Escribe
Dr. Manuel Huanqui Hurtado
La
era digital en la que vivimos inmersos es alucinante, y expectante, pero, indiscutiblemente la más preocupante, y
gracias a la permanente inquietud asumida por el hombre que se está
proyectando con desafiante intención, que está sincronizando y orientando sus
mejores inquietudes a horizontes nunca
intuidos ni jamás soñados por los que nos precedieron a tal punto de que la inteligencia de la que está previsto el
hombre corre el riesgo de ser superada y suplantada por la inteligencia
artificial adecuadamente sincronizada por cerebros insuflados de extremada
paranoia, si no enmienda esta intención y tengamos que depender de ella y
acceder a sus designios, de ocurrir este despropósito posiblemente sería el
final apocalíptico de la aventura del hombre, para dar paso a otra era que ya los cerebros más lúcidos la están
intuyendo.
El sentido común que lo acompañó al hombre desde sus inicios y gracias a este aporte le sirvió para superar todos los inconvenientes que pretendieron frenar sus aspiraciones de los hombres de todos los pigmentos, ahora cuenta con infinidad de aristas y de mayor cobertura, amén de intuiciones que han superado ampliamente el sentido común que fue nuestra primera herramienta que nos sirvió de mucho para lograr los saltos cualitativos y cuantitativos que se han generado, a tal punto que existen dos mundos diametralmente opuestos, los que viven al día con la era digital y los otros que son los más y que son víctimas de su propia extinción, por su ignorancia y que viven al margen de ella, por las limitaciones que intencionalmente y muy sutilmente nos imponen.
Lo
poco que con minuciosa rigurosidad científica está codificado, y aún queda un horizonte
inconmensurable por desvelarse, pero, estas referencias las está aprovechando
en sumo grado, a tal punto que ya estamos habitando la luna, hemos llegado a
Marte con algunos inconvenientes que no faltan, y después de 9 años de un viaje espectacular y alucinante tenemos
referencias de Plutón el último planeta de nuestro sistema.
Los
teólogos, teóricos, los filósofos, agnósticos, librepensadores, recién se dan
cuenta y toman conciencia de que todo lo que intuyeron no ostentaba el
fundamento que le diera seriedad y sobriedad que cada momento que la historia
precisaba y es una de las causas de la crisis que vive la humanidad, debido a
que todo el espectro con el que contamos es la consecuencia de especulaciones,
intuiciones y caprichos de personajes
que se proclamaron como los líderes y dioses terrenales y la proyección de sus
actos nos están conduciendo al suicidio de la civilización.
Hay
algo que pareciera que el hombre ha dejado de insistir en tratar de desvelarlo,
es el referente al origen de la vida y
el tiempo, debido a que su mente no tiene la cobertura para tratar de
interpretarlos porque adolece de serias limitaciones, pero vive inmersa en
ellas, pero su terca inquietud e insistencia está permitiendo ya haber
concretado in vitro recurriendo a las células madres el embrión de un espécimen.
También
es preciso revisar algunos aspectos referentes a la cueva prehistórica, posible
primer albergue del hombre en su breve aventura,
este aspecto se está analizando son
rigurosa minuciosidad, porque conforme
avanza el tiempo del mundo cibernético, las dudas y las incongruencias saltan a
la vista y esto nos permite reflexionar para enmendar algunas especulaciones.
Ahora
en pleno Siglo XXI, ya no se puede poner en duda la mutación del átomo que ha definido conocer la edad de la tierra, ni mucho menos la
teoría de la evolución de las especies en función al gen del cual estamos
constituidos y en la cual vivimos inmersos, la falta de consistencia científica
en algunas especulaciones referentes al espacio, este permitiendo que los
ufólogos estén adquiriendo especial protagonismo.
Desde
los inicios de las investigaciones sobre nuestros orígenes, lamentablemente
obviamos la columna vertebral de nuestro sino, y es el referente al aspecto genético, los últimos aportes nos están
desvelando que la vida ostenta 473 genes
que constituyen su espectro y que es el número que se requiere para configurar
una bacteria de vida, pero, aproximadamente nada menos de 149 de sus
componentes tienen una función desconocida, y que es uno de los interrogantes
de mayor cobertura para la genética actual, al margen de que algunos de estos
componentes inciden y posiblemente
definen el biotipo, el genotipo, fenotipo de nuestra especie o grupo humano
que define su genoma social y que es
determinante para la configuración del paisaje humano y que nuestra especie
muestra una diversidad de fisonomías que es la consecuencia de que nuestra
especie ha soportado una prolongada promiscuidad genética y que no la hemos
superado y nos está conduciendo a guerras étnicas saturadas de una odiosa discriminación y xenofobia
incontenible que está soportando nuestra dolida humanidad.
Amén
de que el genoma humano que tiene 3,235 megabases, de ellas 51 megabases son arcaicas en los europeos, y 55 en los
euro-asiáticos, y 65 en los asiáticos orientales, de donde posiblemente
provenimos los despectivamente llamados
indios, aborígenes y autóctonos de nuestra América en el que están inmersos
Perú y México, las presencias más emblemáticas del planeta, y que
lamentablemente no han sido estudiadas plenamente, sólo se conocen con honrosas
excepciones algunos planteamientos serios de Arqueología Genética, los demás se
han dedicada a buscar osamentas, utensilios, ceramios etc., etc., describirlos
minuciosamente, bautizarlos con nombres poco coherentes desdeñando su toponimia
original que desvirtúa el auténtico mensaje, y uno advierte que los mal
llamados museos están repletos de evidencias ubicados en vitrinas sin la sincronización debida, y continuamente se modifican y que desvirtúa el verdadero
perfil del pasado, obviando el fondo y dando preferencia a la forma y que no
ostenta la fidelidad de lo acontecido.
El
verdadero origen del hombre aún no está
bien definido, nos refieren de los neardentales que se cruzaron más de tres
veces con los homo sapiens, luego se extinguieron y manifiestan los entendidos
que ostentaban mejores atributos que nosotros, pero no podemos descartar que estas
incidencias son la consecuencia de sucesivas migraciones, invasiones y conquistas que han propiciado
una promiscuidad genética que lleva milenios y lo único que podría tratar de
enmendar este designio sería hacer lo
posible por reordenar nuestra genética y a mi juicio sería más que imposible y
para tratar de lograrlo sería durante
casi el mismo tiempo o más del que
demoraron esas vivencias para ver si logramos postergar y lograr eliminar y rectificar la actitud que está asumiendo el hombre inexplicable por cierto.
Esta
distorsión genética sólo se advierte en
nuestra especie, las demás que conviven con nosotros mantienen su pureza
genética y trataré de explicar con un solo ejemplo, nosotros no advertimos en
una cebra que en su configuración exista una raya más de la digitada por su
concepción biológica, lo que no ocurre con la
escultura humana, donde no
advertimos afinidad en la cobertura que se advierte en todos los animales, salvo honrosas excepciones de
grupos étnicos que han tenido la precaución
de cuidar su genoma humano, y que muestran afinidad en sus características más
determinantes.
Ya
se conoce aunque no con la rigurosidad que se precisa, los perfiles
arquitectónicos de todas las presencias culturales del planeta de todos los
tiempos, unas eminentemente funcionales y otras de extremada ostentación, y que
cada día pierden vigencia, tenemos el listado de los inventos y
descubrimientos, de los componentes constitutivos de nuestro planeta que hasta
no ha mucho era de 112, y ahora ya son
113 porque hay uno más recientemente descubierto bautizado como Uruntrio, y
cuantos más habrá por desvelarse, conocemos las edades de la historia y su
cobertura cronológica y cuál ha sido lo
más significativo de cada una de ellas y que el hombre lo ha utilizado para su
sobrevivencia, contamos con la relación
de todos los recursos que dispone, ya tenemos el listado de los grandes
pensadores que revolucionaron la actitud
e intención del hombre, y es digno reconocer que sus aportes durante siglos
prevalecieron y algunos aún todavía
tienen vivencia y que muchos lindan con obcecados caprichos, vivimos un
instante crucial, hay pueblos que se prepararon para el futuro y otros no, de
repente uno se ubica en cualquier meridiano
del planeta y advierte claramente que hay gentes que viven en las
grandes megalópolis de dos tipos de personalidades, unos que son hijos de la
ubre y otros ya son hijos de la urbe, estos últimos han copada todos los
espacios y su poca sensibilidad huérfanos de vivencias de nuestra intimidad
étnica, que debe ser la columna vertebral
del genoma social es en estos segmentos donde la violencia adquiere
inusitada crueldad maquillándolos esos gestos y actitudes como xenofobia,
discriminación y racismo y que los profesionales de todas las especialidades no
hallan la solución y la cobertura para que la gente viva como gente.
Cada
siglo ha aportado sus propios convencionalismos, sus vivencias, sus formas de
gobierno, y ha nominado a los personajes más emblemáticos con títulos
honoríficos, y nobiliarios y les han adosado muy sutilmente su indumentaria para ser reconocidos como
tales, desde el brujo, chamán o hechicero de la cueva prehistórica, hasta el
presidente más renombrado, sin dejar de mencionar que se han alternado con
reyes, emperadores, jeques, etc. etc., y
se han dedicado a mantener su investidura a la que le han adosado ciertos
privilegios sin resolver en lo más mínimo los grandes problemas sociales que
aquejan a la humanidad de todos los
tiempos, cada uno de estos personajes están imbuidos de exquisita intimidad
étnica que comparte con los de su entorno, y para ello han erigido ambientes de
extremado lujo y boato y que cada día que transcurre pierden vigencia y son un
impedimento para el progreso de los pueblos, y en esta jungla humana
increíblemente pululan gentes que viven
bien, otros que conviven y la gran mayoría sobrevive con extremada
resignación y que ninguna revolución le
ha resuelto sus problemas.
Vivimos
en el mundo de ficción y extremada apariencia con problemas que son producto de
una fatua civilización, donde la intimidad étnica no cuenta y el hombre es
presa de sus propias contradicciones, y las grandes megalópolis son escenario
de permanentes pugnas que distorsionan el auténtico propósito del hombre, de vivir en comunidad.
El
ego y el subconsciente de cada hombre, ostenta horizontes ilimitados, cada uno
dotado de su intimidad étnica impenetrable, y en su subconsciente pugnan
infinidad de inquietudes, angustias, deseos reprimidos, ambiciones etc.,
etc., que en algunas ocasiones emergen
con inusitada violencia que muchas veces la sociedad que tiene patrones de
comportamiento que les imponen, se sorprenden, para ello recurre a personajes
que fungen de autoridades huérfanos de
sensibilidad social y como solución asumen actitudes poco decorosas que
desconciertan, eso sucede lamentablemente por no contar con un medio de
comunicación de especial cobertura que
pueda evitar el cisma que cada día crece provocando un espiral de violencia
incontenible que deriva en guerras de grupos étnicos que ostentan el mismo origen genético y
comparten los lineamientos de un mismo genoma social.
Es
importante definir el referente al paisaje humano y al paisaje animal que a mi
juicio incide decididamente en la integridad de los grupos étnicos.
Todos
los animales ostentan su paisaje animal, que es lo que los caracteriza al hipopótamo del elefante, y al león del
puma, sería largo enumerar otros ejemplos, pero esas características genéticas
son afines y eso los une instintivamente.
Pero,
esto no ocurre con el paisaje humano, que
es la consecuencia de infinidad de pugnas que se han suscitado desde que
el hombre o especie humana habita la tierra, lo que debió tomarse en cuenta
debió ser lo genético, superado el
trance más difícil algunos grupos étnicos recurrieron a las guerras, que dio
origen a las invasiones y someter a pueblos enteros e imponerles sus designios,
en ese trance ya sea por la fuerza, necesidad o imposición se
inicia la más incontenible e incontrolable
promiscuidad genética, que altero, distorsiono, deformo el paisaje
humano que debió tener por lo menos los más mínimos marcos referenciales.
Ahora
el panorama del futuro es incierto e impredecible y enigmático, pero, algunos
hombres dotados de una mística digna de ser imitada están hurgando horizontes
ignotos que nos están brindando la oportunidad de abrir las ventanas que la ignorancia del hombre que
inconscientemente las mantenía cerradas y nos están brindando la oportunidad de
conocer otras vivencias y otros mundos que ni nos imaginamos que existían y lo
más sorprendente es que estemos llegando a ellos.
Todas
la filosofías, pedagogías, teorías, planteamientos han colapsado, los
sentimientos religiosos están en pugnas permanentes, y ninguna merece ser la preferida, lo que le
faltó al hombre que nos precedió fue sincronizar con especial sinergia todo lo
intuido y prepararnos para vivir
dignamente cada siglo.
En
honor a la verdad todavía hay pueblos que no han tomado la decisión y la
capacidad de salir de la cueva prehistórica, hay otros que siguen viviendo en la edad de piedra, que en honor a
la verdad para muchos es la más funcional y de mayor cobertura, otros se quedaron
en la edad media y siguen pugnando con los mismos métodos y argumentos, otros han intuido
revoluciones y ninguna culminó con los principios que arguyó.
Pareciera
que gran parte de todo lo recopilado y
concebido por los que nos precedieron sumado a la intuición de genios que no
hay que dudar que existen ya tienen
diseñado el futuro y la nueva hoja de ruta.
Todo
el patrimonio natural que disfrutó el hombre desde sus inicios ha sido
modificado burdamente para su comodidad y vivir con aparente confort, y
sus excentricidades ha posibilitado que el hombre se haya implementado de infinidad de artefactos, herramientas,
vehículos, arquitecturas, etc., etc.,
sin la cobertura que debió
prevenirse, y ahora los más de 7 mil millones de habitantes que viven en el entorno de los grande megalópolis están colmatadas de basura humana y de la otra y
tiene que convivir en estas condiciones inevitablemente.
Este
pedazo de geografía donde habitamos que debió ser el paraíso terrenal, la
imprudencia del hombre, su ambición, su egoísmo, su paranoia, su insania lo ha
convertido en el centro donde la combustión humana, donde la contaminación, la sobreexplotación, están
generando mutaciones irreversibles que están propiciando males de índole físico y psicológico que antes no los conocíamos,
sumado al recalentamiento global el panorama que se avecina es más que
preocupante.
Pero,
salta la pregunta de inmediato, estamos preparados para encarar este futuro
incierto, o qué medidas se están tomando, si cada día las grandes capitales del
mundo son escenarios donde se reúnen
supuestamente los cerebros más lúcidos para encarar los problemas que
nos aquejan a pobres y ricos, pero, pareciera que ignoran la esencia del
problema y no resuelven nada, porque existen otro tipo de intereses.
La
inteligencia y la imaginación del hombre no tienen límites y nos están
conduciendo a otros mundos, pareciera que sus proyecciones ya las intuyen,
ellos se han dedicado exclusivamente a profundizar la mutación del átomo y el
gen, y lo relacionan con los eventos cósmicos en el cual estamos inmersos.
Las
guerras cada día adquieren inusitado protagonismo, sólo conocemos las
declaradas y que la televisión nos reporta pese a la censura, pero hay otras
guerras no declaradas que son las más
letales, que están diezmando pueblos y continentes.
Las
comunicaciones han logrado un avance increíble, y en un sincretismo sin
precedentes el mundo científico
eliminado tiempo y distancia, se comunica con íconos y números, y existe el
peligro de que un virus letal borre repentinamente todas las memorias
codificadas esto nos conduciría a un caos semejante al de la Torre de Babel,
que desencadenaría la crisis jamás
prevista. Esta es la guerra que temen los dueños del mundo.
Ahora
todo es posible, hay quienes que sin
medir sus capacidades están sincronizando la inteligencia natural y la
inteligencia artificial, y sin medir las consecuencias la proyección de sus
designios serían por demás aterradores.
Pero,
hay un núcleo selecto de cerebros, no sé si iluminados por
extraños designios, y ante el
panorama desolador que nos amenaza, ha
decidido obcecadamente escapar de esta
tierra tan generosa que no la supimos aprovechar dosificadamente, antes que
suceda el apocalipsis.
Ya
se está implementando un arca de Noé en el espacio, con todo el conocimiento científico
codificado, para que pueda soportar el tiempo que dure la insania del hombre en extinguirse, y retornar para
fumigar y limpiar toda la basura que dejó la
hecatombe humana, y diseñar el futuro con el criterio que precisa el
futuro, sin descartar otras alternativas, no en vano ya nos estamos aclimatando para vivir en la
luna o marte que ya están en proyecto.
La
otra alternativa es que nos resignemos a
seguir viviendo como estamos, donde todos los valores, la buena intención, no
nos sirvió ni nos sirve de nada.
Pero,
es urgente empezar a prepararnos para el futuro, cualquiera sea el resultado.
Lamentablemente
obviamos lo genético, que es el sustento de la evolución de todas las especies.
Basta
apretar un botón y de inmediato la pantalla nos refiere e informa lo que uno
precisa, pero, no sólo es apretar la tecla
debido a que esta decisión nos
puede conducir a otros horizontes aún más
desconocidos y que es muy posible no
interpretemos debidamente su
mensaje.
Cada
siglo tuvo sus pensadores, sus especialistas, sus profesionales, sus
inquietudes, pero en pleno Siglo XXI, y asociando algunos elementos
diagnósticos nos damos cuenta que muchos aspectos ya están desfasados e
insistir en ellos ahonda el caos y advertimos en nuestra sociedad que estas
incongruencias están derivando en violentas confrontaciones, para ello no se
escatima en concebir las armas y los
métodos más letales y contundentes.
Felizmente
las amenazas de meteoros como el que hace 65 millones de años extinguió parte de la vida en el planeta, no son posibles
porque los tenemos digitados, pero tenemos que estar alertas.
No
podemos descartar que haya otros mundos, que el hombre no ha utilizado todas
sus facultades, para acercarse a ellos, la telepatía y la comunicación con
otros mundos se está dando. Esto no debe merecer especial atención.
Pero,
suceda lo que suceda, de todo lo codificado estamos en la imperiosa necesidad
de salvar lo más emblemático para que sea la columna vertebral de un futuro digno, si es que se da.
Ud.
para que está preparado y que espera de este aparente progreso.
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