfiles los podemos ungir como maravillas del mundo, y
establecer las prioridades y preferencias, y cuáles son los que responden a
otros criterios ausentes de cobertura social, como la muralla china que representa
un perfil guerrero, que la erigieron para protegerse de las invasiones de
bárbaros, y mongoles, el Coliseo Romano que significa un monumento a la muerte
y poco respeto a la vida y la dignidad humana. La torre de Effiel es una estructura metálica inspirada en los
obeliscos egipcios, que ostenta altura y no cobertura y estatura cultural,
todos los palacios de las monarquías
europeas y del oriente donde relucía su egolatría y vanidad, que disponían de
infinidad de ambientes donde se escenificaron los grandes campeonatos y las
competencias sociales, donde se advertía exquisita y refinada parafernalia
donde las alfombras de todos los colores decoraban su orgullo, pero, era de
reducida y exclusiva cobertura social,
donde los marginados no tenían cupo y se dejaba traslucir el excesivo lujo y
boato que precipitó la revolución
francesa, pero aún sobreviven otros perfiles donde los títulos nobiliarios de
efímera consistencia es la esencia de su sino, estas son opiniones de un arqueólogo, más no son críticas.
El
arco del triunfo, erigido para satisfacer el ego de los estrategas de la
geopolítica de la guerra , su ambición era invadir pueblos indefensos para
someterlos, y que sus victorias ya estaban ganadas antes de la partida de
emperadores invencibles, a su retorno ingresaban triunfantes por debajo de esas
estructuras monumentales que ostentaban perfiles faraónicos, para que los hombres se sientan empequeñecidos, debido
a que las coronas de laurel eran insignificantes para satisfacer su desmedida egolatría.
Los
arquitectos de la fama, recurrieron a la columna para darle perspectiva al frontis
de los palacios que iban a ser destinados para albergar personajes de cierta
connotación, que constituyen burdos remedos de las columnas del viejo Egipto,
poco funcionales y desproporcionadas haciendo un derroche innecesario de áreas
y materiales de sofisticada elaboración y selección pero, de breve cobertura en
el tiempo que no satisface su
disponibilidad ni siquiera a tres
generaciones, pero, so pretexto de haber constituido parte de su historia las ungen como
maravillas, pero ante la óptica de los entendidos significan estructuras
carentes de esencia étnica, que
impresionan pero no cautivan y no les
merecen admiración y respeto para quienes van a sus encuentro, y su
atracción es mínima. Hay otras que nos persuadieron con extremada
persistencia que las consideremos como maravillas como los jardines colgantes de Babilonia que eran meramente decorativos, y ya se
marchitaron y el Faro de Alejandría cuya iluminación y cobertura ya son poco funcionales para los tiempos en
que vivimos.
Ni
que decir de los tiempos modernos, que algunos grupos étnicos que haciendo
derroche de su poder económico viven inmersos en una competencia desmedida, erigen sólidas estructuras en complicidad de materiales consistentes, y les adosan caprichosos
diseños artísticos que les permite
concretar perfiles estéticos que nos muestran inusitado movimiento en sus
líneas y perfiles que les adosan a sus estructuras, recurriendo a materiales de
sofisticada elaboración y consistencia, que rompen la armonía de los perfiles y marcos paisajistas, e
históricos relegando el entorno natural a un sitial poco decoroso donde
conviven etnias de todos los pigmentos con diversidad de inquietudes, sentimientos y adicciones que desfiguran y
alteran los parámetros originarios, convirtiendo estos recintos en megalópolis
donde se advierte extremada tugurización material y espiritual,
trastocando el auténtico propósito de
los centros urbanos que debe ser la convergencia de los mejores propósitos y
buenas intenciones, para una convivencia de paz
y armonía, Y donde uno advierte en sus estructuras extremada elevación
que rompe el entorno celestial.
Nos
merecen admiración y respeto otras maravillas de los nuevos tiempos que nos
ocuparemos en otra edición.
En
otra entrega, nos dedicaremos de los perfiles naturales más emblemáticos del
planeta.
Manuel
Huanqui Hurtado. Doctor en Arqueología.
Correo:
manuelhuanquihur@gmail.com
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