martes, 7 de marzo de 2017

Más respeto por los muertos, exigen los auténticos peruanos


Dr. Manuel Huanqui Hurtado

Esta opinión es un apéndice a la tercera edición de esta separata, después que el cuerpo congelado de la Momia del Ampato regresó de U.S.A.

Lamentablemente, pese a nuestra a lo mejor obcecada oposición, nuevamente se la llevan al Japón. Esto sólo sucede en el Perú, porque carecemos de auténtica identidad cultural, pese a que nuestro país ostenta los testimonios arqueológicos de mayor cobertura científica de América, que resume la mejor de las experiencias culturales de esta parte del mundo.

Pero, increíblemente y paradójicamente, no cuenta con la legislación acorde a la connotación de nuestro Sagrado Patrimonio Arqueológico, debido a la insensibilidad y desconocimiento de los fundamentos científicos, culturales y étnicos de nuestros ancestros.
LA HISTORIA SE REPITE

Ante el estupor del mundo andino, se confirmó nuestra suposición. A los lugares donde se la llevan, en plan supuestamente de exhibición, pero, el auténtico propósito es sustraerle sangre, ligamentos, cabellos, donde están contenidos todos los secretos de nuestra intimidad étnica y cuyos estudios ya les está develando.

Se rompió el silencio de la momia, y ella ya está hablando en el idioma universal de la ciencia y en el extranjero, les está confiando a los estudiosos cuales fueron las razones que posibilitaron a nuestros ancestros lograr la trascendencia que ostentan.

Muy a pesar nuestro, la historia se repite, nos siguen hurtando lo mas valioso de nuestra patrimonio, pese a los gritos de protesta de los auténticos herederos ligados genéticamente a la Dama Congelada del Ampato, que se sienten impotentes ante la actitud humillante de la novísima versión de felipillos nativos y de todos los pelajes de fin de siglo, ante la protesta de connotados científicos, recién nos dan a conocer su verdadero mensaje..
Se confirmó nuestra afirmación, que nuestro desarrolló cultural de milenaria data, está ligado genéticamente al área del Pacífico.

Pero, era digno de nuestra cultura, por la trascendencia que ostenta, que se dé a conocer al mundo científico la auténtica versión de nuestro pasado que tanto preocupa e inquieta, pero, que esta develación debió ser por boca de los nuestros, sin intermediarios, traductores e historiadores que siempre nos endilgaron otras versiones que no concuasaban con nuestro auténtico pasado y con quienes ni étnica, ni cultural, ni antropológicamente nos une ningún vínculo.

En especial con los grupos étnicos que se desarrollaron en el área del Atlántico, que tenían otra cosmovisión, su afanes sólo fueron de dominación y expansión, como resultado de la búsqueda de otra ruta hacia el Oriente y repentinamente tropezaron con nuestro Hatun Suyo, (Región Grande en lengua quechua) brutalmente nos conquistan y empiezan a escribir nuestra historia sin autoridad y fundamento, con clamorosas distorsiones que día a día pierden vigencia, para dar paso a la más transparente y genuina historia, que la retomaremos el próximo milenio y regirá los destinos de la Nueva América.

Felizmente ya estamos encontrando los primeros hitos. En el tercer milenio volverán a tener vigencia plena las culturas comunitarias como la nuestra, debido a que expresiones individualistas como las que nos sometieron, ya están llegando a su fin.

EL DERECHO GENÉTICO Y PROYECCIÓN CULTURAL.

Se están develando los primeros resultados de los avances científicos, que se logran de los exámenes, análisis, radiografías, tomografás, etc., etc., del cuerpo congelado de la dama del Ampato.

Cuando algunos escépticos se opusieron tercamente a nuestras fundadas protestas, ahora después de lo ocurrido, recién comprenden que nuestra intuición premonitoria tenía sólidos fundamentos y de cuales fueron los propósitos por la que nuestra evidencia cultural fue secuestrada a U.S.A. sin existir un convenio transparente que haga valer nuestros legítimos derechos.

Es lamentable tener que aceptar que mientras los arqueólogos y autoridades con afanes protagónicos acompañaban y jugaban a la ronda con la ñusta, sigilosamente los auténticos científicos le extraen ADN, sangre, cabellos, residuos orgánicos de su dieta alimenticia, al margen de las miles de radiografías, tomografías tridimensionales obtenidas con resonancia magnética, inclusive están en condiciones de clonarla, amen de haberse quedado con toda la información que precisan.

Nuestra sugerencia antes de que viajara la dama congelada, que inclusive fue utilizada políticamente fue clara y contundente, en mi condición de arqueólogo, sé hasta dónde se proyecta nuestro función, después de los estudios de prospección, proyección y excavación, una vez recuperadas técnicamente las evidencias y haber tomado los apuntes, fotos, gráficos, memorias que son vaciadas al disquete de la computadora, con el cuidado y la rigurosidad científica, remitimos a los laboratorios para que los especialistas realicen los exámenes y análisis respectivos, posteriormente los resultados los devuelven para sincronizar los elementos diagnósticos luego evacuar tentativamente una propuesta de interpretación del perfil cultural que justifique la presencia de grupos étnicos que desde hace miles de años habitaron estas áreas geográficas, y que factores influyeron en su sedentarización o mutación.

Pese, a la obcecada decisión de llevársela, actitud que la consumaron, sugerimos oportunamente que en vez de que escoltaran a la Dama del Ampato arqueólogos y autoridades que no tenían ningún nexo ni familiar, ni profesional con las ciencias afines que tienen que interpretar el mensaje contenido que ostenta nuestra reliquia, debieran acompañar un neurólogo, radiólogo, biólogo, patólogo, genetista etc. Para que presencien y participen de la experiencias a las que sería sometida la dama del Ampato, en dicho conclave científico sólo participaron especialistas de U.S.A. ahora ellos tienen los secretos de la vida de nuestros ancestros, con esa valiosa información diseñaran geopolíticamente el nuevo milenio, porque hasta el momento es la mejor opción de esta parte de América.

Ante el estupor de científicos y extranjeros, se está informando del origen genético de los antecesores de la Dama del Ampato, que habrían vivido en Taywan, y la más reciente información que nos llega, que es descendiente de un grupo étnico panameño. Estas versiones responden y tienen el único propósito de neutralizar los constantes reclamos que periódicamente hacemos reclamando nuestros legítimos derechos que nos asisten, con estas actitudes tratan de quitarnos la paternidad cultural.

Estas especulaciones nos preocupan en demasía, sin que las personas que les compete se hayan pronunciado al respecto, su silencio es complice que compromete el destino cultural del Perú.

Que pretenden con estas revelaciones quitarnos el derecho de la filiación genética y demostrarnos que el cuerpo congelado no tiene vinculación cultural con el Perú, pese a que fue encontrada en el área donde se desarrolló el Gran Tahuantinsuyo, con esta actitud quieren hechar por tierra todos los aportes de nuestra milenaria cultura.

Quienes aún ignoran la verdadera dimensión y proyección de la Ciencia de la Arqueología, que no se resume a quedar convertidos huachimanes de cuidar momias, o simples tachólogos o profanadores de santuarios sagrados y cementerios o los que describen características de especímenes o se dejan impresionar por un ceramio, si bien es cierto premunido de extraordinarios diseños y sorprendente equilibrio cromático, o un tejido policromo con singulares estilizaciones que nos muestra su simbología, amén de perfiles arquitectónicos y tecnologías funcionales para su época con estas actitudes están distrayendo y postergando la verdadera esencia de nuestros orígenes, que está en lo genético, que lo resume todo y que lo antes mencionado es parte complementaria de la auténtica cosmovisión de nuestro pueblo.

Para quienes ignoran, pese a que se atribuyen nuestra representatividad de la verdadera profundidad prehistórica de la Cultura Andina, considerada por los más connotados estudiosos del pasado, como pueblo semilla, pueblo testimonio de América, que largamente sobrepasa los 22,000 años calculados con métodos radioactivos.

Los recientes 500 años que le atribuyen a la dama del Ampato, no significan factor determinante que defina el perfil cultural o su verdadera descendencia.

Nosotros como auténticos herederos del Gran Tahuantinsuyo, genéticamente y culturalmente hemos influenciado a toda América desde épocas pretéritas, hemos mantenido permanente intercambio con los grupos étnicos que se desarrollaron en el área del Océano Pacífico, hay muchos más nexos que nos unen con el Oriente que con Occidente, especialmente con los pueblos de Corea, Japón, Taywan. China, Polinesía, afinidades comprobadas científicamente por las evidencias materiales y espirituales escrutadas como topónimos, costumbres, convencionalismos, rasgos antropológicos y lógicamente el ADN que está resumida en nuestra cosmovisión que es semejante a los testimonios que ellos ostentan, quedando aún en suspenso saber si ellos influyeron o viceversa, eso se determinará con posteriores investigaciones.

Los nuestros el Siglo XV ante la brutal actitud de Occidente que llegan en plan de conquista y coloniaje, nos imponen sus designios y su cultura, iniciándose la más clamorosa distorsión de nuestra identidad cultural.

Es lamentable que por un descuido que linda con la negligencia, ante nuestra impotencia aceptemos los designios de los invasores, que su único propósito es sembrar la duda y desconcierto sobre nuestros orígenes y sus auténticos valores éticos y morales.

El derecho genético, que tendrá plena vigencia en el milenio que está empezando y que nuestra cultura genéticamente ha aportado variedad de plantas y animales, a la humanidad debe merecer adecuada protección.

La papa es un claro ejemplo, se experimentó y desarrollo en el área del Tahuantinsuyo, recién se reconoce que fue el aporte vital y extraordinario para el mundo que amenguo el hambre evitando que millones de seres murieran de inanición.

Las 2,500 plantas que aportamos al mundo, no se han procesado y experimentado en 500 años que le asignan la ñusta del Ampato, ni los genes del mundo andino se inician recién solo unos años antes de la llegada de los españoles, por muy al contrario comienza su deterioro y degeneración.

Nos da la impresión que propósito de estas develaciones va más allá de lo que inicialmente se había supuesto, pretender desconocer nuestra condición del pueblo abuelo de América, comprometiendo con esta actitud de haber sido los auténticos autores de la concepción de las evidencias materiales y espirituales que nos legaron nuestros predecesores, que nos solo se resumen a la genética reciente en la está inmersa la dama del Ampato y de los restos congelados del joven ubicado en el santuario del nevado de Salta Argentina, que supuestamente tienen afinidad genética con los pobladores de Cabanaconde.

Antes en este Hatun Suyo, no existían límites geográficos, había afinidades étnicas, las divisiones de naciones son recientes, por esta razón es que todo lo que existe a lo largo y ancho de nuestra abrupta geografía, es patrimonio de los legítimos herederos del Gran Tahuantinsuyo.

Después de la conquista, se inició el saqueo y depredación de los más valiosos especímenes de nuestra cultura, consecuentemente admite el espionaje cultural y la sustracción de los más valiosos aportes concebidos por las culturas más representativas de esta parte de América.

Lamentablemente, pese al esfuerzo y la tarea desplegada por destacados especialistas que sugieren un trato más decoroso y mayor respeto a nuestra heredad, lamentablemente las autoridades que les compete ignoran la dimensión y profundidad de la trascendencia de una de las más sorprendentes culturas de este hemisferio.

Pese a la mejor intención de quienes tienen la imperiosa obligación de proteger nuestro patrimonio, no han sugerido, ni existe reglamentación funcional de acuerdo al momento en que vivimos, ni han convocado a especialistas, para que redacten adecuada legislación que pueda cautelar, proteger y poner en valor el mejor testimonio cultural de América Nuclear.

Debemos tener mucho cuidado con nuestros singulares genes milenarios, porque tan sólo con una célula de la dama del Ampato pueden clonar una semejante a la nuestra, esa manipulación, si no está aún legislada, pese a que ya se inició el comercio de óvulos, con los restos orgánicos de nuestros antepasados no debemos permitirles

Cuánto quisiéramos tener los códigos genéticos de los Chancas, la raza más indómita de América que está en las inmediaciones del Nevado Sara Sara y que ante nuestra impotencia dicho santuario sagrado está siendo vejado.

Los países que lideran los avances científicos que actúan maquiavélicamente con marcada proyección científica, ya tiene semejando el Arca de Noé, en especiales cámaras de hibernación, los genes, los óvulos, ADN, células etc., etc., de animales que ya se extinguieron y cuando ellos de acuerdo a sus planes geopolíticos lo precisen para recuperar.

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