Dr. Manuel
Huanqui Hurtado
Nadie
se imaginó que el siglo XXI, nos iba a brindar la oportunidad y el privilegio
de disfrutar, y el de ser actores y testigos del mejor momento de la historia y
paradójicamente ser conscientes que también estemos viviendo el peor instante
de todos los que nos han precedido, porque está salpicado de horror, ambición,
frustración, angustia y muerte.
Gracias
a los últimos sondeos y estudios realizados por destacados especialistas, nos
develan, que felizmente con el SIGLO XX, han muerto muchos mitos, dogmas,
teorías, especulaciones, y designios etéreos, que distorsionaron el verdadero
mensaje del pasado, que nos legó el hombre prehistórico y que recién se empieza
a revalorar la auténtica trascendencia que ostentó, porque gracias a su gesto
sacrificado y riesgoso, somos actores y testigos de esta aventura.
Muchas
de estas especulaciones, filosofías, cosmovisiones mal concebidas, son las que
propiciaron la disgregación y el enfrentamiento de grupos comunitarios o grupos
étnicos de milenaria y reciente data.
Uno
de estos aspectos que propició y precipitó irreconciliables actitudes e
insulsas confrontaciones, es el referido al pigmento del hombre y que por mucho
tiempo fue y aún sigue siendo el pretexto de odios, discriminación y guerras de
xenofobia, que acarrea funestas consecuencias, con un costo material y humano de
imprevisibles proyecciones.
La
aventura del hombre, que como consecuencia lógica de la evolución, se inicia
hace más de diez millones de años y paulatinamente este personaje va definiendo
su impronta y recién hace 50,000 años, cuando el ensamblaje de su constitución
anatómica y anímica estaba ya en su configuración final, y después de haber
superado su riesgoso y fatigoso nomadismo, que dará paso a un sedentarismo de
variadas características de acuerdo a la orografía y la ecología, cada una con
sesgos muy peculiares que irán definiendo su cosmovisión, después de estas
actitudes ya se van perfilando sus primeras manifestaciones culturales.
Ahora,
con el avance científico se van esclareciendo todas las especulaciones
referidas al pigmento del hombre, que no constituye un capricho divino, ni
ningún designio o exabrupto de especulaciones o filosofías carentes de sustento
lógico.
La
pigmentación o despigmentación de la piel de los humanos, es la resultante de
la incidencia de los rayos ultra violeta en toda la superficie del cuerpo, y la
sustancia de la melanina que la cubre, es la que define el color, por la
intensidad que soporta.
El
negro, será negro y re-contra negro, alto y atleta y con poros bien
proporcionados , porque el área donde desarrolló y configuró todas sus
características biológicas, aptitudes, imaginación, voluntad, inteligencia, ese
escenario fue y es el desierto, es en esta área, donde convivieron durante
milenios, con grupos étnicos que ostentaban las mismas características, los
mismos riesgos, las mismas posibilidades y el aprovechamiento equitativo y
dosificado de los recursos de su entorno, es en este ambiente, donde
concibieron su cosmovisión o sincretismo cultural, pero, quién definió
precisamente todo ese universo de manifestaciones y características es el
ambiente y el entorno natural y otros designios esculpieron sus características
antropológicas.
El
blanco será una persona sin pigmento, porque en su travesía de huir del África,
se metió a la congeladora del mundo de ese entonces que era Europa, donde en
algunas regiones muy brevemente disfrutan de los rayos ultravioleta que emite
el sol y sus orografías no muestran altitudes prominentes , eso posibilitó el
culto al individualismo y ser proclives a la guerra, que fue el detonante que
inspiro las invasiones para aprovecharse del patrimonio material de los pueblos
que no ostentan esos designios y recursos.
El
esquimal que vive en regiones mucho más gélidas que los europeos, será de baja
estatura, proporciones anatómicas gruesas, porque tiene que concentrar energía,
de lo contrario moriría de frío, y el pigmento que ostenta no será de un negro
intenso, ni de un blanco impecable, sino de un tono intermedio calcinado por la
gélidas temperaturas que caracterizan a estas regiones.
La
escultura humana se va perfilando de acuerdo a la orografía y el ambiente del
entorno, como ya lo acotamos líneas arriba, sumado a la proyección genética.
Y si
nuestro abuelo ancestral fue negro, después de 2,000 generaciones en el África
sigue siendo negro, y re-contra negro, es precisamente, porque en los albores
de la civilización, como consecuencia de los designios de la mecánica celeste,
el único sitio o lugar que le brindó a nuestro antecesor (un óptimun clymatión)
un clima aparentemente óptimo para su sobrevivencia estaba en el África , el
resto del planeta estaba cubierto de hielo, posteriormente cuando migra a otros
continentes va definiendo el color del pigmento y su arquitectura humana, por
influencia de la orografía y la ecología de cada segmento geográfico .
Es
por ello que los negros, es la etnia, grupo o comunidad primitiva, exótica,
atávica, etc., etc., o como quieran denominarla los herederos de los estudiosos
y especuladores de las teorías antropológicas, referidas a explicar el origen
del hombre, al margen de las divinas, el negro es el personaje que al haberse
confrontado su ADN, es el que ostenta la mayor antigüedad de la especie humana,
certificado plenamente por métodos radioactivos de datación del pasado.
Pero,
este personaje de oscura piel, iluminó el sendero que recorrió el hombre y que
después, cada región o franja ecológica, le fue imprimiendo el tomo a la piel,
que fue definiendo su identidad, sumado a esa constelación de vivencias,
representadas por miedos, alucinaciones, sugestiones, supersticiones, sueños,
mitos, gestos, mimos, gritos, representación de íconos, a los que les adosaron
líneas y colores, amén de haber presenciado asombrados eventos cósmicos
imprevistos, e inexplicables para ese entonces, que con el correr del tiempo,
fue configurando su esquema mental, que los especialistas han acordado en
denominar cosmovisión o sincretismo cultural.
Pese,
a toda esta odiosa discriminación hacia los abuelos de la humanidad, por parte
de grupos étnicos des-pigmentados, que aún todavía no admiten que su
reta-ta-ta-ta-ta- rabuelo fue negro, nadie ya puede desconocer, que la fibra,
la consistencia, el ensamblaje biológico de las personas de color, constituye
la semilla del hombre, y es el que ostenta la mayor consistencia biológica,
esto lo han demostrado y lo vienen demostrando con mucha trasparencia en las
actitudes que asumen, en competencias y otras actividades afines, que la
comunidad desde hace tiempo ha sugerido, para establecer la superioridad en los
eventos y al final de los mismos se inclinan reverentes ante esa verdad
irrefutable.
Un
indicador que constituye para muchos la mejor referencia, es el que lo
advertimos nítidamente en el aspecto deportivo, cuando se programan cada cuatro
años, la escenificación de las Olimpiadas y Campeonatos Mundiales de las
diversas disciplinas,
En
estos mega eventos, donde brillan, no podríamos decir con luz blanca, sino con
especial destello, los atletas de color, cada vez que suben al podium para ser
ungidos con las medallas más brillantes que la ostentación y la vanidad del
hombre ha concebido, para establecer superioridad en relación a otros grupos y
que no se resignan a aceptar.
Nos
remitimos a la historia casi reciente, quién no recuerda al legendario Kasius
Clay, que lo ungieron como Campeón Mundial de Boxeo de todos los pesos. En ese
entonces hablo con voz firme y serena, salpicada de humor fino y con mucha
contundencia, cuando nos manifestó lo siguiente, ante la prensa internacional “Señores
soy el hombre más macho y más bello del mundo, y al que le asome alguna duda,
sírvase ponerse frente a mí, para hacerle cambiar de parecer”. Esta versión
está apoyada, en un pensamiento estético, que dice, “Que la belleza no está en
el color, sino en las formas”.
En
la esfera del foot-ball, emergió de los estratos más humildes de las favelas
del Brasil un personaje llamado Pele, pese a que en ese entonces, recién hacía
su ingreso triunfal la televisión, deslumbró al mundo desde que dio sus
primeras patadas a la pelota, y nuestras sociedades estaban a la espera de
algún pretexto que disipe en algo la angustia colectiva, este personaje suplió
en algo este sino, por sus especiales y excepcionales cualidades que ostentaba
para el dominio del balón, fue ungido como el Rey del Foot Ball. En otra
circunstancia en una edición de las Olimpiadas, ante el asombro del mundo, una
inglesa de tez oscura, subía al podium, para que le impongan y reciba la
Medalla de Oro, por haber demostrado que era la mujer más veloz del mundo, y
bañada en llanto, pero llena de gloria, expresaba que el país al cual
representaba , sólo la usaba como mástil, para demostrar con fines políticos su
aparente hegemonía, paradójicamente esta mujer de ébano representaba al país
donde la discriminación y la xenofobia se advierte con mayor contundencia..
Así,
podemos seguir enumerando infinidad de representantes de la etnia negra, que
brillan con luz propia en otras disciplinas, artes y oficios.
Fue
tanta la discriminación, a tal punto que se pretendió inclusive argüir que
ciertos deportes eran exclusivamente para que la practiquen los blancos, como
es el caso concreto del tenis, pero emerge el músculo negro y derrumba este
mito, cuando las hermanas Williams se encargan de desvirtuar este sino.
Algunos
dotados de especial humor blanco, que contradice al negro, han manifestado que
para culminar con todas las aristas del deporte, sólo les falta la disciplina
deportiva, en el campo de la natación, pero, que no han logrado el cupo que
requieren; pero algunos ya están manifestando, que secretamente están
experimentado con esta disciplina deportiva, aprovechando que los ríos del África,
ostentan un caudal moderado y pausado, arrojan a jóvenes de especiales
condiciones físicas al río, y detrás de ellos le sueltan un cocodrilo, esto les
está posibilitando practicar la natación para lograr la velocidad que precisan
para futuras competencias.
Con
estas vivencias, queda demostrado el aspecto referido al pigmento, que es parte
determinante y el sustento de la etnia. o comunidad nativa, a la que el tiempo
le va adosando, experiencias, vivencias, fonemas, lengua, costumbres, ritos,
danzas, tonadas en la forma de hablar, apodos, que sumado al encaje geográfico
y el paisaje natural, con el correr de los siglos van perfilando la aldea,
luego el pueblo, para derivar en la ciudad.
Pero,
el sustento humano, es determinante y es el que definirá su identidad e
historia y las personas más prominentes serán las que los representen, por
ostentar singulares atributos y son los que se yerguen como los hijos y
exponentes más emblemáticos y ellos se convierten en los interlocutores y
hablan en nombre del grupo y sus gestos y petitorios son los que realmente
constituyen los auténticos requerimientos de sus aspiraciones y sus necesidades,
pero estos grupos, por su misma composición genética y de acuerdo a los
designios de su cosmovisión, viven en armonía y en las fiestas y celebraciones
conmemorativas de alguna gesta o efeméride o hito histórico, es evocado con
profundo respeto y con extrema unción, a la cual le adosan la alegría y la
música que es la inspiración de sus antecesores, pero, estos grupos son
respetuosos de las tradiciones y costumbres de otros etnias, que en algunas
circunstancias tienen que alternar, con los que provienen de otras latitudes.
Estos
grupos étnicos son muy respetuosos de la intimidad de sus miembros, inclusive
con la actitud que asumen algunos forasteros que llegan y que poco a poco se
asimilan a la etnia, pero, por respeto al pueblo que los cobija, no sorprenden,
no son irreverentes, ni se atribuyen su representatividad, ni mucho menos
tratan de imponer sus designios o caprichos y por la prudencia que muestran, no
imponen sus deseos, descartándose cierta superioridad.
Y
toda su doctrina, su modus vivendi, su comportamiento, sus gestos, actitudes,
que es lo que se conoce como identidad de un pueblo y que es la legítima
expresión espontánea del grupo que perfila su personalidad, que también
paulatinamente va asimilando los aportes de la ciencia y la cultura y muy
sutilmente va perfeccionando su actitud, que algunos la denominan refinamiento.
Con
el correr de los milenios, esta etnia o comunidad nativa o primitiva, que en
sus inicios según la opinión de destacados antropólogos culturales, manifiestan
que comenzó con el matriarcado, para posteriormente derivar en el patriarcado,
pero, cual fuere su origen, la verdad más transparente, es que la etnia, fue el
germen de lo que los políticos y filósofos de la historia han sugerido
denominarla posteriormente como: clan, ayllu, patria, nación, estado, imperio,
república, monarquía, satrapía, etc. etc. formas e instituciones de gobierno,
que han tenido en algunos casos, relativo éxito y que no han logrado obtener la
consistencia de la etnia.
Desde
hace mucho tiempo, algunas ciudades, como consecuencia de un aparente progreso,
han soportado invasiones, conquistas, guerras, y con el incremento del flujo
del comercio, especialmente por donde han transitado los grandes caminos de la
cultura, se convierten en epicentros, allí convergen diversidad de etnias, con
todo su universo de manifestaciones, donde confrontan su sapiencia y se van
decantando y deshojando todas aquellas que no ostentan equidad, para evitar la
desmedida explotación del hombre por el hombre, que propicia la brecha de
pobres y ricos y que ha generado la concepción de filosofías,
convencionalismos, doctrinas, sentimientos religiosos, corrientes ideológicas,
etc., etc., cada una de ellas con diferente óptica y de acuerdo a ciertos
intereses y que en muchas oportunidades estas actitudes resumen el sincretismo
de la etnia, de las cuales prevalecerán las que ostenten mayor cobertura y
consistencia social y predisposición para ciertas artes y oficios que los van
tipificando.
Es
por esta razón, como conocedores de toda la trama que ha recorrido la etnia,
desde sus inicios, y que ostenta especial cobertura genética y que es de
milenaria data, que en consistencia social, largamente sobrepasa a la
denominación de nacionalidad, que es reciente y además porque la etnia ostenta
fuertes vínculos tradicionales y culturales, pero, tenemos que admitir que
otros grupos sociales de reciente data, por un maquiavélico designio,
aparentemente se han fortalecido más, y han ido distorsionando el auténtico
propósito de los conglomerados humanos, habiendo emigrado desde hace siglos a
otros continentes, sometiendo a pueblos y comunidades nativas que ostentan
sólidos principios éticos y morales y que paulatinamente, y muy sutilmente los
van suplantando y disimuladamente los van sometiendo, para luego imponerles sus
designios, inclusive algunos han pretendido exterminarlos y en otros los han
hecho desaparecer, muchas veces recurren a sentimientos religiosos, filosofías
extrañas para lograr estos fines.
Es
cierto que genéticamente tenemos un solo origen, inclusive algunas
características somáticas son similares en muchas etnias o comunidades nativas,
pero, sus gestos y actitudes, ética, moral, artes, etc., etc. paulatinamente
van definiendo al grupo, y es lo que se conoce como identidad.
Es
por ello que cada grupo, etnia o sociedad, elige por consenso a su
representante y tácitamente le otorga amplios poderes para que lo defienda y
abogue para que le respeten todos sus derechos, y genéticamente tiene que
recaer en el personaje más genuino y no sea usurpado por un advenedizo, que
aprovechándose de la prudencia de la comunidad, asume un falso liderazgo. .
Pero,
esta elección debe recaer en el mejor personaje de la etnia, dotado de especial
e inquebrantable dosis de ética, y moralmente es el ente más emblemático, que
reúne especial empatía, carisma, ángel, porque de él depende la armonía y
consecuentemente el progreso del grupo, que está unido genética y
tradicionalmente.
El
concepto de nacionalidad es reciente, adolece de sólidos principios y muestra
serias incongruencias y ha precipitado a pugnas carentes de un auténtico
propósito, sin sustento social y que deriva en una forma de comportamiento
inconsistente, debido a que es el resultado de la imposición y que debe
prevalecer, a cualquier precio, y es en estas circunstancias que las grandes
capitales del mundo, reciben personajes de diferentes comportamientos,
actitudes y gestos, cada uno de ellos provienen de etnias o comunidades dueñas
de su intimidad étnica y cultural, que a su llegada a la gran urbe recibe el
fuerte impacto de la discriminación y la marginación, que genera el
desconcierto colectivo, que consciente o inconscientemente precipita tácita
disconformidad, ante esta actitud y al desamparo al cual están expuestas, los
personajes de una etnia o comunidad, se agrupan en cualquier rincón de la urbe,
buscan un pretexto, para lamentarse de su suerte o festejar un aparente triunfo
, que en los últimos lustros se ha institucionalizado como “Club” , que no es
más que un muro de lamentaciones, donde cada fin de semana, se reúnen los
inmigrantes para rescatar afectos, revivir recuerdos, añorar momentos idos y
alimentarse de esperanzas que nunca se concretan, y se convierten en
frustraciones que conducen a la depresión y la nostalgia, que deriva en el
fracaso, para lo cual ya se han nutrido de una fuerte dosis de resignación, que
paulatinamente minará la columna vertebral de nuestra herencia genética, donde
reside nuestra auténtica identidad cultural.
Y en
esta pugna, donde convergen todas las vivencias de etnias o comunidades
primitivas, nativas o sociedades de moderna gestación, o lo que fuere, las
grandes urbes, megalópolis, etc. ,etc., se convierten en campos de batalla
donde las pugnas son cotidianas y propician el surgimiento de líderes,
personajes que se atribuyen lucidez extrema, para resolver todos los
diferendos, y ante la impotencia de muchos miembros , aceptan resignados la
imposición de conductas, comportamientos, actos, gestos, artes, modas etc.,
etc. que va acelerando la descomposición social que ya se advierte, por no
haber respetado el designio de las etnias de milenaria data, que ostentan mayor
sustento genético y cultural.
Esta
marginación, discriminación, de quienes concibieron maquiavélicamente sus
reglas de juego en base al pigmento, el arte, el refinamiento, la estatura,
status económico .etc. imponen sus designios, con un costo social de
imprevisibles consecuencias, y que desde hace un buen tiempo lo estamos
advirtiendo.
Y
todos los hijos de los inmigrantes que nacen en la grandes urbes, megalópolis,
metrópolis, o lo que fuere, por estas distorsiones sociales, son hijos de la
frustración, la aventura y la desesperación, carentes de identidad, y por las
constantes pugnas, se engendran odios irreconciliables, descontento
subconsciente, que influirá decididamente en todas sus manifestaciones, en
especial en el arte, y las grandes multitudes serán fácil presa de cualquier
influencia foránea, que paulatinamente va minando nuestra identidad, hasta
lograr nuestra despersonalización, y la atomización de la etnia.
Por
estas circunstancias el mundo vive convulsionado, porque ya se advierte
seriamente, el renacer de las etnias, ante el rotundo fracaso de las
nacionalidades, y porque ostenta mayor sustento social y esencia cultural que
la nacionalidad, lamentablemente otras instituciones que derivan de ella, y que
no han cumplido plenamente con su cometido, y que hubiesen posibilitado en
parte conservar. Nuestra identidad, y el respeto a la persona humana, cada día
que transcurre el trauma social se acrecienta más.
Pero,
una etnia, o comunidad nativa, bien constituida, que ostenta Genes bien
conservados, no agredidos, ni manipulados, conciben Memes (Memes: son las
memorias colectivas de las comunidades o etnias nativas que han concebido desde
hace miles de años, todas sus manifestaciones materiales y espirituales o
reglas de juego referentes a la ética y moral y que representa su identidad)
sólidos y de gran cobertura y sustento social y que nunca morirán, mientras el
hombre viva, estos grupos sólidamente conformados respetan al miembro de la
comunidad, y estos no permiten que elementos foráneos, provenientes de otras
etnias, impongan sus designios, y luego pretendan atribuirse nuestra representatividad,
esta actitud lógicamente atenta contra la autoestima, el amor propio, que
refrenda la identidad del grupo o etnia, porque existen vínculos que no
permiten que se distorsione su sino, y hace imposible que el consenso de la
comunidad, elijan como su líder, o como su representante a un miembro que no
sea de su entorno o de su etnia..
Ustedes
creen que algún día los ingleses elegirían como su gobernante a un rey o una
reina negra, a pesar de que provienen de ellos, o que los alemanes aceptarían
como su máximo representante a un miembro de la Dinastía China de los Ming., o
que los judíos permitirían que los gobierne un mongol o esquimal, por supuesto
que no, porque ellos tácitamente respetan su identidad y su herencia genética,
étnica y cultural.
Pero,
lamentablemente en este nuestro Perú, de milenaria data, desde hace un buen
tiempo, so pretexto de la colonia o conquista, de la instauración de la
república o el acceso a una fatua democracia, al haber accedido muy alegremente
a estas formas de gobierno, carentes de sustento comunitario y étnico, hemos
estado minando nuestra autentica identidad, al margen de que a algunos
forasteros que los cobijamos sin recelos, no comprendieron nuestra prudencia y
amabilidad, se haya permitido que personajes seriamente cuestionados
pertenecientes a otras etnias, hayan asumido nuestra representatividad.
A no
ser que esté seriamente equivocado, o a lo mejor muy pronto, porque todo es
posible, en el gran teatro del mundo, que a un peruano genéticamente puro, sea elegido
el Primer Ministro del Japón y un alto andino suceda en el Trono al Emperador
Akakita.
Esto
nos demuestra con una transparencia sin límites, que la etnia es más fuerte que
la nacionalidad, y que el renacer de las etnias preocupa a los que so pretexto
de una manoseada democracia, aún pretendan hacer prevalecer, instituciones y
organizaciones que ya no tienen vigencia en el Siglo XXI.
Pero,
antes de finiquitar este ensayo, tengo que dejar bien establecido, que nuestros
grupos étnicos nativos, llamados despectivamente los Aymaras, Quechuas,
Chancas, Moches, Puquinas, Chavines, Huancas, Cabanas y los que aun
milagrosamente sobreviven, y que hemos heredado y adquirido una consistencia
biológica, étnica, genética y cultural, de singulares características, y
estamos dispuestos a seguir resistiendo los embates naturales y los designios
de personajes que fungen de gobernantes, que nunca han valorado este capital
humano nacido en el Perú, que es único, por no decir incomparable, de especial
consistencia anímica, y que están ensamblados para resistir cualquier hecatombe
ecológica que ya está programada, porque estamos dotados de una extraordinaria
fuerza, voluntad y mística, que no poseen otras etnias, que se han maquillado
con rasgos, actitudes y gestos que no concuazan con su identidad. .
Pero,
sin temor a equivocarme y recurriendo a nuestro gran sentido premonitorio, y
por la especial fibra étnica que ostentamos; así como nos cupo escribir la
primera y más brillante página de la historia de América, por nuestra especial
ubicación geográfica, producto de una delimitación basada en una prospección y
proyección geopolítica, seremos también los que rubriquemos la última página,
cuando el recalentamiento global nos precipite a los grandes cambios ecológicos
que en épocas pretéritas precipitaron la extinción de las más emblemáticas
presencias culturales del planeta.
Después
de estas especulaciones, como moraleja, tenemos que admitir tácitamente. Que
cada habitante del planeta, cualquiera sea el tono de su piel, o franja
ecológica que lo cobija, tiene un negro metido y que algunos lo saben disimilar
muy bien.
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