miércoles, 5 de abril de 2017

Los genes y los memes. De las revoluciones del siglo xx (parte II)


Escribe: Manuel Huanqui Hurtado

La revolución socialista que se inspiró en doctrinas filosóficas y políticas con el propósito de integrar etnias, para lograr un objetivo común de bienestar social, para concretar este proyecto se unen, aparentemente 53 nacionalidades cada una con sus genes y memes definidos, experiencia que tuvo poca cobertura, y relativo éxito, debido, a que ostentaba más fuerza y contundencia el aspecto étnico que estaba contenido en su genoma social, que define cada aparente nacionalidad y que precipito su digresión.

La revolución China, que ostenta solidos genes y memes, es la única  que ha prosperado y se proyecta al futuro con imprevisible cobertura.

Es que los chinos han conservado, pese a todas las agresiones, discriminaciones, incursiones violentas, humillaciones, por parte de los poderosos imperios hegemónicos, su fenotipo, no han deteriorado sus genes, los han  conservado, no los han agredido, no lo han prostituido, no han permitido que se consuma una irresponsable promiscuidad genética, esto los ha posibilitado mantener intacto su genoma social, esto significa que no han cambiado su escritura, ni su idioma, tampoco han distorsionado su cosmovisión, su unidad étnica, pero, lo más determinante y que no ha sufrido alteración alguna es su genotipo, su fenotipo, su biotipo, que les ha posibilitado mantener las características de su escultura humana, que descarta la discriminación y xenofobia, sus ritos siguen siendo los mismos, su arte, su música, que son factores de integración, amén de que son prudentes y aceptan el comportamiento de otras etnias y conviven con ellas, han emigrado a otros continentes, llevando los rasgos más significativos de su cultura, basta mencionar su comida, tan es así que podemos manifestar que el chifa es universal. En esta experiencia política, el genoma social ha sido determinante.

La revolución cubana, un movimiento de reivindicación, que se gestó para ser imitado en toda América. Lamentablemente no ostento genes y memes consistentes, y ante el asombro de sus seguidores y teóricos que la promovieron, cada día va perdiendo vigencia.

La única que es digna de ser rememorada, emulada e imitada es la revolución China, y el Perú ostenta esos ingredientes sociales.

Nuestro querido Perú, que es una de las culturas, civilizaciones, presencias o como se le quiera denominar, constituye la más emblemática de América Nuclear, con sólidos principios, ostenta genes y memes consistentes, que desde hace cinco siglos, ha sido agredida, explotada, despreciada, marginada, discriminada, pero no extinguida, por blancos y criollos, amén del criollo amestizado e inmigrantes de otras etnias, que no han comprendido nuestra prudencia, y han iniciado un afán de copar instituciones, empresas, etc., etc., dejando entrever un aparente complejo de superioridad, que lo ostentan, amén de que fueron y son cómplices de imponernos una infinidad de designios que no concuasan con nuestro genoma social.

Se instauraron las universidades provenientes de occidente, como centros de formación educativa, dejando de lado lo yachayhuasis, al margen de que prohibieron que hablemos nuestras lenguas nativas que ostentaban mayor contexto, nos impusieron brutalmente la lengua o idioma de los conquistadores carente de mensaje, esta imposición fue la causa de la perdida de parte de nuestra identidad, y que fue la columna vertebral de la cultura andina, y somos conocedores que cuando los árabes invades España y los someten durante nueve siglos, y cuando los expulsan, los sometidos no adoptaron la lengua árabe, ni su sentimiento religioso, retomaron lo suyo, sin darse cuenta que los invasores ostentaban una cultura superior, y es la que nos debieron haber traído a nuestra América.

Cuando inicio mis estudios en la Universidad Nacional de San Agustín, que discurren entre los años de 1,960 a 1,970 del siglo pasado, la época de mayor convulsión política, donde los ideólogos, los teóricos, diletantes, paranoicos, obcecados revolucionarios de mi generación, fueron impactados, por la marea roja, inician sus especulaciones en función al materialismo histórico, la dialéctica etc., etc., emulan a Marx, Mao, Stalin, Trotsky, Lenin, Fidel y el Che Guevara, etc., etc., mis contemporáneos trataron de interpretar esos avances y adecuarlos a nuestro mundo, e inician sus actividades revolucionarias, sin  el sustento que se precisaba, yo provenía de los ríos profundos que tanto pondero Arguedas, y fui testigo presencial de lo que José Carlos Mariátegui escribía en sus siete ensayos, pero, mi generación estaba obsesionada por la revolución socialista, deliraban con Marx, soñaban con Stalin, desvariaban con Trotsky etc., etc., su máxima aspiración era llegar a Moscú, recorrer la plaza roja, para sentir sus efluvios, tomar vodka, y de paso aprender unas palabras en ruso, para captar a plenitud sus memes, inclusive  enviaban estudiantes a Rusia para que sienta la vivencia de esa revolución, como el suscrito era uno de los máximos representantes de los estudiantes de esa época, fui seleccionado para viajar a Moscú, pero el requisito era firmar un documento para pertenecer a la juventud comunista, condición que no accedí, porque yo tenía otra formación, muchos de mis contemporáneos viajaron y retornaron como promotores de esa revolución.

Recuerdo a manera de anécdota, que aquí en la universidad, me conocí con un profesor de matemáticas apellidado Tello, que formado en la universidad de Kiev, el me refería que la lejanía, el frio, la soledad y la indiferencia de otras etnias, lo tenían sumido en un monólogo de depresión.

Y paseando por las gélidas calles de Kiev, leyó un anuncio de una institución cultural, que decía, que a las siete se dictaba una conferencia sobre el idioma quechua, me frote las manos de alegría, porque estaba seguro que el disertante provenía del Perú o Bolivia, pero, debía ser por lo menos un personaje a fin a nuestra etnia, y fui el primero en concurrir a dicho evento, para confundirme en un abrazo.

Grande fue mi sorpresa que el conferencista era un ruso, que tomo más interés por nuestro idioma, para los rusos el quechua es un idioma, pero para algunos doctos y eruditos de nuestras universidades es un dialecto, y lo discriminan olímpicamente.

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