viernes, 24 de marzo de 2017

Las bestias del apocalipsis y el recalentamiento global


Escribe Manuel Huanqui Hurtado.

La permanente inquietud del hombre que inició su breve aventura en la cueva prehistórica hace más 100,000 años, y gracias a la participación de los personajes más emblemáticos de todos los tiempos y pigmentos que nos han precedido y que han aportado lo mejor de su sapiencia y experiencia, y que están recurriendo a memorias y codificadores de última generación y alta resolución que la era digital nos proporciona, ahora ya tenemos el espectro de los  escenarios y los entornos que cobijaron a nuestra  especie en el decurso del tiempo y que representa su única y última morada, y que constituye un milagro cósmico y que la insania y la ambición de algunos grupos étnicos que no admiten este designio y en el que se advierte un clamoroso deterioro genético, esto lo colegimos por la actitud que están asumiendo y que nos tratan de persuadir para que admitamos que ellos ostentan un aparente complejo de superioridad y so pretexto de que hemos ingresado a la era cibernética que conlleva un aparente progreso revestido de una parafernalia de lujo y boato, para satisfacer su insaciable ego,la tierra en que vivimos la están sobreexplotando, depredando, contaminando para que ellos vivan con un innecesario confort que está rompiendo todos los equilibrios que las leyes naturales le han adosado a nuestra tierra que ya no nos pertenece, y que los designios naturales le ha dotado de una especial capacidad de resiliencia para evitar su deterioro, y que la paranoia del hombre está acelerando su final apocalíptico, ante el asombro e impotencia de dioses y hombres, pobres y ricos.

Cada día que discurre, casual o intencionalmente el hombre descubre y concibe infinidad de evidencias que con genial intuición y en complicidad de una sinergia sin precedentes los va codificando secuencialmente recurriendo al gen para conocer nuestros orígenes y al átomo que está en permanente mutación  para que nos refiera con un mínimo margen de error su real cronología, y consecuentemente nos establece el marco tempo espacial con especial fidelidad.

El Siglo XXI será decisivo para el destino del hombre y su sobrevivencia, pese a que  la relación de inventos y descubrimientos hasta el instante que escribo estas líneas ha sido de gran cobertura que ha superado todas las intenciones, y que tan sólo constituye una ínfima parte, y que el horizonte por descubrir y concebir supera todos los propósitos y guarismos, y en el cual aún existen eslabones perdidos donde permanecen intocados y sin desvelarse  incógnitas, misterios, vivencias, experiencias, mutaciones  que es la parte sustancial para lograr el perfil más transparente de la aventura del hombre, y que su obcecado dogmatismo impidió que  este gesto se concretara hace siglos y que impidió que estemos disfrutando del contacto e intercambio y  el turismo con otros mundos.

Nunca nos imaginamos que encima de ese cielo azul para muchos  inalcanzable y que constituye para algunas filosofías la morada de los dioses, donde los ángeles revolotean semejando nubes para  lograr el contraste e imprimirle un paisaje celestial, existía  un universo no desvelado donde pululan desde hace millones de años luz infinidad de constelaciones, con sistemas planetarios semejantes al nuestro y que aún pese a contar con  la complicidad de telescopios de gran alcance no se termina de escrutarlos y donde existen cuerpos celestes semejante al nuestro y que están  mutando y evolucionando cada cual con su flora y fauna  digitados por las leyes del universo y que el nexo con ellos los ufólogos pretenden atribuirse. 

Gracias a la era digital, ya sabemos que el hombre es la consecuencia de un lento proceso de evolución tan satanizado hasta no ha mucho, también se está logrando establecer que de la rama de los antropoides del cual provenimos,   no fuimos la mejor opción y presumiblemente los neardenthales  por su especial sensibilidad se extinguieron y nuestra actitud haya  derivado en ser considerados el ente más peligroso, carroñero, destructor, e insensible de todos los especímenes y que algunos ostentan mejores atributos y que están sobreviviendo milagrosamente.

Ya tenemos la relación de todos los grupos étnicos que habitaron y habitan el planeta, sus orígenes  y su secuencia cronológica y la ruta de su migración  por los diferentes continentes, esto ha sido posible gracias a la  arqueología y la antropología física en complicidad con  el paleo-clima, la geología histórica y la astronomía y que el medio ambiente y la orografía fueron determinantes para dotarles de su fenotipo, biotipo y genotipo,  aspectos que incidieron  en configurar  su escultura humana que identifica al negro, al blanco, al amarillo, al cobrizo, y otras variedades y que una forzada promiscuidad genética  ha devenido en un mestizaje  de variadas características, algunas rescatables y otras deplorables.

Ya tenemos el listado de todas las  revoluciones de la historia desde la paleolítica hasta la revolución china, que a mi juicio constituyen las más emblemáticas.

También ya se conoce la relación de todas las cosmovisiones del mundo, desde el panteísmo que profesaron las culturas matrices de la humanidad que ostenta  sólidos principios y que es la de mayor cobertura y las otras que le han sucedido lideradas por personajes de breve vigencia, pero, por carecer de sólidos argumentos devinieron en  clamorosas distorsiones que desvirtuaron el auténtico propósito por los cuales fueron concebidos, como consecuencia del ego y la ambición del hombre.

Ya se conocen todos los perfiles arquitectónicos que el hombre desde épocas pretéritas ha concebido y que le  ha adosado a su entorno natural sin romper los marcos paisajistas, y que hoy son considerados algunos de estos las maravillas más emblemáticas del mundo, pero que las depredan y discriminan por un infundado complejo de superioridad, pese a que todavía no han sido escrutados con el rigor científico que se precisa, e interpretado  plenamente su auténtico mensaje.

También tenemos que decir que la invención de la guerra, la logística y la estrategia es la empresa más contundente y próspera para someter a pueblos que ostentan invalorable patrimonio material, a arrebatarselo, para ello han concebido armas de una contundencia y efectividad únicas, y se han esmerado en implementar galerías y museos donde se exhiben toda la panoplia, los documentos de la ruta de muerte que diseñaron para conseguir sus malévolos designios, y  se tienen documentos gráficos de todas las escenas de horror que recién las están desvelando.

También conocemos el listado interminable de plantas y animales  que constituye la  variedad   de especímenes que aparentemente conviven con el hombre  y que es la resultante de la  evolución  de millones de años, y  que por  un gesto de extremada paranoia y egoísmo más del cincuenta por ciento se han extinguido y que la robótica más sofisticada no podrá recuperar sus bondades. Sin  descartar que los dueños de planeta deben  tener ya  un arca de Noé en el espacio y estén  guardando en ambientes que semejan una caja negra y recurriendo  a la técnica de la criogenia los genes los  especímenes que se extinguieron y de  los que están por extinguirse para reanimarlos cuando las condiciones de su geopolítica satánica lo vean por conveniente.

Vivimos aparentemente en el mejor momento de la historia y que un reducido grupo de personas disfruta de todo ese abanico de aportes y que paradójicamente son los dueños del mundo y que ya  la han privatizado y   estemos  a merced de su voluntad.

Ellos han implementado organismos, instituciones, tribunales, leyes, reglamentos, normas premunidas de una parafernalia  de lujo y boato que se acerca a la ficción, donde deciden el destino de los pueblos por encima de la voluntad de sus gobernantes, y periódicamente se reúnen, pero,  ahora se  mantienen   en sesión permanente ante la crisis que vivimos , y que la pantalla nos reporta que nuestro planeta está sangrando por los cuatro costados y que no hay organización que pueda interceder para evitar el genocidio que se avecina, como consecuencia de las guerras y el recalentamiento global, para ello escogen puntos geopolíticamente ubicados y estratégicamente dispuestos para deliberar y tomar las medidas más urgentes.

En los últimos meses del año 2,015, en un  conclave sin precedentes se auto convocaron los dueños del mundo en la ciudad de Lima, Perú, conformada  por  los gobernadores que representan el poder económico  que define la suerte del planeta tierra, donde se advierte el fenotipo de cada etnia que está bien definida y que no necesitan acicalarse su rostro para mostrar en su sonrisa un aparente gesto de sensibilidad ante el mundo que los observa traumado y  a la espera de un milagro de estos dioses del dinero, pero, para enmendar su sino precisan  urgentemente de una cirugía a su alma que está adosada a su  cuerpo, que pueda posibilitar dar un giro de 360 grados y cambiar de actitud para salvar nuestra dolida humanidad.

Y en Cochabamba, Bolivia, se reunían los pueblos del mundo, conformado por ese engranaje humano que mueve la locomotora del progreso y que genera la riqueza mal habida de los dueños del planeta, donde se advertía en su fenotipo la angustia esculpida en su rostro,  donde no asoma la más mínima sonrisa porque el sendero donde transitan no está alfombrado, sino  por muy al contrario está empedrado de injusticias y desencantos generada por la insensibilidad y la paranoia de los dioses de dinero, y que apenas constituyen el 1% de los de más de 7,000 millones de seres que habitamos el planeta tierra. 

En ambas reuniones de pobres y ricos se referían a que la última esperanza que  estaba  puesta en la reunión de G20 en París, y que allí  se podría conciliar las mejores intenciones,  propósitos y anhelos de ambos conglomerados humanos, pero, fue lo mismo de lo mismo,  y al no haber enmendado en lo más  mínimo  sus designios por parte de los ricos, su nefasta actitud referido al cambio climático sigue en pie, y  está a la  vuelta de la esquina y que no respetará privilegios, pero, los más propensos a ser víctimas de una muerte anunciada prematuramente serán los más pobres planeta, a no ser que antes podamos disponer de otros mundos mejores que el nuestro. 

De nada sirvió que en un cónclave de los cerebros más emblemáticos de todos los tiempos y pigmentos que han propiciado grandes cambios cualitativos y cuantitativos para que disfrute el hombre, y que mencionaremos tan sólo algunos y que no los hemos valorado debidamente, como por ejemplo,  que de la cueva prehistórica donde el colchón era de piedra lo mismo que la almohada y sin alfombras, hayamos derivado y pernoctemos en el  hotel más lujoso del mundo donde dormir es un sueño; de las señales de humo hayamos derivado a la vía satélite que eliminando tiempo y distancia y sirve  para enviar y recibir mensajes  recurriendo a íconos e imágenes a todo color con una fidelidad increíble; que del hacha de piedra y la punta de proyectil   al cual recurrió el hombre para protegerse de los peligros que lo inquietaban hayamos derivado a las  bombas radioactivas y que ahora ya disponga de armas bacteriológicas para eliminarnos los unos a los otros, y que ningún  animal recurre a este designio;  que de la telepatía al que recurrió nuestro predecesor para comunicarse sin interferencias hayamos derivado al teléfono celular; que del tatuaje que se adoso con variados colores a su cuerpo y que ostentaba poderes mágicos, hayamos derivado al maquillaje donde se trasluce exagerada ostentación y que trastoca su mensaje; que del grito de satisfacción o angustia hayamos derivado al lenguaje articulado que es el sustento de todos los idiomas del planeta; que del sentido común que ostentaba nuestro ancestro ausente en nuestros tiempos, hayamos derivado a todas las filosofías del derecho, poco     funcionales, con extremada parafernalia y sin la cobertura y sustento social que se precisa en estos tiempos de crisis; del haya huasca práctica  ancestral para lograr un alineamiento y balanceo espiritual de los nuestros hayamos derivado al psicoanálisis; del quipu sistema de codificación de los antiguos peruanos en base a hilos de colores a los que le  adosan nudos dispuestos en distancias definidas y donde se plasmaba el mensajes requerido, hemos derivado a las computadoras de última generación; de la imaginación al video, de la pintura rupestre que contiene hondo mensaje étnico y genético, a la variedad de corrientes plásticas en el campo de la pintura; de la magia a la ciencia;  del salvajismo a la civilización,  del ícono hemos derivado a la diversidad de escrituras con los que  se comunica el mundo moderno,  etc.,  etc.,  y para desplazarse de una latitud a otra ahora recurre a vehículos que alcanzan la velocidad del sonido. Amén de otros artefactos y otros dispositivos y herramientas de gran funcionalidad y cobertura.

Todo este abanico de aportes por la insania  y la ambición del hombre los va a tirar por la borda, si es que no enmienda su actitud y estemos a expensas de los designios premonitorios que dos sabios del mundo que ya lo  han enunciado.

Cuando Alberto Einstein  puso a disposición del mundo la energía atómica, conociendo la inestabilidad de las actitudes que asume hombre, recomendó que ojala que los utilice para el progreso y no para su destrucción, no terminó de pronunciar estas palabras e hicieron detonar dos bombas en Hiroshima y Nagasaki, para terminar la segunda guerra mundial y cuando le preguntaron al mismo sabio cual será el arma de la tercera guerra mundial, muy prudentemente obvió este interrogante, pero si aseveró que el arma de la cuarta guerra mundial será el hacha de piedra, o sea  que será tanta la destrucción que volveremos a la cueva prehistórica para empezar de nuevo si es que sobrevivimos.

Y cuando el mundo en que vivimos quería conocer el aporte del último sabio de la humanidad que nos queda el inglés Sthefen Hawking nos refirió con la serenidad y sobriedad del cual está premunido, y cómo resultado de haber escrutado todas las vivencias y experiencias de todos los tiempos, espetó lo siguiente, que no admite designios  ni humanos ni divinos por carecer de sustento científico, pero, si acepta los designios naturales que son los que se rigen  por las leyes  del universo, que inciden en el destino de la tierra y consecuentemente los de la humanidad, filosofía y sapiencia que profesaron los antiguos peruanos que despectivamente la bautizaron como Panteísmo, y que sabiamente se adecuaron a sus designios, y gracias a este gesto nos han calificado y nos  consideran como una de la presencias más emblemáticas del mundo.

Pero, hay que advertir a que quienes  obcecadamente  propician el cambio climático e insisten en este  despropósito, los debemos bautizar como  bestias del apocalipsis y muy a pesar nuestro el destino desolador que nos espera está en sus manos. Sería de suma urgencia que los dueños del planeta convoquen al último conclave para que nos desvelen las cifras reales del espectro del futuro que nos espera.

Porque es inadmisible que  existan personajes que les faltan bancos para guardar toda su riqueza, y existan  niños  que mueren de inanición y con las manos apretadas sin un centavo de dólar entre sus dedos.

Y ante las imágenes que nos reporta  la televisión de los conflictos que se suscitan en el Oriente, un niño exclamo horrorizado e ingenuamente espetó, cuando muera le voy a contar a Dios de todo lo que están haciendo con nosotros. Ojalá que Dios lo escuche. Así sea. Inan. 

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