Hasta
no hace mucho el pasado de los pueblos se interpretaba recurriendo a fuentes
susceptibles de distorsión e inexplicablemente se marginaban las evidencias
materiales, que paradójicamente son las que conservan con extraordinaria
fidelidad las huellas del pasado. Arequipa es un enclave interandino que
ostenta infinidad de muestras del pasado de diversa manufactura y antigüedad,
unas obtenidas casualmente y otras rescatadas técnicamente por acción
especialista y estudiosa, pero que lamentablemente el porcentaje de estas
muestras es ínfimo y un volumen aun no precisado se encuentra en los estratos
de la tierra. Gracias al lenguaje sobrio y contundente con que nos hablan
estas evidencias materiales, nos revelan la verdadera profundidad
prehistórica de los pueblos, y en especial de Arequipa, que sobrepasa
largamente los 10,000 años, cotejado con los relojes radioactivos. Cuando de
repente irrumpe el conquistador un 15 de agosto de 1540 en este valle de
paradisíacos encantos y toman posesión de estos territorios en nombre de sus
católicos Reyes y de inmediato implantan una arquitectura de autoridad
erigiendo palacios, castillos, mansiones, monasterios, conventos, templos y la
catedral, amén de casonas solariegas, en toda el área de lo que hoy se conoce
como la Arequipa Cuadrada, Esta actitud define parte de su impronta y
constituye el segmento más reciente de su historia. Por estos perfiles de
soberbia monumentalidad que nos legaron, se pensó y nos hacían intuir que la
historia de este pueblo se iniciaba recién en esa fecha que plantan la cruz
apoyados por la espada, imbuidos y premunidos también de un acendrado
sentimiento religioso.
Por
muchos lustros prevaleció este sino y muchas generaciones de rancio abolengo,
vivió y murió con este pensamiento.
Las
fuentes y referencias recopiladas por los cronistas del entorno de este valle,
tangencialmente se ocuparon de los primeros pobladores de este enclave de
impresionantes contornos, que el conquistador después de escrutar estos
territorios decidieron quedarse cautivados por su magnetismo, sus efluvios
telúricos y aromas ígneos, pero lo, que más atrajo en definitiva fue su
transparente cielo azul y su luminosidad que definía mejor sus perfiles. Los
casi recientes moradores de este valle, persuadieron y se esmeraron en escribir
la historia de este pueblo, que la tiene y de la más frondosa, pero con el
sesgo eminentemente occidentalista, inclusive por la trascendencia que venía
adquiriendo por su ubicación geopolítica en la región sur, y para ratificar su
entroncamiento directo con España, se envían emisarios a los Archivos de Indias
de Sevilla, para extractar lo más significativo de sus ancestros en lo que a
nobleza se refiere.
La
imposición de otros convencionalismos, costumbres, artes, ciencias y
sentimientos religiosos fue tan contundente en este valle, daba la impresión
que antes de este trance, no hubo otra evidencia de connotación, que la dejada
por los primeros conquistadores.
La
casualidad ha sido factor determinante que propicio los grandes descubrimientos
que han dejado perfiles y rastros de antiguas civilizaciones y hoy apoyados por
sofisticado instrumental y el aporte centrado de connotados científicos
sociales, se está reconstruyendo el pasado de los pueblos con extraordinaria
fidelidad y cobertura social. Ante el escepticismo de muchos, que obcecadamente
pensaban que antes del 15 de Agosto de 1540 nadie en este valle, iban
apareciendo cementerios precolombinos con tumbas que contenían osamentas,
ceramios, objetos metálicos y residuos orgánicos de incalculable valor
científico y recién gracias a estas evidencias se empieza a interpretar el auténtico
pasado de este pueblo.
Estamos
seguros que el próximo milenio, este pueblo como resultado de la sincronización
sobria y serena de todas las evidencias confrontadas con los relojes
radiactivos que la ciencia a puesto al servicio de la interpretación del pasado
de los pueblos, se logrará un perfil mas científico de sus ancestros, gracias a
las muestras materiales que conservaron esas huellas. Aquí algunas de esas
referencias rescatadas técnicamente y que son pruebas irrefutables de su
milenaria data.
ASPECTO
CIENTÍFICO.
Las
osamentas semejan papiros donde se ha codificado todas las vivencias de la vida
de la persona, han quedado impresas las referencias de la calidad de su
alimentación, las mal nutriciones, porcentajes de caries dental, enfermedades
que los aquejaron, intervenciones quirúrgicas a la que fueron sometidas, malformaciones
óseas adquiridas y congénitas, etc. y que ahora recurrieron a ordenadores electrónicos,
nos están arrojando sorprendentes resultados que constituyen el auténtico
lenguaje de la prehistoria.
FOTO
DE LA DIADEMA
Leyenda.-Diadema
de oro con aleación de plata y una ínfima porción de cobre, dicho espécimen fue
analizado en los laboratorios de la universidad nacional de san Agustín.
Tecnología conocida por los que moraban en este valle. Se aprecia el fino
trabajo de laminado, a la que le imprimieron en alto relieve símbolos que
sintetizan todo el universo de su cosmovisión. Cronología tentativa de 800 a
1,300 después de cristo. Este ornamento se encuentra en custodia del museo de
san Agustín. Este singular hallazgo nos refiere que antes de ahora existió una
marcada estratificación social.
OSAMENTAS
Leyenda.-Restos
de tibia y peroné, con doble fractura y que en proceso de osificación por falta
de asistencia provoco el desarrollo de un prominente callo óseo que comprometió
la funcionalidad de ambos huesos, a tal punto de haberlos fusionado y que una
vez rehabilitado el personaje le limito la normal flexibilidad del miembro
inferior, imposibilitando su normal desplazamiento. Considerado para su entorno
étnico como un minusválido. Por esta razón se le enterró con el rostro mirando
al sur y no al sol. La orientación era un designio de índole étnico-biológico.
RESTOS
DE CRÁNEO TREPANADO
Se
le advierte la huella que se le practicó una trepanación craneana, por los
informes y peritajes de especialistas nos refieren que pese a la intervención
fue de riesgo, no se logró la sobrevida el que fue sometido. Este personaje
también fue enterrado mirando y orientando al sur. Para la cosmovisión del
mundo andino, estas disminuciones físicas les impedían prolongar
satisfactoriamente el ciclo de su existencia se practicaba una eutanasia post
morten. Ellos tenían el presentimiento que los restos de su disminución físico,
una vez muertos se constituyen en nutrimento para los nuevos seres por nacer, y
que su malformación física podría influir en su integridad física, y podría
prolongarse su minusvalía.
CERAMIO
De
manufactura local, no ostenta la calidad y el acabado que muestran otras áreas
cercanas a Arequipa, como el estilo Chuquibamba y Chiribaya, pero los motivos
decorativos que muestra se aprecian una clara influencia del Horizonte
Tiahuanaco.
EVIDENCIAS
COLLAS EN AREQUIPA.
El
año 1974 por encargo del Instituto Nacional de Cultura, realizamos el primer
trabajo de arqueología colonial en los ambientes de la Casa Tristán del Pozo,
conocida también como Casa Ríckets, ubicada en la primera cuadra de la calle
San Francisco, donde hoy funciona el Banco Continental. En el segundo patio, en
los ambientes que están en el entorno, sector de la derecha, logramos ubicar
pircas de manufactura colla, asociadas a fragmentos de cerámica como apreciamos
en la foto, amén de infinidad de otras evidencias, consistente en residuos
orgánicos. Se pudo constatar que no usaban el sillar o tufo volcánico, debido a
que la masa ígnea les merecía sumo respeto. También se logró rescatar en este
último segmento monedas de plata, acuñadas en Potosí. Este material está en
custodia en el Museo de la Universidad Católica de Santa María. Otra de las
evidencias que refuerza nuestro argumento del origen Colla de Arequipa, son la
infinidad de topónimos con los que bautizaron a diferentes sitios de este
valle, que son de origen Aymara.
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