jueves, 9 de marzo de 2017

Los genes y memes de la cultura andina


Dr. Manuel Huanqui Hurtado

Estamos viviendo la primera década del siglo XXI, aparentemente en el mejor momento de la historia, e in­creíblemente estamos sumi­dos en una obcecada adicción tecnológica, que preocupa e inquieta, pero también tene­mos que reconocer que vivi­mos el peor momento de todos que nos precedido, por la obcecada irresponsabilidad de nuestros semejantes, que viven dopados de extremada inconsciencia, que nos está conduciendo al hoyo de la in­mensa sepultura, como ya lo intuyera el poeta universal, César Vallejo.

La permanente inquietud del hombre que nos ha precedido, desde el instante que inicia su breve aventura, acosado por las circunstancias, ha logrado dar grandes saltos cualitativos y cuantitativos, que los herederos de nuestra  cultura no han sabido aprovechar, especialmente aquellos que tienen singular cobertura social y proyección científica.

Hemos superado trances muy difíciles en esta travesía de la cueva prehistórica, hemos derivado al hotel de 7 estrellas, donde vivir en esos entornos y disfrutar de esas comodidades es un sueño.

De la punta de proyectil, lograda en piedra, con singular destreza, hemos derivado a la bomba atómica, y hoy por hoy ya ingresamos a la era de las bombas bioquímicas.

Del arte milenario concebido por el hombre de las cavernas, hemos derivado al offset, que reproduce con magistral sincronización de colores, imágenes e íconos para lograr un sorprendente equilibrio cromático, que expresa su sincretismo cultural.

De la telepatía al teléfono, del sueño al video, del tatuaje al maquillaje, del quipu a la computadora, del folclore a la ciencia, etc.

Gracias a esta permanente inquietud escrutadora del hombre de todos los tiempos, se ha decantado infinidad de dogmas, mitos, obcecadas concepciones del mundo, que ha tratado de explicar nuestros orígenes huérfanos de sustento científico.

Felizmente, la ciencia comprometida en hurgar la verdad, no tiene límites para penetrar en la cobertura de esos horizontes aún no holladas y que está incidiendo en el genoma humano, que ya se conoce el 97%.

La evolución humana, ya está plenamente admitida, refrendada por los resultados que día a día, se descubren y se develan.

Sabemos que provenimos de un solo tronco común, y que resumen la evolución de los antropoides, que han transitado por la tierra, algunos de estos especímenes se extinguieron.

Quedaron atrás el concepto del ápeiron, la célula, etc., etc., ahora se habla del gen, que constituye hoy por hoy el chip biológico, donde está contenida toda la herencia física y somática de cada ser y el misterio de la vida, y la suma de genes, configurará la persona y la agrupación de los mismos definen la etnia, que en grupo ostentan las mismas características, y que es la columna vertebral de nuestra integración, y que se reproducen gracias a la simbiosis que posibilita la alquimia de la cosmobiología que da origen a la vida y que el nuevo ser es portador de las características de su predecesor.

Poro, tenemos que admitir que nosotros no fuimos la mejor opción, posiblemente hubo otros especímenes que ostentaron mejor disposición en su ensamblaje corporal, y que la sinergia se concretó con mejor cobertura en su concepción y configuración, esto nos da pie para manifestar que la actitud que está asumiendo el hombre actual no es la más centrada y que está precipitando nuestra extinción y que algunos animales que ostenta instinto perfecto, deben estar preocupados de convivir con nosotros.

El gen que dio origen a nuestra especie, tiene un ancestro en su configuración de millones de años y por un milagro hemos podido sobrevivir, pero, el factor determinante que incidió en su proyección genética, fue el cambio climático, esto lo manifestamos, porque los estudiosos que escrutan el pasado buscando evidencias materiales en los estratos de la tierra, apretados por el tiempo, se rescatan restos que constituyen elementos diagnósticos de todos los factores que incidieron en el ensamblaje humano y en su constitución.

Esa semilla del hombre que aparece en el África en el pueblo San, región de los Bosquimanos, área que hace miles de años, era el único espacio que le brindaba condiciones favorables para que el hombre sobreviviera, porque el resto del planeta, estaba cubierto de nieve, ocurrencias conocidas como la era de las glaciaciones.

Ese espécimen o sea nuestro antecesor, conforme pasa el tiempo va ganando espacios en los entornos de África, recurriendo a un nomadismo riesgosos y fatigoso, se desplaza a Australia, Oceanía, la India, la China, Europa, Euroasia,. Liberia, cruza el Estrecho de Bering y llega a nuestra América a este Hatunsuyo, y en ese trayecto va definiendo el color del pigmento el ensamblaje de la arquitectura humana, y el entorno ecológico va configurando sus características antropológicas, el negro será alto y atleta, para vencer las llanuras del África, el esquimal será de baja estatura, pero con una constitución gruesa para soportar las gélidas temperaturas del polo, de no ser así moriría congelado, el hombre andinos era de baja estatura con un tórax bien pronunciado, con un color cobrizo, con molleros musculosos para acceder fácilmente a altitudes de más de 4000 mil metros y descender hasta el nivel del mar, para realizar sus faenas cotidianas.

Esto nos permite asegurar, que el gen es la columna vertebral de la etnia, porque hereda y transmite los aspectos y características más determinantes para configurar a un determinado grupo social, que habita en un área geográfica determinada.

Pero, la integridad de la consistencia genética, ostenta una especial protección, que supera ampliamente a la sustancia quitinosa, que protege a la semilla, esto nos autoriza a afirmar que está exenta de cualquier manipulación intencional contranatura, que precipitaría clamorosas distorsiones que incidirán en la actitud que asuma cada individuo o espécimen.

Los memes constituyen, las memorias colectivas de todas las concepciones que los grupos humanos que ha­bitaron nuestro globo terráqueo, esas manifestaciones están constituidas por mitos, leyendas, cosmovisiones del mundo, sus tecnologías, sus supersticiones, gestos, mimos y actitudes, etc. Amén de sus perfiles arquitectónicos, lo que hasta no a mucho, lo denominaban cultura y que este concepto o palabra ha quedado demasiado estrecha, o con reduc­ida cobertura para abarcar y definir todo ese universo de creaciones vivencias y descubrimientos que el hombre ha codificado desde sus orígenes, amén de otros aspectos.

Gracias a la memorias colectivas concebidas por las et­nias que nos han precedido y que aún se conservan milagro­samente en petro-graba­dos, en abrigos rocosos, en papiros, en lienzos, en quipus, donde la intuición, el ingenuo y la inteligencia bien dosificada y con un manejo de la línea y el movimiento, a las que le han adosado, color con mucho equilibrio y criterio y que resume el sincretismo de cada época y que es el reflejo la conducta que asumieron y hoy asumen.

Los genes bien conservados que no han sido manipulados, que han sido respetados y no agredidos, conciben memes sólidos y de gran cobertura social y que nunca morirán mientras el hombre único actos viva.

Pero, los genes que no han sido respetados, y que los han manipulados maquiavélicamente, y los han agredidos, y los someten irresponsablemente a experimentaciones, son los que no tiene perdurabilidad, y que ya están muriendo, como es el caso concreto de la cultura que nos ha agredido, y que nos invade y nos impone desde hace más de 500 años sus designios y que alguna vez, ya lo intuyera hace varias décadas el Histo­riador Alemán Oswald Spengler en su obra intitulada "La Decadencia de Occidente".

Lo étnico tiene raíces más profundas que la nacionalidad de reciente data, la etnia durante milenios ha configurado sus características, que constituyen la columna vertebral de su identidad, y van adqui­riendo actitudes, comportamientos que los tipifican; como es el caso concreto el del pigmento, los rasgos antropológicos esculpidos por el medio ambiente, sumado a las formas de expresión, como es el idioma, la música, la danza, el color, el mimo, a lo que hay que agregar todas sus viven­cias y experiencias.

Pero, los últimos dos mil años que equivalen escasamente a un minuto del desplazamiento del reloj geo­magnético y que es imperceptible a la suma de todas las horas que ya las tenemos recorridas del calendario de la vida y que han sido determi­nantes para la configuración de todo ese espectro de la cul­tura o de los memes, y que ha posibilitado que cada grupo ha ido elaborando su perfil y que constituyen sus actos, gestos y vivencias que definen su personalidad y están unidos por esos vínculos que inciden en forma determinante en su integración, pero, para lograr todo este propósito, ellos buscan topónimos, colores, iconos, símbolos, para expresar o representar los aspectos más emblemáticos de su etnia.

Los genes y los memes y los memes consistentes nunca morirán como es el caso concreto de los hindúes, los chinos, los mayas, los collas, hebreos, y que pese a que durante siglos han permanecido sometidos, marginados, discriminados y explotados y predestinados a un lento proceso de inanición y extinción, tenemos que admitir que quienes son los protagonistas de algunos actos reprochables, en contra de estos grupos, sin los grupos étnicos minoritarios, que son la consecuencia de un deterioro genético, porque no encontramos una explicación científica, que justifique su actitud.

Ahora el panorama que nos ofrece la pantalla de la realidad y que nos muestra con suma transparencia, el espectro de la realidad mundial, recurriendo a íconos, símbolos y números, nos ofrecen guarismos alarmantes y que nos preocupan, y que algunas referencias son aterradoras para el destino del hombre.

De todo lo manifestado podemos colegir, que los genes bien configurados y que están representados por las culturas matrices de la humanidad, mantienen paradójicamente, pese todas las discriminaciones y agresiones, conservan casi intactas sus características, que los tipifican e identifican plenamente.

Nosotros somos conscientes que estos memes están imbuidos de sólidos principios, pero de un tiempo a esta parte, se advierte lamentablemente un paulatino deterioro, y se está configurando un gen maquiavélico y esto es consecuencia de la promiscuidad biológica que se ha producido en esa área, que esta sobresaturada por todos estos ingredientes, escenario que compromete todo el territorio europeo, porque con sus actitudes, ha minado todo el globo terráqueo, creando una efervescencia, que se acumula peligrosamente, generando un espiral de violencia que está precipitando el recalentamiento social, que sumado a recalentamiento global, con estos ingredientes el destino del hombre es incierto y estamos ad portas del suicidio de la civilización, y se está imponiendo brutalmente la cultura de muerte.

Este escenario donde se han detectado las más clamorosas distorsiones genéticas, es donde se han concebido infinidad de vivencias, corrientes filosóficas, escuelas económicas, sentimientos religiosos, tendencias estéticas. Amén de otros aspectos sin sustento social y étnico, y estos grupos con fines de dominación han invadido y sometido a continentes, y les han impuesto por la fuerza, los designios de su cultura y que ya están en franca decadencia, y que están sobreviviendo milagrosamente.

Pero, es digno de reconocer que ante el asombro de los más conspicuos estudiosos, los teóricos, los filósofos, los ortodoxos, los escépticos, los agnósticos, los ateos, etc., etc., etc.  Todo ese interminable ejército de personalidades ya no tiene cobertura, porque sus propuestas carecen de sustento científico y se derrumban estrepitosamente ante el asombro de más de 6 mil millones de habitantes del planeta tierra.


Ustedes son testigos de esta hecatombe social, pero quienes saldrán más fortalecidos son los genes y los memes de las antiguas civilizaciones, como es el caso concreto el de nuestra milenaria cultura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario