Escribe Manuel
Huanqui Hurtado.
Email:
manuelhuanquihur@gmail.com
La
permanente inquietud del hombre que inició su breve aventura en la cueva
prehistórica hace más 100,000 años, y gracias a la participación de los
personajes más emblemáticos de todos los tiempos y pigmentos que nos han precedido
y que han aportado lo mejor de su
sapiencia y experiencia, y que están recurriendo a memorias y codificadores de última generación
y alta resolución que la era digital nos proporciona, ahora ya tenemos el
espectro de los escenarios y los entornos que cobijaron a nuestra especie en el decurso del tiempo y que representa su única y última morada, y que constituye un
milagro cósmico y que la insania y la ambición de algunos grupos étnicos que no
admiten este designio y en el que se advierte un clamoroso deterioro genético,
esto lo colegimos por la actitud que están asumiendo y que nos tratan de
persuadir para que admitamos que ellos ostentan un aparente complejo de superioridad y so pretexto de que hemos
ingresado a la era cibernética que conlleva un aparente progreso revestido de
una parafernalia de lujo y boato, para satisfacer su insaciable ego,la tierra
en que vivimos la están sobreexplotando, depredando, contaminando para que
ellos vivan con un innecesario confort que está rompiendo todos los equilibrios
que las leyes naturales le han adosado a nuestra tierra que ya no nos
pertenece, y que los designios naturales le ha dotado de una
especial capacidad de resiliencia para evitar su deterioro, y que la paranoia
del hombre está acelerando su final apocalíptico, ante el asombro e impotencia
de dioses y hombres, pobres y ricos.
Cada
día que discurre, casual o intencionalmente el hombre descubre y concibe
infinidad de evidencias que con genial intuición y en complicidad de una
sinergia sin precedentes los va codificando secuencialmente recurriendo al gen
para conocer nuestros orígenes y al átomo que está en permanente mutación para que nos refiera con un mínimo margen de
error su real cronología, y consecuentemente nos establece el marco tempo
espacial con especial fidelidad.
El
Siglo XXI será decisivo para el destino del hombre y su sobrevivencia, pese a
que la relación de inventos y
descubrimientos hasta el instante que escribo estas líneas ha sido de gran
cobertura que ha superado todas las intenciones, y que tan sólo constituye una
ínfima parte, y que el horizonte por descubrir y concebir supera todos los
propósitos y guarismos, y en el cual aún
existen eslabones perdidos donde permanecen intocados y sin desvelarse incógnitas, misterios, vivencias,
experiencias, mutaciones que es la parte
sustancial para lograr el perfil más transparente de la aventura del
hombre, y que su obcecado dogmatismo
impidió que este gesto se concretara
hace siglos y que impidió que estemos disfrutando del contacto e intercambio
y el turismo con otros mundos.
Nunca
nos imaginamos que encima de ese cielo azul para muchos inalcanzable y que constituye para algunas
filosofías la morada de los dioses, donde los ángeles revolotean semejando
nubes para lograr el contraste e
imprimirle un paisaje celestial, existía
un universo no desvelado donde pululan desde hace millones de años luz
infinidad de constelaciones, con sistemas planetarios semejantes al nuestro y
que aún pese a contar con la complicidad
de telescopios de gran alcance no se termina de escrutarlos y donde existen
cuerpos celestes semejante al nuestro y que están mutando y evolucionando cada cual con su
flora y fauna digitados por las leyes
del universo y que el nexo con ellos los ufólogos pretenden atribuirse.
Gracias
a la era digital, ya sabemos que el hombre es la consecuencia de un lento
proceso de evolución tan satanizado hasta no ha mucho, también se está logrando
establecer que de la rama de los antropoides del cual provenimos, no fuimos la mejor opción y presumiblemente
los neardenthales por su especial
sensibilidad se extinguieron y nuestra actitud haya derivado en ser considerados el ente más
peligroso, carroñero, destructor, e insensible de todos los especímenes y que
algunos ostentan mejores atributos y que están sobreviviendo milagrosamente.
Ya
tenemos la relación de todos los grupos étnicos que habitaron y habitan el
planeta, sus orígenes y su secuencia
cronológica y la ruta de su migración
por los diferentes continentes, esto ha sido posible gracias a la arqueología y la antropología física en
complicidad con el paleo-clima, la
geología histórica y la astronomía y que el medio ambiente y la orografía
fueron determinantes para dotarles de su fenotipo, biotipo y genotipo, aspectos que incidieron en configurar
su escultura humana que identifica al negro, al blanco, al amarillo, al
cobrizo, y otras variedades y que una forzada promiscuidad genética ha devenido en un mestizaje de variadas características, algunas
rescatables y otras deplorables.
Ya
tenemos el listado de todas las
revoluciones de la historia desde la paleolítica hasta la revolución
china, que a mi juicio constituyen las más emblemáticas.
También
ya se conoce la relación de todas las cosmovisiones del mundo, desde el
panteísmo que profesaron las culturas matrices de la humanidad que ostenta sólidos principios y que es la de mayor
cobertura y las otras que le han sucedido lideradas por personajes de breve
vigencia, pero, por carecer de sólidos argumentos devinieron en clamorosas distorsiones que desvirtuaron el
auténtico propósito por los cuales fueron concebidos, como consecuencia del ego
y la ambición del hombre.
Ya
se conocen todos los perfiles arquitectónicos que el hombre desde épocas
pretéritas ha concebido y que le ha
adosado a su entorno natural sin romper los marcos paisajistas, y que hoy son
considerados algunos de estos las maravillas más emblemáticas del mundo, pero
que las depredan y discriminan por un infundado complejo de superioridad, pese
a que todavía no han sido escrutados con el rigor científico que se precisa, e
interpretado plenamente su auténtico
mensaje.
También
tenemos que decir que la invención de la guerra, la logística y la estrategia
es la empresa más contundente y próspera para someter a pueblos que ostentan
invalorable patrimonio material, a arrebatarselo, para ello han concebido armas de una contundencia y efectividad únicas, y se han esmerado en implementar galerías y
museos donde se exhiben toda la panoplia, los documentos de la ruta de muerte
que diseñaron para conseguir sus malévolos designios, y se tienen documentos gráficos de todas las
escenas de horror que recién las están desvelando.
También
conocemos el listado interminable de plantas y animales que constituye la variedad de especímenes que aparentemente conviven
con el hombre y que es la resultante de
la evolución de millones de años, y que por
un gesto de extremada paranoia y egoísmo más del cincuenta por ciento se
han extinguido y que la robótica más sofisticada no podrá recuperar sus
bondades. Sin descartar que los dueños
de planeta deben tener ya un arca de Noé en el espacio y estén guardando en ambientes que semejan una caja
negra y recurriendo a la técnica de la
criogenia los genes los especímenes que
se extinguieron y de los que están por
extinguirse para reanimarlos cuando las condiciones de su geopolítica satánica
lo vean por conveniente.
Vivimos
aparentemente en el mejor momento de la historia y que un reducido grupo de
personas disfruta de todo ese abanico de aportes y que paradójicamente son los
dueños del mundo y que ya la han
privatizado y estemos a merced de su voluntad.
Ellos
han implementado organismos, instituciones, tribunales, leyes, reglamentos, normas premunidas de una
parafernalia de lujo y boato que se
acerca a la ficción, donde deciden el destino de los pueblos por encima de la
voluntad de sus gobernantes, y periódicamente se reúnen, pero, ahora se
mantienen en sesión permanente
ante la crisis que vivimos , y que la pantalla nos reporta que nuestro planeta
está sangrando por los cuatro costados y que no hay organización que pueda
interceder para evitar el genocidio que se avecina, como consecuencia de las
guerras y el recalentamiento global, para ello escogen puntos geopolíticamente
ubicados y estratégicamente dispuestos para deliberar y tomar las medidas más
urgentes.
En
los últimos meses del año 2,015, en un
conclave sin precedentes se auto convocaron los dueños del mundo en la
ciudad de Lima, Perú, conformada
por los gobernadores que
representan el poder económico que
define la suerte del planeta tierra, donde se advierte el fenotipo de cada etnia
que está bien definida y que no necesitan acicalarse su rostro para mostrar en
su sonrisa un aparente gesto de sensibilidad ante el mundo que los observa
traumado y a la espera de un milagro de
estos dioses del dinero, pero, para enmendar su sino precisan urgentemente de una cirugía a su alma que
está adosada a su cuerpo, que pueda
posibilitar dar un giro de 360 grados y cambiar de actitud para salvar nuestra
dolida humanidad.
Y en
Cochabamba, Bolivia, se reunían los pueblos del mundo, conformado por ese
engranaje humano que mueve la locomotora del progreso y que genera la riqueza
mal habida de los dueños del planeta, donde se advertía en su fenotipo la angustia esculpida en su
rostro, donde no asoma la más mínima
sonrisa porque el sendero donde transitan no está alfombrado, sino por muy al contrario está empedrado de
injusticias y desencantos generada por la insensibilidad y la paranoia de los dioses de dinero, y que apenas
constituyen el 1% de los de más de 7,000 millones de seres que habitamos el
planeta tierra.
En
ambas reuniones de pobres y ricos se referían a que la última esperanza
que estaba puesta en la reunión de G20 en París, y que allí
se podría conciliar las mejores intenciones, propósitos y anhelos de ambos conglomerados
humanos, pero, fue lo mismo de lo mismo,
y al no haber enmendado en lo más
mínimo sus designios por parte de
los ricos, su nefasta actitud referido al cambio climático sigue en pie, y está a la
vuelta de la esquina y que no respetará privilegios, pero, los más
propensos a ser víctimas de una muerte anunciada prematuramente serán los más
pobres planeta, a no ser que antes podamos disponer de otros mundos mejores que
el nuestro.
De
nada sirvió que en un cónclave de los cerebros más emblemáticos de todos los
tiempos y pigmentos que han propiciado grandes cambios cualitativos y
cuantitativos para que disfrute el hombre, y que mencionaremos tan sólo algunos
y que no los hemos valorado debidamente, como por ejemplo, que de la cueva prehistórica donde el colchón
era de piedra lo mismo que la almohada y sin alfombras, hayamos derivado y
pernoctemos en el hotel más lujoso del
mundo donde dormir es un sueño; de las señales de humo hayamos derivado a la
vía satélite que eliminando tiempo y distancia y sirve para enviar y recibir mensajes recurriendo a íconos e imágenes a todo color
con una fidelidad increíble; que del hacha de piedra y la punta de
proyectil al cual recurrió el hombre
para protegerse de los peligros que lo inquietaban hayamos derivado a las bombas radioactivas y que ahora ya disponga
de armas bacteriológicas para eliminarnos los unos a los otros, y que
ningún animal recurre a este designio; que de la telepatía al que recurrió nuestro
predecesor para comunicarse sin interferencias hayamos derivado al teléfono
celular; que del tatuaje que se adoso con variados colores a su cuerpo y que
ostentaba poderes mágicos, hayamos derivado al maquillaje donde se trasluce
exagerada ostentación y que trastoca su mensaje; que del grito de satisfacción
o angustia hayamos derivado al lenguaje articulado que es el sustento de todos
los idiomas del planeta; que del sentido común que ostentaba nuestro ancestro
ausente en nuestros tiempos, hayamos derivado a todas las filosofías del
derecho, poco funcionales, con
extremada parafernalia y sin la cobertura y sustento social que se precisa en
estos tiempos de crisis; del haya huasca práctica ancestral para lograr un alineamiento y
balanceo espiritual de los nuestros hayamos derivado al psicoanálisis; del
quipu sistema de codificación de los antiguos peruanos en base a hilos de
colores a los que le adosan nudos
dispuestos en distancias definidas y donde se plasmaba el mensajes requerido,
hemos derivado a las computadoras de última generación; de la imaginación al
video, de la pintura rupestre que contiene hondo mensaje étnico y genético, a
la variedad de corrientes plásticas en el campo de la pintura; de la magia a la ciencia; del salvajismo a la civilización, del ícono hemos derivado a la diversidad de
escrituras con los que se comunica el
mundo moderno, etc., etc.,
y para desplazarse de una latitud a otra ahora recurre a vehículos que
alcanzan la velocidad del sonido. Amén de otros artefactos y otros dispositivos
y herramientas de gran funcionalidad y cobertura.
Todo
este abanico de aportes por la insania y
la ambición del hombre los va a tirar por la borda, si es que no enmienda su
actitud y estemos a expensas de los designios premonitorios que dos sabios del
mundo que ya lo han enunciado.
Cuando
Alberto Einstein puso a disposición del
mundo la energía atómica, conociendo la inestabilidad de las actitudes que
asume hombre, recomendó que ojala que los utilice para el progreso y no para su
destrucción, no terminó de pronunciar estas palabras e hicieron detonar dos
bombas en Hiroshima y Nagasaki, para terminar la segunda guerra mundial y
cuando le preguntaron al mismo sabio cual será el arma de la tercera guerra
mundial, muy prudentemente obvió este interrogante, pero si aseveró que el arma
de la cuarta guerra mundial será el hacha de piedra, o sea que será tanta la destrucción que volveremos
a la cueva prehistórica para empezar de nuevo si es que sobrevivimos.
Y
cuando el mundo en que vivimos quería conocer el aporte del último sabio de la
humanidad que nos queda el inglés Sthefen Hawking nos refirió con la serenidad
y sobriedad del cual está premunido, y cómo resultado de haber escrutado todas
las vivencias y experiencias de todos los tiempos, espetó lo siguiente, que no
admite designios ni humanos ni divinos
por carecer de sustento científico, pero, si acepta los designios naturales que
son los que se rigen por las leyes del universo, que inciden en el destino de la
tierra y consecuentemente los de la humanidad, filosofía y sapiencia que
profesaron los antiguos peruanos que despectivamente la bautizaron como
Panteísmo, y que sabiamente se adecuaron a sus designios, y gracias a este
gesto nos han calificado y nos
consideran como una de la presencias más emblemáticas del mundo.
Pero,
hay que advertir a que quienes
obcecadamente propician el cambio
climático e insisten en este
despropósito, los debemos bautizar como
bestias del apocalipsis y muy a pesar nuestro el destino desolador que
nos espera está en sus manos. Sería de suma urgencia que los dueños del planeta
convoquen al último conclave para que nos desvelen las cifras reales del
espectro del futuro que nos espera.
Porque
es inadmisible que existan personajes
que les faltan bancos para guardar toda su riqueza, y existan niños
que mueren de inanición y con las manos apretadas sin un centavo de
dólar entre sus dedos.
Y
ante las imágenes que nos reporta la
televisión de los conflictos que se suscitan en el Oriente, un niño exclamo
horrorizado e ingenuamente espetó, cuando muera le voy a contar a Dios de todo
lo que están haciendo con nosotros. Ojalá que Dios lo escuche. Así sea.
Inan.
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