Dr. Manuel Huanqui
Hurtado
Estamos
viviendo la primera década del siglo XXI, aparentemente en el mejor momento de
la historia, e increíblemente estamos sumidos en una obcecada adicción
tecnológica, que preocupa e inquieta, pero también tenemos que reconocer que
vivimos el peor momento de todos que nos precedido, por la obcecada
irresponsabilidad de nuestros semejantes, que viven dopados de extremada inconsciencia, que nos está conduciendo al hoyo de la inmensa sepultura, como
ya lo intuyera el poeta universal, César Vallejo.
La
permanente inquietud del hombre que nos ha precedido, desde el instante que
inicia su breve aventura, acosado por las circunstancias, ha logrado dar
grandes saltos cualitativos y cuantitativos, que los herederos de nuestra cultura no han sabido aprovechar,
especialmente aquellos que tienen singular cobertura social y proyección
científica.
Hemos
superado trances muy difíciles en esta travesía de la cueva prehistórica, hemos
derivado al hotel de 7 estrellas, donde vivir en esos entornos y disfrutar de
esas comodidades es un sueño.
De
la punta de proyectil, lograda en piedra, con singular destreza, hemos derivado
a la bomba atómica, y hoy por hoy ya ingresamos a la era de las bombas bioquímicas.
Del
arte milenario concebido por el hombre de las cavernas, hemos derivado al
offset, que reproduce con magistral sincronización de colores, imágenes e
íconos para lograr un sorprendente equilibrio cromático, que expresa su
sincretismo cultural.
De
la telepatía al teléfono, del sueño al video, del tatuaje al maquillaje, del
quipu a la computadora, del folclore a la ciencia, etc.
Gracias
a esta permanente inquietud escrutadora del hombre de todos los tiempos, se ha
decantado infinidad de dogmas, mitos, obcecadas concepciones del mundo, que ha
tratado de explicar nuestros orígenes huérfanos de sustento científico.
Felizmente,
la ciencia comprometida en hurgar la verdad, no tiene límites para penetrar en
la cobertura de esos horizontes aún no holladas y que está incidiendo en el
genoma humano, que ya se conoce el 97%.
La
evolución humana, ya está plenamente admitida, refrendada por los resultados
que día a día, se descubren y se develan.
Sabemos
que provenimos de un solo tronco común, y que resumen la evolución de los
antropoides, que han transitado por la tierra, algunos de estos especímenes se
extinguieron.
Quedaron
atrás el concepto del ápeiron, la célula, etc., etc., ahora se habla del gen,
que constituye hoy por hoy el chip biológico, donde está contenida toda la
herencia física y somática de cada ser y el misterio de la vida, y la suma de
genes, configurará la persona y la agrupación de los mismos definen la etnia,
que en grupo ostentan las mismas características, y que es la columna vertebral
de nuestra integración, y que se reproducen gracias a la simbiosis que
posibilita la alquimia de la cosmobiología que da origen a la vida y que el
nuevo ser es portador de las características de su predecesor.
Poro,
tenemos que admitir que nosotros no fuimos la mejor opción, posiblemente hubo
otros especímenes que ostentaron mejor disposición en su ensamblaje corporal, y
que la sinergia se concretó con mejor cobertura en su concepción y
configuración, esto nos da pie para manifestar que la actitud que está
asumiendo el hombre actual no es la más centrada y que está precipitando
nuestra extinción y que algunos animales que ostenta instinto perfecto, deben
estar preocupados de convivir con nosotros.
El
gen que dio origen a nuestra especie, tiene un ancestro en su configuración de
millones de años y por un milagro hemos podido sobrevivir, pero, el factor
determinante que incidió en su proyección genética, fue el cambio climático,
esto lo manifestamos, porque los estudiosos que escrutan el pasado buscando
evidencias materiales en los estratos de la tierra, apretados por el tiempo, se
rescatan restos que constituyen elementos diagnósticos de todos los factores
que incidieron en el ensamblaje humano y en su constitución.
Esa
semilla del hombre que aparece en el África en el pueblo San, región de los
Bosquimanos, área que hace miles de años, era el único espacio que le brindaba
condiciones favorables para que el hombre sobreviviera, porque el resto del
planeta, estaba cubierto de nieve, ocurrencias conocidas como la era de las
glaciaciones.
Ese
espécimen o sea nuestro antecesor, conforme pasa el tiempo va ganando espacios
en los entornos de África, recurriendo a un nomadismo riesgosos y fatigoso, se
desplaza a Australia, Oceanía, la India, la China, Europa, Euroasia,. Liberia,
cruza el Estrecho de Bering y llega a nuestra América a este Hatunsuyo, y en
ese trayecto va definiendo el color del pigmento el ensamblaje de la
arquitectura humana, y el entorno ecológico va configurando sus características
antropológicas, el negro será alto y atleta, para vencer las llanuras del
África, el esquimal será de baja estatura, pero con una constitución gruesa
para soportar las gélidas temperaturas del polo, de no ser así moriría
congelado, el hombre andinos era de baja estatura con un tórax bien
pronunciado, con un color cobrizo, con molleros musculosos para acceder
fácilmente a altitudes de más de 4000 mil metros y descender hasta el nivel del
mar, para realizar sus faenas cotidianas.
Esto
nos permite asegurar, que el gen es la columna vertebral de la etnia, porque
hereda y transmite los aspectos y características más determinantes para
configurar a un determinado grupo social, que habita en un área geográfica
determinada.
Pero,
la integridad de la consistencia genética, ostenta una especial protección, que
supera ampliamente a la sustancia quitinosa, que protege a la semilla, esto nos
autoriza a afirmar que está exenta de cualquier manipulación intencional
contranatura, que precipitaría clamorosas distorsiones que incidirán en la
actitud que asuma cada individuo o espécimen.
Los
memes constituyen, las memorias colectivas de todas las concepciones que los
grupos humanos que habitaron nuestro globo terráqueo, esas manifestaciones
están constituidas por mitos, leyendas, cosmovisiones del mundo, sus
tecnologías, sus supersticiones, gestos, mimos y actitudes, etc. Amén de sus
perfiles arquitectónicos, lo que hasta no a mucho, lo denominaban cultura y que
este concepto o palabra ha quedado demasiado estrecha, o con reducida cobertura
para abarcar y definir todo ese universo de creaciones vivencias y
descubrimientos que el hombre ha codificado desde sus orígenes, amén de otros
aspectos.
Gracias
a la memorias colectivas concebidas por las etnias que nos han precedido y que
aún se conservan milagrosamente en petro-grabados, en abrigos rocosos, en
papiros, en lienzos, en quipus, donde la intuición, el ingenuo y la
inteligencia bien dosificada y con un manejo de la línea y el movimiento, a las
que le han adosado, color con mucho equilibrio y criterio y que resume el
sincretismo de cada época y que es el reflejo la conducta que asumieron y hoy
asumen.
Los
genes bien conservados que no han sido manipulados, que han sido respetados y
no agredidos, conciben memes sólidos y de gran cobertura social y que nunca
morirán mientras el hombre único actos viva.
Pero,
los genes que no han sido respetados, y que los han manipulados
maquiavélicamente, y los han agredidos, y los someten irresponsablemente a
experimentaciones, son los que no tiene perdurabilidad, y que ya están
muriendo, como es el caso concreto de la cultura que nos ha agredido, y que nos
invade y nos impone desde hace más de 500 años sus designios y que alguna vez,
ya lo intuyera hace varias décadas el Historiador Alemán Oswald Spengler en su
obra intitulada "La Decadencia de Occidente".
Lo
étnico tiene raíces más profundas que la nacionalidad de reciente data, la
etnia durante milenios ha configurado sus características, que constituyen la
columna vertebral de su identidad, y van adquiriendo actitudes,
comportamientos que los tipifican; como es el caso concreto el del pigmento,
los rasgos antropológicos esculpidos por el medio ambiente, sumado a las formas
de expresión, como es el idioma, la música, la danza, el color, el mimo, a lo
que hay que agregar todas sus vivencias y experiencias.
Pero,
los últimos dos mil años que equivalen escasamente a un minuto del
desplazamiento del reloj geomagnético y que es imperceptible a la suma de
todas las horas que ya las tenemos recorridas del calendario de la vida y que
han sido determinantes para la configuración de todo ese espectro de la
cultura o de los memes, y que ha posibilitado que cada grupo ha ido elaborando
su perfil y que constituyen sus actos, gestos y vivencias que definen su
personalidad y están unidos por esos vínculos que inciden en forma determinante
en su integración, pero, para lograr todo este propósito, ellos buscan topónimos,
colores, iconos, símbolos, para expresar o representar los aspectos más
emblemáticos de su etnia.
Los
genes y los memes y los memes consistentes nunca morirán como es el caso
concreto de los hindúes, los chinos, los mayas, los collas, hebreos, y que pese
a que durante siglos han permanecido sometidos, marginados, discriminados y
explotados y predestinados a un lento proceso de inanición y extinción, tenemos
que admitir que quienes son los protagonistas de algunos actos reprochables, en
contra de estos grupos, sin los grupos étnicos minoritarios, que son la
consecuencia de un deterioro genético, porque no encontramos una explicación
científica, que justifique su actitud.
Ahora
el panorama que nos ofrece la pantalla de la realidad y que nos muestra con
suma transparencia, el espectro de la realidad mundial, recurriendo a íconos,
símbolos y números, nos ofrecen guarismos alarmantes y que nos preocupan, y que
algunas referencias son aterradoras para el destino del hombre.
De
todo lo manifestado podemos colegir, que los genes bien configurados y que
están representados por las culturas matrices de la humanidad, mantienen
paradójicamente, pese todas las discriminaciones y agresiones, conservan casi
intactas sus características, que los tipifican e identifican plenamente.
Nosotros
somos conscientes que estos memes están imbuidos de sólidos principios, pero de
un tiempo a esta parte, se advierte lamentablemente un paulatino deterioro, y
se está configurando un gen maquiavélico y esto es consecuencia de la promiscuidad
biológica que se ha producido en esa área, que esta sobresaturada por todos
estos ingredientes, escenario que compromete todo el territorio europeo, porque
con sus actitudes, ha minado todo el globo terráqueo, creando una
efervescencia, que se acumula peligrosamente, generando un espiral de violencia
que está precipitando el recalentamiento social, que sumado a recalentamiento
global, con estos ingredientes el destino del hombre es incierto y estamos ad
portas del suicidio de la civilización, y se está imponiendo brutalmente la
cultura de muerte.
Este
escenario donde se han detectado las más clamorosas distorsiones genéticas, es
donde se han concebido infinidad de vivencias, corrientes filosóficas, escuelas
económicas, sentimientos religiosos, tendencias estéticas. Amén de otros
aspectos sin sustento social y étnico, y estos grupos con fines de dominación
han invadido y sometido a continentes, y les han impuesto por la fuerza, los
designios de su cultura y que ya están en franca decadencia, y que están
sobreviviendo milagrosamente.
Pero,
es digno de reconocer que ante el asombro de los más conspicuos estudiosos, los
teóricos, los filósofos, los ortodoxos, los escépticos, los agnósticos, los
ateos, etc., etc., etc. Todo ese
interminable ejército de personalidades ya no tiene cobertura, porque sus
propuestas carecen de sustento científico y se derrumban estrepitosamente ante
el asombro de más de 6 mil millones de habitantes del planeta tierra.
Ustedes
son testigos de esta hecatombe social, pero quienes saldrán más fortalecidos
son los genes y los memes de las antiguas civilizaciones, como es el caso
concreto el de nuestra milenaria cultura.
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