martes, 7 de marzo de 2017

El silencio de la momia

Dr. Manuel Huanqui Hurtado

Este ensayo fue publicado en mi condición de Miembro del Patronato de Defensa del Patrimonio Cultural de Arequipa a raíz del maltrato, que estaba siendo objeto el cuerpo congelado de la ñusta del Ampato, por parte de instituciones y personas que se atribuyeron representatividad de la región, en abierta complicidad con personajes, que con su silencio avalaron este acto de lesa cultura.

Nos opusimos que la traten como vulgar souvenir, inclusive que viajara a U.S.A., de no mediar antes un convenio y la autorización de un auténtico Patronato que velara por la integridad de nuestra heredad; pese a ello procedieron con criterio mercantilista, asumieron actitudes protagónicas. Inclusive en nuestra condición de especialistas dimos las recomendaciones pertinentes y como cínica respuesta recibimos el mutis e indiferencia lindante con la negligencia.

Pese a ello, estamos gratamente reconfortados, quienes vivimos convencidos plenamente de la trascendencia y singular connotación de nuestra heredad, de los orígenes y proyección de nuestra cultura, que algunos escépticos recién revaloran gracias al lenguaje de las momias.

La protección y reivindicación de nuestro patrimonio será posible por el esfuerzo, empeño y decisión que deben desplegar científicos sociales que analizan las muestras del pasado, rescatadas técnicamente de los entornos que habitó el hombre, para luego con especial celo y cuidado extremo que merecen estas evidencias, son remitidas a laboratorios y quirófanos para que científicos, auxiliados de sofisticado instrumental obtengan valiosa información de gran cobertura científica; paradójicamente, el porcentaje obtenido de estos logros no representa ni el uno por ciento de lo extraído en el transcurso de más de 500 años, en tanto que los hallazgos casuales sobrepasan el 70 por ciento, amén de otras formas de depredación.
Evacuados los informes técnicos y la opinión de los especialistas, una vez sincronizada toda esa información, tentativamente se pretende interpretar el pasado, que define el perfil cultural y la Cosmovisión de los Pueblos Testimonio de la Humanidad, representados por las milenarias culturas del Oriente y América, en especial el Perú.

La Cultura Occidental que hace poco asomó al consenso del perfil mundial, adquiere rol protagónico y define el espectro de su Cosmovisión para exportarlo a otras latitudes, imponiendo por la fuerza sus designios.

Pero, la configuración de todo ese universo de logros materiales y espirituales por parte de occidente tiene un sólo propósito: demostrar que constituyen el techo intelectual de todo lo concebido en el transcurso de los siglos. Lamentablemente la realidad nos demuestra que no fue la mejor de las opciones para el consenso de la Cultura Mundial.

Los genes y los menes de las culturas abuelas de la humanidad conformados por los pueblos del Oriente y América, que durante milenios perfilaron su cosmovisión, no es consecuencia de un improntus, ni mucho menos el resultado de un capricho o inspiración divina, ni el epílogo de delirios de grandeza de personajes que limitan con la paranoia, estas presencias culturales ya muestran su deterioro. Nuestras manifestaciones que no están imbuidas de ese sino, prevalecerán e ingresarán por la puerta grande al próximo milenio por ostentar sólidos principios.

Las otras culturas, consecuencia de presurosa conformación, sienten su deterioro y final apocalíptico, si es que no enmiendan sus principios.

Oswald Spengler, historiador alemán; dejó un testimonio premonitorio en su libro "LA DECADENCIA DE OCCIDENTE" que cobra extraordinaria vigencia en nuestros tiempos, y se advierte claramente como algunas instituciones, convencionalismos, sentimientos, doctrinas y tecnologías etc. carentes de sustento social van perdiendo actualidad, como consecuencia de la precipitada configuración, que fueron concebidos con fines eminentemente hegemónicos, propiciando el culto al individualismo, generando ambición desmedida, causante de guerras y odios que en este momento comprometen la identidad de los Pueblos Testimonio, cuya connotación en el consenso de la cultura mundial representan la enciclopedia material del conocimiento de mayor cobertura científica, y que los Pueblos Transplantados quieren llegar apresuradamente a sus orígenes para rescatar su sobriedad y serenidad del que se valieron nuestros antepasados, que propició la obtención de toda esa constelación de experiencias únicas en los campos de las ciencias, astronomía, medicina, parasicología, genética animal y vegetal, arquitectura, escultura, orfebrería, ceramografía, textilería, artes, etc.

Los que fundaron la Cultura Andina, antes de lograr su propósito, escrutaron los territorios de nuestra América Nuclear con singular prospección y proyección geopolítica del Espacio y Área Andina. Desde hace más de 22,000 años inician la ardua tarea de seleccionar y delimitar los mejores ambientes ecológicos.

Desde entonces, con especial mística y premunidos de gran sentido comunitario, comienzan la singular aventura cultural, aún no igualada ni superada.

Desde hace siglos, cuando el hombre blanco pisa por vez primera estas tierras argentinas, brutalmente nos imponen sus designios e inician la destrucción de idolatrías; es cuando comienza el deterioro de la columna vertebral de nuestra cosmovisión, propiciándose el saqueo incontrolable del oro, ceramios, textiles, osamentas, herramientas, utensilios, etc., de cientos de miles de cementerios donde descansaban nuestros antepasados que fueron depositados con especial reverencia obedeciendo los designios de nuestra milenaria tradición; reposaban empapados de sustancias momificantes, a las que se les adosaba ornamentos de singular brillo, recurrieron al oro y la plata que constituyen los sudores del sol y las lágrimas de la luna.

Sólo aspiraban a estar premunidos de especial brillo, para recibir permanentemente los reflejos en sus sarcófagos y estar asistidos por los efluvios de sus dioses.

El oro material no les interesaba. Aquí en nuestra tierra, estamos vacunados contra la ambición.

Nos preocupa ahora que por más de cuatro siglos no concluya el saqueo, la depredación, el tráfico de especímenes, que propicia el espionaje cultural, consistente en la extracción ilegal de los secretos de la sabiduría de nuestra cultura, la de mayor sapiencia de estos territorios, considerada así por historiadores oficialistas como Arnold Toymbee; quien la definió como una de las culturas más grandilocuentes y colosales del planeta.

Quienes a lo mejor terca y hasta obcecadamente defendemos este universo de creaciones y manifestaciones, recurriendo a testimonios del pasado, interpretando su mensaje, estamos rescatando nuestra identidad cultural que estuvimos a punto de perderla, vivimos comprometidos con el destino final de nuestro pueblo; somos celosos custodios de que no se depreden ni maltraten las evidencias materiales y espirituales de nuestros ancestros, que ahora, ante nuestra impotencia algunos la manosean y trafican irreverentemente.

Para los estudiosos cada fragmento de cerámica, una punta de proyectil, un manto multicolor, una máscara de oro, residuos de excremento, una célula etc., son de trascendental importancia; en cada una de estas evidencias se advierte el mensaje contenido de su función y tecnología, desplegada a la vez que nos define las características de su entorno social y características biológicas y étnicas.

La cerámica nos habla de sus componentes y la técnica utilizada en la cocción para perennizar su forma, mensaje y función; la termoluminiscencia nos refiere de m s de 4,000 años de experimentación; un manto textil nos revela el origen de sus fibras, si fue animal o vegetal y la variedad de especímenes que conformaron su entorno, amén de ilustrarnos de la calidad de su tecnología en la simbología expresada en sus magistrales diseños plasmaron la auténtica significación de su genética étnica que resume toda su cosmovisión. Al imprimirle policromía trasluce nítidamente que sus símbolos dispuestos con extraordinaria precisión resumen su perfil cultural de milenaria data, una máscara o brazelete de oro, nos sugiere tácitamente, marcada estratificación social, conservar sus ornamentos nos refieren el respeto que profesaban a sus muertos y el deseo de prolongar su existencia recurriendo a la momificación para perennizar los segmentos de la telencefalización, códigos genéticos, ADN, tipo de sangre, etc.

De todos estos grandes e inobjetables aciertos de la Cultura Matriz Andina, en los principales centros de informática del mundo, lamentablemente representados y liderados por países aparentemente civilizados, paradójicamente, los mejor dotados económicamente; ya tienen codificados en sus memorias electrónicas toda la tecnología que lograron nuestros mayores, amén de códigos genéticos de plantas y animales que con especial celo cuidaron y obtuvieron especímenes de calidad aún no igualada.

Maquiavélicamente y en complicidad con algunos traficantes de la cultura, desde hace buen tiempo obtienen la más valiosa información que precisan en lo que a tecnología se refiere, y que será utilizada para diseñar geopolíticamente el siglo XXI.

No conformes con la obtención de aspectos materiales, quieren penetrar en las profundidades del cerebro, el que concibió ese universo de aciertos en todos los campos; analizar los segmentos y áreas conformadas por las endorfinas y las encefalinas donde radica el epicentro de la inventiva, la creatividad, el equilibrio emocional, la sensibilidad etc. Los nuestros estuvieron premunidos de mesurada sincronización que está en la cabeza, allí donde se ubica el cerebro protegido por entorno óseo de especial consistencia, que semeja una esfera de cristal, ubicada en lugar estratégico, está el espectro de la telencefalización, monitor principal que define la actitud que asume el hombre y consecuentemente, su proyección cultural.

Desde hace años se han implementado en los principales centros de investigación CLINICAS PARA MOMIAS. Allí, sigilosamente penetran en intestinos, corazones, vísceras, cerebros médulas, células, etc., premunidos de sofisticado instrumental.

Ahora se habla de Medicina Arqueológica, Arqueología Molecular, de resonancia magnética, de tomografía computarizada tridimensional, de geobiología, auxiliados por la sustancia Ruffer, recobran el volumen del cerebro disecado para efectuar artereografías, y constatar la consistencia de las mismas, y descartar lesiones cerebrales que generan el consecuente deterioro del comportamiento del hombre. Un ínfimo fragmento de tejido vascular permite conocer el tipo de sangre que no era muy diversificado en tiempos pasados en nuestros grupos étnicos, comparado con el que se advierte ahora, el de una promiscuidad biológica que precipita el deterioro genético que se advierte en conglomerados humanos contemporáneos.

El lenguaje del Siglo XXI, tiene novísima terminología. Quedaron atrás los conceptos limitados de cielo, infierno, dogmatismo, inquisición, excomunión, geocentrismo etc.; ahora se habla de los agujeros negros del universo, de antipartícula, big bang, big crunch, heliocentrismo, de energía atómica, de fisión y fusión nuclear, de ingravidez, geomagnetismo, paleoclima, paleoantropología, geocronología, bio- astronomía, de ADN, de codificación de ingeniería genética, de virus, hongos, bacterias, hormonas, telencefalización, endorfinas, ecología, genes y menes, clonación etc., etc.

La Historia y la Cultura propiamente dichas, han perdido sustento y cobertura quedaron al extremo limitadas para globalizar e interpretar la evolución en el tiempo y en el espacio que ha transcurrido desde que el hombre toma conciencia del rol que asume desde‚ épocas pretéritas hasta nuestros días; la palabra cultura también muestra poca cobertura para abarcar e interpretar todo lo que el hombre ha creado en el transcurso de los siglos.

Paradójicamente los más sorprendentes descubrimientos e inventos que la tecnología de punta concibe, se ponen al servicio del estudio del pasado, el que más interesa y preocupa.

La radioactividad y los relojes del tiempo, los rayos X, la fotografía infrarroja falso color, las radiografías de nuestro planeta tomadas de satélites, donde se advierte el espectro de la tierra, que sirven para rastrear el recorrido del hombre desde‚ tiempos inmemoriales han quedado perennizadas las causas de su mutación o extinción, consecuencia de los cambios geomagnéticos.

Todas esas valiosas evidencias están casi destruidas; de lo poco que aún queda hay que extraerle el máximo provecho y si se trata de Pueblos Testimonio, como el Perú, con mayor razón, y a cualquier precio y pisoteando los derechos de sus legítimos herederos.

Quienes paciente y silenciosamente desde hace muchas décadas, estamos estudiando y conversando con momias, nos preocupa el destino y el riesgo de las encontradas en el nevado Ampato y otras.

Estamos seguros que cuando irreverentemente se la lleven y la hagan hablar y le extraigan su secreto, hará reflexionar a quienes presurosa y negligentemente llegaron a ella sin respetar su intimidad biológica y étnica.
Por versión de su descubridor el andinista Miguel Zárate, en una oportunidad nos pidió asistirla técnicamente a dicha ofrenda que estaba en su santuario de altura y que no debía ser extraída por ningún motivo, no pudimos complacer este deseo por razones netamente económicas y técnicas.

Desde que fue depositada con especial devoción y respeto, hasta el momento del forzado salvataje por parte del andinista Miguel Zárate se ha perdido la más valiosa información que jamás recuperaremos; es la referente a la ubicación y orientación de la momia con relación a la mutación geomagnética de más de l5 segundos del desplazamiento de los polos de la tierra lo que ha producido cambios ecológicos, que comprometieron segmentos y secuencias estratigráficas que han imposibilitado tomar el dato de mayor trascendencia, consistente en la orientación de la momia con relación al sol, que define el propósito del rito, parte sustancial y determinante del mensaje de la Cosmovisión del Mundo Andino con referencia a sus ofrendas, diametralmente opuesta a la concepción mercantilista e individualista de Occidente, que define el trato que se da a los genes; mientras los nuestros respetaban y conservaban su integridad evitando su deterioro y degeneración. Los de Occidente, irresponsablemente los manipulan, los agrede, precipitando su deterioro con imprevisibles consecuencias.

De acuerdo a lo dicho anteriormente, y después de escrutar más de mil momias, y haber codificado algunas experiencias estamos casi seguros que cuando los investigadores penetren en el sector donde está la telencefalización del cuerpo congelado de la ñusta del Ampato, que por el entorno ecológico del que disfrutó, por la armonía comunitaria en la que discurrió su vida, por la dieta equilibrada y dosificada con que se nutrió, por haber ingerido yerbas digestivas y picchado la hoja sagrada de la coca que mitigó el hambre y amenguó el cansancio en instantes decisivos y culminantes de su desarrollo cultural, y propició que la alquimia cerebral no se desgaste en odios y actitudes malévolas, condiciones que propiciaron que los nuestros estuvieran dotados de fecunda imaginación, inventiva, creatividad sin paralelo, cuyos logros materiales los advertimos a los largo y ancho de nuestra abrupta e incontrastable geografía conformada por los inmensos territorios del Tahuantinsuyo; el espectro de las tomografías, radiografías y la técnica de la resonancia nuclear magnética arrojarán sorprendentes resultados, consistentes en advertir el equilibrio en la disposición de las áreas cerebrales, ausente de interferencia en segmentos de la telencefalización. En resumen: gente de mente sana, con equilibrida disposición y distribución de áreas cerebrales, sin tugurizaciones ni interferencias de segmentos.

La momia es la expresión más viva de la muerte; en cada músculo esta resumida la actividad que ocupó sus mejores años; el corazón por la composición y disposición de sus fibras, se advertirá la diástole y sístole que imprimió a sus actividades, semejando un electrocardiograma, donde se ha registrado los flujos de su comportamiento dedicado a la mística del trabajo permanente, sin excesos ni privaciones extremas que pudieran alterar su equilibrio emocional; los huesos son cual papiros, donde ha quedado impresa toda la radiografía de su vida, las insuficiencias, malformaciones, equilibrios nutricionales etc. Es en el cerebro del hombre, ubicado en el sitio más funcional y estratégicamente dispuesto por designio genial de la naturaleza, donde radica el secreto de la vida. Allí está la telencefalización, y todo ese universo de hormonas, tejidos, arterias, endorfinas, ADN etc., complejo organigrama biológico, desde donde se monitorea el comportamiento humano.

En la cabeza está el laboratorio biológico. Merced a reacciones químicas se procesan los mecanismos para lograr los ingredientes o sustancias que servirán de sustento para que el hombre asuma ciertas actitudes que definen sus aciertos y desaciertos, y se proyecten en logros materiales y espirituales, que no ha mucho, se definía como cultura. Los especialistas ahora la denominan MENES.

En cada segmento microscópico de la telencefalía de nuestros ancestros, se advertirá nítidamente que los espacios y áreas cerebrales correspondientes a la sensibilidad, memoria, creatividad, voluntad, inventiva, imaginación, arte, etc. Están bien dispuestos. Las tomografías mostrarán que no deben existir tugurizaciones ni lesiones muy pronunciadas en la masa encenfálica del cuerpo congelado. Esa sincronización biológica y química, de extraordinario equilibrio y precisión, posibilitó el desarrollo social y cultural de nuestros ancestros. Es el modelo de cerebro que están buscando para diseñar al hombre del próximo milenio.

Después de 20 siglos de riesgosas experimentaciones e improvisaciones, digitadas por los designios de la Cultura Occiddental; que recurrió a filosofías, sentimientos religiosos, doctrinas, convencionalismos, tecnologías e implementado instituciones y organizaciones a la medida de su ambición, carentes de sensibilidad y sustento social, que engendró guerras, odios y malestar social, precipitando a la cultura mundial a un final apocalíptico. Después de paciente análisis se advierte deterioro en la actitud que asumen algunos grupos étnicos, por ello, en la agonía de este siglo, vuelven la mirada al pasado y recurren a la sapiencia de una de las experiencias más serenas sobrias, centradas y sabias de la humanidad, que está representada por la Cultura Andina.

Para un mejor esclarecimiento y lograr contundente reivindicación por qué‚ no aprovechamos esta oportunidad y solicitamos acompañen al cuerpo congelado de la ñusta del Ampato, en su viaje a U.S.A., con el respeto que merecen los cráneos momificados de Hitler (si es que existe), de Calígula, de Napoleón, de Mussolini, de Pizarro, de Atila, y esperar que transcurra una generación para someterlos a las mismas experiencias y análisis los cerebros de las personalidades más prominentes que lideraron y lideran los destinos de la humanidad, porque para la muerte que es intemporal, si se trata de codificar experiencias y diagnósticos cualquier referencia de genios o paranoicos es de vital importancia.

Estamos seguros que los cráneos de esos personajes que gobernaron durante muchos siglos los designios de la Cultura Occidental; sus tomografías y los espectros de su telencefalización mostrarán extremada tugurización en segmentos y áreas de la sensibilidad y otras, las que presumiblemente sufrieron lesiones irreversibles o atrofias; sólo así podemos explicarnos las decisiones que toman, por demás descerebradas, reflejadas en la actitud que asumen cuando digitan sus políticas imponiendo sus caprichos a toda la humanidad, de cuyas consecuencias, los que más sufren y soportan sus designios son los pueblos del Tercer Mundo; a quienes, por aparente contraste les hurtan su milenaria sapiencia.

Al margen de otros datos, eminentemente técnicos rescatados de los entornos y circunstancias del hallazgo casual del cuerpo congelado de la Dama del Ampato, imposible de recuperar por haberse destruido, que precisaban los especialistas, felizmente otros elementos diagnósticos de similares santuarios ya están codificados, y constituyen la piedra angular de la nueva interpretación del pasado de nuestra Milenaria Cultura, que inexorablemente reemplazará a las mentiras oficiales de la Historia del Perú, felizmente ya develadas.

Ojalá que el Silencio de la Momia haga reflexionar a quienes la sustraen de su entorno so pretexto de estudiarla y asimilar su mensaje, y nos la devuelvan con el AUTENTICO TESTAMENTO de sus experiencias y no como siempre ocurre que se quedan con toda su sapiencia de siglos y nos la regresan en urna millonaria, para que sigamos con el protocolo de los formalismos de la muerte a la manera occidental, asistiendo a la capilla ardiente, prolongando el velatorio de nuestro pasado, recibiendo el pésame de los auténticos científicos que no admiten este proceder, que reclamaron en su oportunidad, más respeto por nuestros designios milenarios porque constituyen la columna vertebral de nuestra auténtica identidad cultural.

Momia del Ampato trabaja en paz.

P.D. Nosotros estábamos plenamente convencidos que la Arqueología de los grandes descubrimientos, tipo ciudad de Troya l87l, la Ciudad Perdida de Machupicchu l9ll, la Tumba de Tutankamon l922, que intrépidamente realizaron Heinrich Schliemann, Hiran Binghan, Howard Carter, más los dinamitazos de Belzoni para extraer los tesoros del Valle de los Muertos en Egipto en l8l5, constituyeron una etapa de la antiarqueología y que jamás se volvería a repetir. Ahora nos damos cuenta que hemos retrocedido y no pudimos superar ese maltrato a la herencia milenaria de los Pueblos Testimonio.

PUEBLOS TESTIMONIO.- Aquellos que en su configuración han demorado miles de años, cuyos logros son el resultado de paciente y prolongada experimentación, y que todavía mantienen permanente vigencia por ostentar sólidos principios y ser de gran cobertura social. Estos pueblos en América son México y Perú.


PUEBLOS TRANSPLANTADOS.- Son aquellos que usurpan y ocupan los territorios de América, como consecuencia de acciones de conquista o coloniaje, vienen premunidos de todo el universo de sus manifestaciones culturales, llegan portando sus costumbres, convencionalismos, idioma, sentimientos religiosos, artes, tecnología, taras, con doctorado en culturas de guerra, muerte y destrucción, imprimiendo a sus actos estrategia, logística, táctica para someter a los Pueblos Testimonio. De estos pueblos tenemos buen número en nuestra América Cobriza, que todavía respiran por los poros de Europa y carecen de identidad y sustento social.

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