Dr. Manuel
Huanqui Hurtado
Este
ensayo fue publicado en mi condición de Miembro del Patronato de Defensa del
Patrimonio Cultural de Arequipa a raíz del maltrato, que estaba siendo objeto
el cuerpo congelado de la ñusta del Ampato, por parte de instituciones y
personas que se atribuyeron representatividad de la región, en abierta
complicidad con personajes, que con su silencio avalaron este acto de lesa
cultura.
Nos
opusimos que la traten como vulgar souvenir, inclusive que viajara a U.S.A., de
no mediar antes un convenio y la autorización de un auténtico Patronato que
velara por la integridad de nuestra heredad; pese a ello procedieron con
criterio mercantilista, asumieron actitudes protagónicas. Inclusive en nuestra
condición de especialistas dimos las recomendaciones pertinentes y como cínica
respuesta recibimos el mutis e indiferencia lindante con la negligencia.
Pese
a ello, estamos gratamente reconfortados, quienes vivimos convencidos
plenamente de la trascendencia y singular connotación de nuestra heredad, de
los orígenes y proyección de nuestra cultura, que algunos escépticos recién
revaloran gracias al lenguaje de las momias.
La
protección y reivindicación de nuestro patrimonio será posible por el esfuerzo,
empeño y decisión que deben desplegar científicos sociales que analizan las
muestras del pasado, rescatadas técnicamente de los entornos que habitó el
hombre, para luego con especial celo y cuidado extremo que merecen estas
evidencias, son remitidas a laboratorios y quirófanos para que científicos,
auxiliados de sofisticado instrumental obtengan valiosa información de gran
cobertura científica; paradójicamente, el porcentaje obtenido de estos logros
no representa ni el uno por ciento de lo extraído en el transcurso de más de
500 años, en tanto que los hallazgos casuales sobrepasan el 70 por ciento, amén
de otras formas de depredación.
Evacuados
los informes técnicos y la opinión de los especialistas, una vez sincronizada
toda esa información, tentativamente se pretende interpretar el pasado, que
define el perfil cultural y la Cosmovisión de los Pueblos Testimonio de la
Humanidad, representados por las milenarias culturas del Oriente y América, en
especial el Perú.
La
Cultura Occidental que hace poco asomó al consenso del perfil mundial, adquiere
rol protagónico y define el espectro de su Cosmovisión para exportarlo a otras
latitudes, imponiendo por la fuerza sus designios.
Pero,
la configuración de todo ese universo de logros materiales y espirituales por
parte de occidente tiene un sólo propósito: demostrar que constituyen el techo
intelectual de todo lo concebido en el transcurso de los siglos.
Lamentablemente la realidad nos demuestra que no fue la mejor de las opciones
para el consenso de la Cultura Mundial.
Los
genes y los menes de las culturas abuelas de la humanidad conformados por los
pueblos del Oriente y América, que durante milenios perfilaron su cosmovisión,
no es consecuencia de un improntus, ni mucho menos el resultado de un capricho
o inspiración divina, ni el epílogo de delirios de grandeza de personajes que
limitan con la paranoia, estas presencias culturales ya muestran su deterioro.
Nuestras manifestaciones que no están imbuidas de ese sino, prevalecerán e
ingresarán por la puerta grande al próximo milenio por ostentar sólidos
principios.
Las
otras culturas, consecuencia de presurosa conformación, sienten su deterioro y
final apocalíptico, si es que no enmiendan sus principios.
Oswald
Spengler, historiador alemán; dejó un testimonio premonitorio en su libro
"LA DECADENCIA DE OCCIDENTE" que cobra extraordinaria vigencia en
nuestros tiempos, y se advierte claramente como algunas instituciones,
convencionalismos, sentimientos, doctrinas y tecnologías etc. carentes de
sustento social van perdiendo actualidad, como consecuencia de la precipitada configuración,
que fueron concebidos con fines eminentemente hegemónicos, propiciando el culto
al individualismo, generando ambición desmedida, causante de guerras y odios
que en este momento comprometen la identidad de los Pueblos Testimonio, cuya
connotación en el consenso de la cultura mundial representan la enciclopedia
material del conocimiento de mayor cobertura científica, y que los Pueblos
Transplantados quieren llegar apresuradamente a sus orígenes para rescatar su
sobriedad y serenidad del que se valieron nuestros antepasados, que propició la
obtención de toda esa constelación de experiencias únicas en los campos de las
ciencias, astronomía, medicina, parasicología, genética animal y vegetal,
arquitectura, escultura, orfebrería, ceramografía, textilería, artes, etc.
Los
que fundaron la Cultura Andina, antes de lograr su propósito, escrutaron los
territorios de nuestra América Nuclear con singular prospección y proyección
geopolítica del Espacio y Área Andina. Desde hace más de 22,000 años inician la
ardua tarea de seleccionar y delimitar los mejores ambientes ecológicos.
Desde
entonces, con especial mística y premunidos de gran sentido comunitario,
comienzan la singular aventura cultural, aún no igualada ni superada.
Desde
hace siglos, cuando el hombre blanco pisa por vez primera estas tierras
argentinas, brutalmente nos imponen sus designios e inician la destrucción de
idolatrías; es cuando comienza el deterioro de la columna vertebral de nuestra
cosmovisión, propiciándose el saqueo incontrolable del oro, ceramios, textiles,
osamentas, herramientas, utensilios, etc., de cientos de miles de cementerios
donde descansaban nuestros antepasados que fueron depositados con especial
reverencia obedeciendo los designios de nuestra milenaria tradición; reposaban
empapados de sustancias momificantes, a las que se les adosaba ornamentos de
singular brillo, recurrieron al oro y la plata que constituyen los sudores del
sol y las lágrimas de la luna.
Sólo
aspiraban a estar premunidos de especial brillo, para recibir permanentemente
los reflejos en sus sarcófagos y estar asistidos por los efluvios de sus
dioses.
El
oro material no les interesaba. Aquí en nuestra tierra, estamos vacunados
contra la ambición.
Nos
preocupa ahora que por más de cuatro siglos no concluya el saqueo, la
depredación, el tráfico de especímenes, que propicia el espionaje cultural,
consistente en la extracción ilegal de los secretos de la sabiduría de nuestra
cultura, la de mayor sapiencia de estos territorios, considerada así por
historiadores oficialistas como Arnold Toymbee; quien la definió como una de
las culturas más grandilocuentes y colosales del planeta.
Quienes
a lo mejor terca y hasta obcecadamente defendemos este universo de creaciones y
manifestaciones, recurriendo a testimonios del pasado, interpretando su
mensaje, estamos rescatando nuestra identidad cultural que estuvimos a punto de
perderla, vivimos comprometidos con el destino final de nuestro pueblo; somos
celosos custodios de que no se depreden ni maltraten las evidencias materiales
y espirituales de nuestros ancestros, que ahora, ante nuestra impotencia
algunos la manosean y trafican irreverentemente.
Para
los estudiosos cada fragmento de cerámica, una punta de proyectil, un manto
multicolor, una máscara de oro, residuos de excremento, una célula etc., son de
trascendental importancia; en cada una de estas evidencias se advierte el
mensaje contenido de su función y tecnología, desplegada a la vez que nos
define las características de su entorno social y características biológicas y
étnicas.
La
cerámica nos habla de sus componentes y la técnica utilizada en la cocción para
perennizar su forma, mensaje y función; la termoluminiscencia nos refiere de m
s de 4,000 años de experimentación; un manto textil nos revela el origen de sus
fibras, si fue animal o vegetal y la variedad de especímenes que conformaron su
entorno, amén de ilustrarnos de la calidad de su tecnología en la simbología
expresada en sus magistrales diseños plasmaron la auténtica significación de su
genética étnica que resume toda su cosmovisión. Al imprimirle policromía
trasluce nítidamente que sus símbolos dispuestos con extraordinaria precisión
resumen su perfil cultural de milenaria data, una máscara o brazelete de oro,
nos sugiere tácitamente, marcada estratificación social, conservar sus
ornamentos nos refieren el respeto que profesaban a sus muertos y el deseo de
prolongar su existencia recurriendo a la momificación para perennizar los
segmentos de la telencefalización, códigos genéticos, ADN, tipo de sangre, etc.
De
todos estos grandes e inobjetables aciertos de la Cultura Matriz Andina, en los
principales centros de informática del mundo, lamentablemente representados y
liderados por países aparentemente civilizados, paradójicamente, los mejor
dotados económicamente; ya tienen codificados en sus memorias electrónicas toda
la tecnología que lograron nuestros mayores, amén de códigos genéticos de
plantas y animales que con especial celo cuidaron y obtuvieron especímenes de
calidad aún no igualada.
Maquiavélicamente
y en complicidad con algunos traficantes de la cultura, desde hace buen tiempo obtienen
la más valiosa información que precisan en lo que a tecnología se refiere, y
que será utilizada para diseñar geopolíticamente el siglo XXI.
No
conformes con la obtención de aspectos materiales, quieren penetrar en las
profundidades del cerebro, el que concibió ese universo de aciertos en todos
los campos; analizar los segmentos y áreas conformadas por las endorfinas y las
encefalinas donde radica el epicentro de la inventiva, la creatividad, el
equilibrio emocional, la sensibilidad etc. Los nuestros estuvieron premunidos
de mesurada sincronización que está en la cabeza, allí donde se ubica el
cerebro protegido por entorno óseo de especial consistencia, que semeja una
esfera de cristal, ubicada en lugar estratégico, está el espectro de la
telencefalización, monitor principal que define la actitud que asume el hombre
y consecuentemente, su proyección cultural.
Desde
hace años se han implementado en los principales centros de investigación
CLINICAS PARA MOMIAS. Allí, sigilosamente penetran en intestinos, corazones,
vísceras, cerebros médulas, células, etc., premunidos de sofisticado
instrumental.
Ahora
se habla de Medicina Arqueológica, Arqueología Molecular, de resonancia
magnética, de tomografía computarizada tridimensional, de geobiología,
auxiliados por la sustancia Ruffer, recobran el volumen del cerebro disecado
para efectuar artereografías, y constatar la consistencia de las mismas, y
descartar lesiones cerebrales que generan el consecuente deterioro del
comportamiento del hombre. Un ínfimo fragmento de tejido vascular permite
conocer el tipo de sangre que no era muy diversificado en tiempos pasados en
nuestros grupos étnicos, comparado con el que se advierte ahora, el de una
promiscuidad biológica que precipita el deterioro genético que se advierte en
conglomerados humanos contemporáneos.
El
lenguaje del Siglo XXI, tiene novísima terminología. Quedaron atrás los
conceptos limitados de cielo, infierno, dogmatismo, inquisición, excomunión,
geocentrismo etc.; ahora se habla de los agujeros negros del universo, de
antipartícula, big bang, big crunch, heliocentrismo, de energía atómica, de
fisión y fusión nuclear, de ingravidez, geomagnetismo, paleoclima,
paleoantropología, geocronología, bio- astronomía, de ADN, de codificación de
ingeniería genética, de virus, hongos, bacterias, hormonas, telencefalización,
endorfinas, ecología, genes y menes, clonación etc., etc.
La
Historia y la Cultura propiamente dichas, han perdido sustento y cobertura
quedaron al extremo limitadas para globalizar e interpretar la evolución en el
tiempo y en el espacio que ha transcurrido desde que el hombre toma conciencia
del rol que asume desde‚ épocas pretéritas hasta nuestros días; la palabra
cultura también muestra poca cobertura para abarcar e interpretar todo lo que
el hombre ha creado en el transcurso de los siglos.
Paradójicamente
los más sorprendentes descubrimientos e inventos que la tecnología de punta
concibe, se ponen al servicio del estudio del pasado, el que más interesa y
preocupa.
La
radioactividad y los relojes del tiempo, los rayos X, la fotografía infrarroja
falso color, las radiografías de nuestro planeta tomadas de satélites, donde se
advierte el espectro de la tierra, que sirven para rastrear el recorrido del
hombre desde‚ tiempos inmemoriales han quedado perennizadas las causas de su
mutación o extinción, consecuencia de los cambios geomagnéticos.
Todas
esas valiosas evidencias están casi destruidas; de lo poco que aún queda hay
que extraerle el máximo provecho y si se trata de Pueblos Testimonio, como el
Perú, con mayor razón, y a cualquier precio y pisoteando los derechos de sus
legítimos herederos.
Quienes
paciente y silenciosamente desde hace muchas décadas, estamos estudiando y
conversando con momias, nos preocupa el destino y el riesgo de las encontradas
en el nevado Ampato y otras.
Estamos
seguros que cuando irreverentemente se la lleven y la hagan hablar y le
extraigan su secreto, hará reflexionar a quienes presurosa y negligentemente
llegaron a ella sin respetar su intimidad biológica y étnica.
Por
versión de su descubridor el andinista Miguel Zárate, en una oportunidad nos
pidió asistirla técnicamente a dicha ofrenda que estaba en su santuario de
altura y que no debía ser extraída por ningún motivo, no pudimos complacer este
deseo por razones netamente económicas y técnicas.
Desde
que fue depositada con especial devoción y respeto, hasta el momento del
forzado salvataje por parte del andinista Miguel Zárate se ha perdido la más
valiosa información que jamás recuperaremos; es la referente a la ubicación y
orientación de la momia con relación a la mutación geomagnética de más de l5
segundos del desplazamiento de los polos de la tierra lo que ha producido
cambios ecológicos, que comprometieron segmentos y secuencias estratigráficas
que han imposibilitado tomar el dato de mayor trascendencia, consistente en la
orientación de la momia con relación al sol, que define el propósito del rito,
parte sustancial y determinante del mensaje de la Cosmovisión del Mundo Andino
con referencia a sus ofrendas, diametralmente opuesta a la concepción
mercantilista e individualista de Occidente, que define el trato que se da a
los genes; mientras los nuestros respetaban y conservaban su integridad
evitando su deterioro y degeneración. Los de Occidente, irresponsablemente los
manipulan, los agrede, precipitando su deterioro con imprevisibles
consecuencias.
De
acuerdo a lo dicho anteriormente, y después de escrutar más de mil momias, y
haber codificado algunas experiencias estamos casi seguros que cuando los
investigadores penetren en el sector donde está la telencefalización del cuerpo
congelado de la ñusta del Ampato, que por el entorno ecológico del que
disfrutó, por la armonía comunitaria en la que discurrió su vida, por la dieta
equilibrada y dosificada con que se nutrió, por haber ingerido yerbas
digestivas y picchado la hoja sagrada de la coca que mitigó el hambre y amenguó
el cansancio en instantes decisivos y culminantes de su desarrollo cultural, y
propició que la alquimia cerebral no se desgaste en odios y actitudes
malévolas, condiciones que propiciaron que los nuestros estuvieran dotados de
fecunda imaginación, inventiva, creatividad sin paralelo, cuyos logros
materiales los advertimos a los largo y ancho de nuestra abrupta e incontrastable
geografía conformada por los inmensos territorios del Tahuantinsuyo; el
espectro de las tomografías, radiografías y la técnica de la resonancia nuclear
magnética arrojarán sorprendentes resultados, consistentes en advertir el
equilibrio en la disposición de las áreas cerebrales, ausente de interferencia
en segmentos de la telencefalización. En resumen: gente de mente sana, con
equilibrida disposición y distribución de áreas cerebrales, sin tugurizaciones
ni interferencias de segmentos.
La
momia es la expresión más viva de la muerte; en cada músculo esta resumida la
actividad que ocupó sus mejores años; el corazón por la composición y
disposición de sus fibras, se advertirá la diástole y sístole que imprimió a
sus actividades, semejando un electrocardiograma, donde se ha registrado los
flujos de su comportamiento dedicado a la mística del trabajo permanente, sin
excesos ni privaciones extremas que pudieran alterar su equilibrio emocional;
los huesos son cual papiros, donde ha quedado impresa toda la radiografía de su
vida, las insuficiencias, malformaciones, equilibrios nutricionales etc. Es en
el cerebro del hombre, ubicado en el sitio más funcional y estratégicamente
dispuesto por designio genial de la naturaleza, donde radica el secreto de la
vida. Allí está la telencefalización, y todo ese universo de hormonas, tejidos,
arterias, endorfinas, ADN etc., complejo organigrama biológico, desde donde se
monitorea el comportamiento humano.
En
la cabeza está el laboratorio biológico. Merced a reacciones químicas se
procesan los mecanismos para lograr los ingredientes o sustancias que servirán
de sustento para que el hombre asuma ciertas actitudes que definen sus aciertos
y desaciertos, y se proyecten en logros materiales y espirituales, que no ha
mucho, se definía como cultura. Los especialistas ahora la denominan MENES.
En
cada segmento microscópico de la telencefalía de nuestros ancestros, se
advertirá nítidamente que los espacios y áreas cerebrales correspondientes a la
sensibilidad, memoria, creatividad, voluntad, inventiva, imaginación, arte,
etc. Están bien dispuestos. Las tomografías mostrarán que no deben existir
tugurizaciones ni lesiones muy pronunciadas en la masa encenfálica del cuerpo
congelado. Esa sincronización biológica y química, de extraordinario equilibrio
y precisión, posibilitó el desarrollo social y cultural de nuestros ancestros.
Es el modelo de cerebro que están buscando para diseñar al hombre del próximo
milenio.
Después
de 20 siglos de riesgosas experimentaciones e improvisaciones, digitadas por
los designios de la Cultura Occiddental; que recurrió a filosofías,
sentimientos religiosos, doctrinas, convencionalismos, tecnologías e
implementado instituciones y organizaciones a la medida de su ambición,
carentes de sensibilidad y sustento social, que engendró guerras, odios y
malestar social, precipitando a la cultura mundial a un final apocalíptico.
Después de paciente análisis se advierte deterioro en la actitud que asumen
algunos grupos étnicos, por ello, en la agonía de este siglo, vuelven la mirada
al pasado y recurren a la sapiencia de una de las experiencias más serenas
sobrias, centradas y sabias de la humanidad, que está representada por la
Cultura Andina.
Para
un mejor esclarecimiento y lograr contundente reivindicación por qué‚ no
aprovechamos esta oportunidad y solicitamos acompañen al cuerpo congelado de la
ñusta del Ampato, en su viaje a U.S.A., con el respeto que merecen los cráneos
momificados de Hitler (si es que existe), de Calígula, de Napoleón, de
Mussolini, de Pizarro, de Atila, y esperar que transcurra una generación para
someterlos a las mismas experiencias y análisis los cerebros de las
personalidades más prominentes que lideraron y lideran los destinos de la
humanidad, porque para la muerte que es intemporal, si se trata de codificar
experiencias y diagnósticos cualquier referencia de genios o paranoicos es de
vital importancia.
Estamos
seguros que los cráneos de esos personajes que gobernaron durante muchos siglos
los designios de la Cultura Occidental; sus tomografías y los espectros de su
telencefalización mostrarán extremada tugurización en segmentos y áreas de la
sensibilidad y otras, las que presumiblemente sufrieron lesiones irreversibles
o atrofias; sólo así podemos explicarnos las decisiones que toman, por demás
descerebradas, reflejadas en la actitud que asumen cuando digitan sus políticas
imponiendo sus caprichos a toda la humanidad, de cuyas consecuencias, los que
más sufren y soportan sus designios son los pueblos del Tercer Mundo; a
quienes, por aparente contraste les hurtan su milenaria sapiencia.
Al
margen de otros datos, eminentemente técnicos rescatados de los entornos y
circunstancias del hallazgo casual del cuerpo congelado de la Dama del Ampato,
imposible de recuperar por haberse destruido, que precisaban los especialistas,
felizmente otros elementos diagnósticos de similares santuarios ya están
codificados, y constituyen la piedra angular de la nueva interpretación del
pasado de nuestra Milenaria Cultura, que inexorablemente reemplazará a las
mentiras oficiales de la Historia del Perú, felizmente ya develadas.
Ojalá
que el Silencio de la Momia haga reflexionar a quienes la sustraen de su
entorno so pretexto de estudiarla y asimilar su mensaje, y nos la devuelvan con
el AUTENTICO TESTAMENTO de sus experiencias y no como siempre ocurre que se
quedan con toda su sapiencia de siglos y nos la regresan en urna millonaria,
para que sigamos con el protocolo de los formalismos de la muerte a la manera
occidental, asistiendo a la capilla ardiente, prolongando el velatorio de
nuestro pasado, recibiendo el pésame de los auténticos científicos que no
admiten este proceder, que reclamaron en su oportunidad, más respeto por
nuestros designios milenarios porque constituyen la columna vertebral de
nuestra auténtica identidad cultural.
Momia
del Ampato trabaja en paz.
P.D.
Nosotros estábamos plenamente convencidos que la Arqueología de los grandes
descubrimientos, tipo ciudad de Troya l87l, la Ciudad Perdida de Machupicchu
l9ll, la Tumba de Tutankamon l922, que intrépidamente realizaron Heinrich
Schliemann, Hiran Binghan, Howard Carter, más los dinamitazos de Belzoni para
extraer los tesoros del Valle de los Muertos en Egipto en l8l5, constituyeron
una etapa de la antiarqueología y que jamás se volvería a repetir. Ahora nos
damos cuenta que hemos retrocedido y no pudimos superar ese maltrato a la
herencia milenaria de los Pueblos Testimonio.
PUEBLOS
TESTIMONIO.- Aquellos que en su configuración han demorado miles de años, cuyos
logros son el resultado de paciente y prolongada experimentación, y que todavía
mantienen permanente vigencia por ostentar sólidos principios y ser de gran
cobertura social. Estos pueblos en América son México y Perú.
PUEBLOS
TRANSPLANTADOS.- Son aquellos que usurpan y ocupan los territorios de América,
como consecuencia de acciones de conquista o coloniaje, vienen premunidos de
todo el universo de sus manifestaciones culturales, llegan portando sus
costumbres, convencionalismos, idioma, sentimientos religiosos, artes,
tecnología, taras, con doctorado en culturas de guerra, muerte y destrucción,
imprimiendo a sus actos estrategia, logística, táctica para someter a los
Pueblos Testimonio. De estos pueblos tenemos buen número en nuestra América
Cobriza, que todavía respiran por los poros de Europa y carecen de identidad y
sustento social.
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